El Congreso de Jóvenes Abogados llega con las claves para la innovación en la práctica jurídica
De izquierda a derecha: Alejandro Marín, Alberto García Barrenechea, Maia Román, Pilar Fayos, Ángel Cervantes, José Manuel Niederleytner

El Congreso de Jóvenes Abogados llega con las claves para la innovación en la práctica jurídica

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29/9/2022 16:46
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Actualizado: 20/4/2023 13:49
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La segunda jornada del Congreso Nacional de la Abogacía joven española empieza, como cualquier encuentro de cierto tipo de gremio, con saludos amistosos y comentarios sobre el café, las carreras para llegar a tiempo y algún detalle sobre la fiesta del día anterior.

Si la primera ponencia tarda unos minutos en comenzar, no desdice de la organización logística; más bien, parece parte del contenido programado para permitir la charla y las presentaciones.

«Poder conocer a gente nueva también es una parte muy importante de estos eventos», explica una joven letrada antes de entrar en la sala.

Varios asistentes destacan el énfasis del congreso en las ponencias «activas y participativas», como explica aquella abogada graduada hace poco.

Los títulos llaman la atención a esto: el tema general, «Técnicas de innovación jurídica», apuntan a que no se hablará tanto del contenido de las leyes como del desenvolvimiento de los profesionales del derecho en un ámbito que en los últimos años ha experimentado numerosas disrupciones y cambios de paradigma.

La primera conferencia trata una de las evoluciones más llamativas que ha afectado no solo al ámbito del derecho, sino también a todos los sectores profesionales.

Bajo el nombre de «Marketing online», se reunió un panel entre los que se encontraban el abogado Ángel Seisdedos; la fundadora de Jóvenes Juristas, Andrea Mendiola; la directora de mercadotecnia de Mutualidad de la Abogacía, María Carrasco; el socio de Écija Abogados, Alejandro Touriñoy Andrés Millán, divulgador mejor conocido por su nombre de usuario en redes sociales, «Lawtips». 

Este último, presente mediante una vídeollamada, destacó la importancia de estar abierto a los cambios en el ámbito legal, especialmente en los que refieren a nuevas estrategias de comunicación y captación de clientes.

«Si entendéis lo que va a ocurrir o lo que está ocurriendo, van a estar listos y tener éxito», afirmó.

«¿Quién de nosotros tiene asegurado su trabajo en veinte años?», preguntó, afirmando que su éxito en las redes TikTok e Instagram surgió de un experimento que inició sin saber cómo iba a salir.

Alejandro Touriño Écija, Héctor Cuenca Soriano y Andrea Mendiola

En cuanto a la manera de conocer el público, María Carrasco destacó la importancia de tener una estrategia clave y conocer tanto los canales disponibles como el público que se puede encontrar en cada uno.

Los objetivos claros y la medición constante de resultados, dijo, permiten corregir los procedimientos porque, en sus palabras, «se puede crear contenido maravilloso, pero si no logro mis objetivos, no sirve».

Por su lado, Alejandro Touriño, socio director de Écija, apuntó que «uno debe pensar por qué hace un contenido determinado para no frustrarse y saber cómo trabajar» y señaló la utilidad del «legaltech», para automatizar tareas y procesar casos, de manera que el abogado puede dedicarse a los procesos donde aporta un valor real.

Enfrentar las críticas y desarrollar la resiliencia

La frustración fue un tema señalado por varios de los ponentes. Ángel Seisdedos indicó que tuvo que echar mano de estrategias para limitar el tiempo que dedicaba a su podcast, «Tertulia jurídica», para poder compatibilizar este ‘hobby’ con su trabajo y su familia, mientras que Ana Mendiola mencionó que había recibido numerosos comentarios negativos por sus canales de Jóvenes juristas y hasta 36 amenazas de muerte, algunas enviadas por correo a su puesto de trabajo.

Así, afirmó que era importante aprender a desentenderse de las partes más negativas y crear una comunidad con valor.

La siguiente presentación, dirigida por el médico cirujano y experto en liderazgo Mario Alonso Puig, tuvo un tono mucho más motivacional, recalcando el valor de la juventud y la actitud positiva para afrontar los retos de la profesión.

