Llop como De Gaulle: “La memoria del Holocausto debe ser una enseñanza, un elemento que fortalezca nuestras democracias”
La ministra Pilar Llop en el acto conmemorativo del Día de la Memoria del Holocausto y Prevención de los Crímenes contra la Humanidad que se ha celebrado hoy en el Senado. Foto: MJ.

Llop como De Gaulle: “La memoria del Holocausto debe ser una enseñanza, un elemento que fortalezca nuestras democracias”

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27/1/2022 12:52
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Actualizado: 20/9/2022 09:47
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La ministra de Justicia, Pilar Llop, se ha expresado hoy en la misma línea que el presidente francés, Charles de Gaulle, en septiembre de 1967, cuando visitó, en Polonia, el campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau, donde tuvo lugar gran parte del Holocausto.

“¡Qué gran tragedia, pero qué gran oportunidad!”, dijo entonces el líder de la Francia que combatió contra los nazis y que, junto a los aliados, los venció.

Aquella gran tragedia fue el abono sobre el que tres años más tarde del final de la Segunda Guerra Mundial, en 1948, nació la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que es el faro ético, moral y legal que alumbra y guía nuestro tiempo.

La ministra Llop lo ha sintetizado muy bien con esas palabras en el marco del acto de Conmemoración del Día de la Memoria del Holocausto y de Prevención de los Crímenes contra la Humanidad celebrado en el Senado: “La memoria del Holocausto debe ser una enseñanza, un elemento que fortalezca nuestras democracias”.

Al acto, que se ha celebrado en el antiguo Salón de Plenos del Senado, han asistido el presidente del Senado, Ander Gil; el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Isaac Benzaquén; el director del Instituto de Cultura Gitana, Diego Luis Fernández; y la vicepresidenta de Amical Mauthassen y otros campos, Concepción Díaz, entre otras personalidades.

De acuerdo con el Museo Estadounidense Conmemorativo del Holocausto, los nazis asesinaron a un total de 17 millones de seres humanos, seis de ellos judíos

Setenta y siete años más tarde, ha incidido la ministra, el impacto del Holocausto debe traducirse en compromiso de todos los gobiernos y de toda la ciudadanía para prevenir y luchar contra el antisemitismo y todas las formas de racismo, xenofobia e intolerancia.

“Nuestra responsabilidad y obligación es preservar la memoria, pero también educar y sensibilizar a las nuevas generaciones en el respeto y la tolerancia hacia los demás; a otras formas de vivir, de pensar, de expresarse”, ha añadido.

La ministra ha puesto en valor el testimonio de los pocos supervivientes que quedan, “es la mejor fuente de conocimiento de las atrocidades que se cometieron”, y ha hecho un llamamiento para rechazar las tergiversaciones intencionadas y manipuladas de la historia.

“No podemos bajar la guardia; debemos estar alertas siempre ante los nuevos discursos de odio que están peligrosamente presentes en nuestra sociedad”, ha concluido Llop.

El régimen nazi diseñó, en 1942, la llamada “Solución final” para acabar con aquellas razas que consideraba inferiores, como los judíos, los gitanos, pero también discapacitados, homosexuales, disidentes políticos, testigos de Jehová, comunistas, socialistas y algunos grupos eslavos, como polacos y rusos.  

Para ello, el régimen nazi construyó un total de seis campos de exterminio sobre territorio polaco ocupado y anexionado a Alemania: Treblinka, Chelmno,  Belzec, Majdanek, Sobibor y Auschwitz-Birkenau. Eran auténticas fábricas de asesinatos masivos, de genocidos, donde las víctimas eran gaseadas.

De acuerdo con el Museo Estadounidense Conmemorativo del Holocausto, los nazis asesinaron a un total de 17 millones de seres humanos, 6 de ellos judíos.

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