
Carlos Valls y Eduardo Zamora, socios en Giró Martínez.
Carlos Valls se incorpora como socio a Giró Martínez, boutique de propiedad intelectual e industrial
La firma española tiene presencia directa en doce países de América Latina y la dirige Eduardo Zamora
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09/3/2022 06:48
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Actualizado: 09/3/2022 01:49
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Carlos Valls, abogado con una larga trayectoria profesional y uno de los fundadores de Clifford Chance en España –donde llego a ser director de la oficina de Barcelona hasta 2002– se ha incorporado de incorporarse a la firma Giró Martinez, boutique legal centrada en propiedad intelectual de la que Eduardo Zamora es su socio director.
Este abogado ha sido testigo del desarrollo de Clifford Chance, despacho del «Magic Circle» en España. “La verdad es que me sigue sorprendiendo el asentamiento de los despachos internacionales en España. A lo largo de estos años han llegado casi todos, aunque por sus particularidades de este mercado, son tres firmas españolas las que lo lideran”.
Ambos juristas coincidieron en el 2002 en Iuris Valls Abogados despacho que creó el primero en Barcelona y en el que Zamora estuvo diez años como adjunto al director.
Con posterioridad Zamora saldría para marcharse a Nueva York y ser responsable de la oficina de Hungría Agencia de Patentes y Marcas hasta el finales de 2019. Desde ahí surgiría la idea de crear Giró Martínez.
Iuris Valls estuvo diez años operativo, donde ambos abogados lideraron un área de Propiedad Intelectual muy reconocida en materia de litigios. Asesoraban a grandes clientes y llego a ser muy reconocida en directorios en cuanto a litigios paneuropeos frente a sus rivales ingleses o alemanes.
Con posterioridad este despacho se integraría en Fornesa, firma que en el 2018 cambiaría de nombre a Augusta Abogados desde donde Carlos Valls ha dado el salto a Giró Martinez, como socio.
Valls recuerda que “años atrás, en plena crisis económica, entre los años 1993 a 1995, en aquel momento las medidas estimulantes o más efectivas de la nueva Ley de patentes entraban en ese momento en vigor, tras la adhesión de España a la UE en octubre de 1992”.
“En aquel momento pasábamos de un estatuto de la propiedad industrial muy poco efectivo para los titulares de las patentes, a tener ya una legislación a nivel europea donde se pedía perseguir a los copiadores”.
Como resultado de ese cambio “pudimos trabajar con los abogados de Clifford Chance en Londres. En esta coyuntura creamos de cero un departamento de litigios al cabo de dos años en España y que ahora dirige Miguel Montaña.
Ahora esta práctica de litigios en propiedad intelectual ha crecido bastante. De hecho, como ya comentábamos recientemente firmas del calado como lo ha hecho el propio Pérez-Llorca que se encuentran a la cabeza de esta actividad, tras el esfuerzo que han hecho por incorporar a profesionales de primer nivel a ese despacho.
Giró Martínez es una boutique legal especializada en propiedad intelectual e industrial que arranca hace dos años desde su oficina central en Barcelona tras la experiencia acumulada de Eduardo Zamora en años anteriores, donde su estancia en Nueva York fue clave
Cubrir un hueco en el mercado
“En ese momento me di cuenta que había un hueco en la gestión conjunta de porfolios para América Latina. A diferencia de EEUU o Europa no hay una marca latinoamericana, como es la marca comunitaria o la ubicada en Estados Unidos, sino que tienes que ir jurisdicción por jurisdicción”, señala Zamora.
Esta situación se resuelve con agentes locales que van dado sus correspondientes instrucciones a los agentes en cada una de las jurisdicciones con un precio por intermediación
En este contexto lo que ofrece Giró Martinez es “la gestión integra del territorio sin esos costes de intermediación que antes se indicaba”.
Zamora aclara que tenemos presencia directa en todas esas jurisdicciones. De tal forma que formamos un único equipo de cara a nuestros clientes, con capacidad de actuar directamente en todos estos países”.
A este respecto aclara que “este único equipo lo que hace es realizar o maximizar esfuerzos administrativos. El trámite del papeleo de facturación, de gestión de vencimientos o de cartas informativas a clientes lo centralizamos desde España, pero podemos actuar en esa docena de países de forma directa en América Latina”.