Entre ejemplos de Eleanor Roosevelt, Rafa Nadal y hasta un ejercicio de postura en el que participó todo el auditorio, Alonso Puig señaló la importancia de la resiliencia y «no perder el centro», así como de «ver una oportunidad en todo lo que suceda, hasta en lo peor».

Las anécdotas de pacientes que se curaron de dolores con un cambio de disposición, gráficos anatómicos y sabiduría taoista invitó a los asistentes a «tener espíritu de pioneros y salir de la zona de comfort».

«Estas presentaciones, donde ofrecen recursos y claves para emprender, son utilísimas para abogados de cualquier edad y pueden representar una actualización para los que no estamos comenzando y tenemos más conocimiento jurídico y menos experiencia en captación de clientes», dice Juan Sebastián Morales, presidente de la Federación Andaluza de Jóvenes Abogados.

«La parálisis durante la pandemia da pie a que podamos compartir experiencias así en este momento».

Sus compañeros, Raquel Nazabal, presidente de la Agrupación de Jóvenes Abogados (AJA), y Julio Rijo, secretario general de la división tinerfeña del grupo, asienten, pero tienen perspectivas diferentes sobre lo que ofrece una ocasión así.

«Creo que hay esperanza de encontrar un espacio para desarrollarse como profesional más allá de los grandes bufetes familiares típicos de algunas regiones», afirma Nazabal, mientras que Rijo indica que el congreso es «un camino para generar relaciones» útiles y duraderas dentro del gremio.

Soluciones a los roces con la Administración de la Justicia

La tercera conferencia, titulada «Relaciones con la Administración de la Justicia», tuvo un tono más grave, marcado por los conflictos que enfrentan los abogados diariamente.

Participaron Alberto N. García Barrenechea, decano del Ilustre Colegio de Procuradores de Madrid, José Manuel Niederleytner García-Lliberós, decano del Ilustre Colegio de Abogados de Tenerife, Alejandro Marín, director de Marín Ballester Abogados, la abogada Pilar Fayos y Ángel Cervantes, decano del Ilustre Colegio de Abogados de Toledo.

Alberto Cabello y Alejandro Touriño Écija

El retraso de la justicia fue uno de los temas más comentados en el panel. Marín, comentando que «el problema existe y va a pero, igual que la opinión pública sobre nuestro desempeño», dijo que «el avalanchamiento de los juzgados está en los turnos de oficio», agravado por la cantidad de casos inviables y recurridos. Y destacó que es necesario reformar la fiscalización del trabajo de los funcionarios y los mecanismos de horarios.

Pilar Fayos apuntó que hace falta evaluar los medios humanos y materiales para saber «por qué hay juzgados que sí funcionan con los mismo recursos que otros que no».

«Defendemos mucho a nuestros clientes y somos pésimos defendiendo nuestros propios intereses», dijo Cervantes, señalando la diferencia entre las autonomías que han asumido competencias en materia de justicia y las que no, así como la urgencia de ampliar los recursos humanos y económicos en los juzgados.

El trato entre profesionales también destacó como una fuente de conflictos, una opinión compartida por todos los ponentes, especialmente en cuanto a las quejas sobre el comportamiento de jueces y funcionarios.

«El amparo colegial empieza por ustedes mismos para hacer valer su dignidad y respeto», declaró Cervantes. «No vale quejarse en los pasillos».

Para dar una nota positiva, Niederleytner puso en relieve los esfuerzos de su departamento para crear un nuevo código de buenas prácticas, sometido a la aprobación del Consejo General de la Abogacía Española, con un apartado dedicado «a las reglas de corrección y respeto dentro y fuera de la sala».

Por su lado, Alberto García Barrenechea indicó que es menester «crear nuevas competencias y jusgados», para lo cual hace falta una inversión mayor, ya que la actual es «irrisoria», aunque las cifras parezcan colosales. 

«No me esperaba algo así», comenta un estudiante de derecho de la universidad Rey Juan Carlos.

«Me deja pesimista sobre lo que nos espera, pero en realidad, todo el programa me ha resultado muy útil», dice.

Su compañera de clase le da la razón. «Espero que la situación mejore para cuando nos graduemos, pero si no ocurre, nos va a tocar a nosotros mejorarla».

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