Una cabo de la UME condenada por atentar contra la intimidad de un teniente coronel con el que se acostó
La cabo condenada divulgó fotos y vídeos de las relaciones sexuales que mantuvo con el teniente coronel de la UME.

Una cabo de la UME condenada por atentar contra la intimidad de un teniente coronel con el que se acostó

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10/5/2022 17:49
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Actualizado: 26/2/2024 11:45
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Todo el cuartel de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de Torrejón de Ardoz se enteró de los encuentros sexuales (entre 2013 y 2018) entre una cabo de esa unidad militar con su teniente coronel y jefe del acuartelamiento.

Se enteraron hasta del tamaño del pene del mando militar, que ha vivido un auténtico calvario desde que a su subordinada, la cabo M. J. M., le dio por divulgar fotos y vídeos de ambos mientras mantenían relaciones, informa desde «Fuentes Informadas», el nuevo periódico de investigación, Paco Vargas.

Cuando el teniente coronel cortó la relación, la militar se propuso hacerle la vida imposible.

Y lo logró, aunque ahora tendrá que ir a la cárcel por lo que hizo, dado que la sentencia del Supremo ya es firme.

M.J.M ha sido condenada ahora por la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo a la pena de ocho meses de cárcel por atentar contra la intimidad del teniente coronel, confirmando sentencias anteriores.

Y es que, no solo se dedicó «a alardear» ante sus colegas de que se estaba acostando con el jefe del cuartel, casado y con dos hijos, sino que divulgó fotos y vídeos de sus encuentros.

El teniente coronel, al conocer que era vox populi entre sus subordinados los encuentros que había mantenido con la cabo, necesitó asistencia psiquiátrica y psicológica. M.J.M. mostró las vídeos y fotos, algunas con el miembro, a sus colegas sin autorización del teniente coronel.

Ella alardeaba de su relación con su jefe con la intención de «que todos lo supiesen», según se explica en la sentencia del alto tribunal.

Durante la larga relación que mantuvieron hasta que el mando cortó la relación (aunque M.J.M. asegura que fue ella quien rompió), ambos, de mutuo acuerdo, según la sentencia, decidieron grabarse y hacerse fotos mientras estaban en la cama o en el baño juntos.

Lo que no estaba pactado es que ella divulgara y mostrara luego ese material a numerosos colegas del cuartel.

LA CABO DENUNCIÓ AL TENIENTE CORONEL POR VIOLACIÓN Y VIOLENCIA DE GÉNERO

Además, cuando se cortó la relación ella le denunció a él en el cuartel de Mejorada del Campo por delitos de violación y de violencia de género, que fueron archivados tras decretarse inciertos o carecer de pruebas.

También lo denunció por acoso ante el Ministerio de Defensa y ante el Juzgado de Violencia de Género de Parla, que también fueron archivadas por la tardanza en denunciarlo y falta de pruebas.

Cuando el teniente coronel fue informado por algunos subordinados del material sexual que les había mostrado la cabo M.J.M., cayó en una fuerte depresión fruto de la vergüenza que sentía.

Una hija del teniente coronel habló con ella para suplicarle que cesara de divulgar esas imágenes de su padre ante el daño psicológico que le estaba generando. La cabo, en el juicio, negó haber divulgado ella tales imágenes, pero el Supremo lo da por hecho basándose en testimonios de al menos seis militares que confesaron que ella les mostró fotos y un vídeo del teniente coronel desnudo.

El tribunal sostiene que la cabo empezó a mostrar fotos del teniente coronel casi desde el inició de la relación.

«Mira que buenorro se está poniendo», se jactó en una ocasión la cabo delante de una colega del cuartel, mientras le mostraba a él desnudo y con el miembro viril, que ella ralentizaba «o pasaba más lento, recreándose».

Por los daños psicológicos, depresión y ansiedad, el Supremo dictamina que la cabo indemnice con 2.000 euros al teniente coronel.

Uno de los testimonios importantes en el juicio fue el de la cabo T.L.P., cuyo testimonio el tribunal considera de «firme y sin fisuras».

Durante el tiempo de la condena, la procesada quedará suspendida de empleo y del derecho de sufragio. Algunos subordinados confesaron que hacia años que conocían por ella la relación, pero que no le dijeron nada al jefe por temor y no querer meterse en problemas.

Esta declaró que era amiga de la cabo ahora condenada «y que esta le envió a su teléfono, y también se lo enseñó en el suyo propio, un vídeo sobre una relación sexual con el teniente coronel, así como fotos íntimas de este último».

Esta testigo afirmó que la cabo le comentó en una ocasión que el teniente coronel la había dejado y que tenía planeado «hacerle vida imposible».

Otros testigos ratificaron esa versión.

Inicialmente, M.J.M. fue condenada por un tribunal militar territorial y recurrió ante la Sala de lo Militar del Supremo, que hace solo unos días le ha ratificado la pena de ocho meses de cárcel.

El calvario, salvo recurso extraordinario, ha terminado, pues, para el teniente coronel, aunque la pesadilla continúa en forma de secuela psicológicas.

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