Así explica que “el resto de oficinas, la gran mayoría de ellos trabaja en esos países con terceros independientes, Ahí coincidimos con algún competidor como Clarke Modet que también tiene una red amplia de oficinas propias”, apunta.
En un mercado competitivo donde hay ya otras firmas como Elzaburu, la citada ClarkeModet, Herrero o Isern, patentes y marcas tiene una presencia importante directa en doce jurisdicciones de América Latina.
En esta boutique legal especializada en propiedad intelectual están integrados los que se llaman “agentes de patentes y marcas con abogados e ingenieros. Hemos comprobado que el trabajo de todos estos profesionales de manera conjunta es bastante proactivo», apunta Valls.
Para este abogado “los ingleses han sido pioneros en crear equipos de este tipo, incluso los procesadores de propiedad industrial inglesa tienen formación técnica que comentan con su práctica jurídica”.
Por su parte Zamora cuenta que “en un sector donde se tramitan solicitudes de patentes y marcas es bastante habitual que se compaginen ambos colectivos profesionales. Se trata de aprovechar las sinergias existentes entre los juristas que conocen el marco legal y los profesionales técnicos que saben bien qué aspectos técnicos hay en una invención”.
En este sentido este jurista nos aclara que “para registrar una patente farmacéutica necesitas un licenciado en química que entienda el problema que subyace para explicarlo al examinador. Esto es muy habitual en otras empresas del sector”.
Una firma que nace en plena pandemia
Eduardo Zamora recuerda que Giró Martínez se puso en marcha en plena pandemia del COVID-19 hace ahora dos años. “Pese a ello pusimos en marcha el negocio y las diferentes oficinas que ya están operativas, tanto en España y Portugal como en otras jurisdicciones de América Latina de una plantilla que supera los treinta profesionales».
Este jurista reconoce que la pandemia “ha impedido que hayamos acudido a ver sobre todo a clientes extranjeros para hacer una captación adecuada del mismo. Se ha ralentizado el crecimiento a ese nivel, pero hemos reenfocado a nivel nacional donde tenemos impulsado otros contactos que no requerían de mucha presencialidad”.
La aspiración de Giró Martinez como boutique legal es mejorar el trabajo de aquel equipo de IP, propiedad intelectual que ambos abogados lograron situar entre los primeros del mercado hace algunos años “la propuesta ha mejorado. Tenemos los servicios de tramitación y gestión en propiedad industrial en todos estos países de Latinoamérica, cuestión que no teníamos en Iuris Valls Abogados”.
De cara este año 2022 la expansión de esta firma pasa por incorporar abogados en jurisdicciones como Guatemala, El Salvador y previsiblemente Panamá en la segunda mitad del ejercicio de este año. “Esto supondría tener una quince de oficinas plenamente operativa”, apunta.
Para ambos juristas, la idea para los próximos años es mantener un crecimiento orgánico. “Creo que ofrecemos una forma de trabajar diferente a la que hay en el mercado. Nuestra sensación es que a las empresas les parece muy atractivo este modelo”, apunta Zamora
En un mercado tan competitivo, cabe la pregunta de si hay tarta para tantos competidores. Para Zamora “sobre todo en los países hispanoamericanos hay hueco porque hay pocas firmas especializadas en propiedad intelectual o industrial que manejen un volumen superior al español”.
Así señala que “México comparado con España en cuanto a solicitudes de clientes extranjeros presentan muchas mas que en nuestro país. En nuestro caso se ha diluido en las instituciones europeas. Si un americano quiere cubrir una marca en España, presenta la patenta europea o la marca anta la UIPO europea en Alicante, pero no va a la oficina española”.
Por su parte, Valls, subraya que “la combinación entre la faceta del trabajo en cuanto a la gestión y registro de los títulos de propiedad industrial con el trabajo de abogados, es algo que se ha visto en los últimos diez años. Ahora hay un resurgir de despachos de abogados que incorporan estos servicios de gestión y registro de títulos de propiedad industrial”.
En este contexto cree que “tenemos una presencia importante por nuestra vertiente a nivel internacional, lo que nos posiciona como una alternativa importante para las empresas que quieran proteger sus activos a nivel de patentes y marcas”.
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