Los candidatos a decano del ICAM Beatriz Saura, Miguel Durán, Raúl Ochoa, Eugenio Ribón, Begoña Trigo, Ángeles Chinarro y Juango Ospina. Foto: Virgilio González.
Seis candidatos a decano del ICAM confrontan sus planteamientos y uno se «escapa» en el último debate de las elecciones
|
16/12/2022 06:50
|
Actualizado: 16/12/2022 08:55
|
Apenas cinco días antes de que los abogados de la capital española puedan elegir al próximo decano del Colegio de Abogados de Madrid (ICAM), el debate organizado en la sede colegial fue una fuente de sorpresas y roces que pusieron en relieve no solo los problemas que tendrá que encarar la próxima Junta de Gobierno, sino también las diferencias entre las filosofías y caracteres que trae cada candidato a la carrera electoral.
Al empezar el debate, el primero en el que se dejaba ver el candidato Raúl Ochoa, este no se hizo esperar para aprovechar la primera intervención, que era, de una manera u otra, su momento de protagonismo.
Y fue protagonista de la misma manera en que lo fue en debates anteriores: negándose a participar.
Tras leer un breve comunicado en el que expresaba «vergüenza» por la imagen del colegio durante la campaña y acusaba a los otros candidatos de «impugnaciones burdas y absurdas», «uso indebido de símbolos colegiales» y «grabaciones de audio obscenas de actos electorales con terceros infiltrados», Ochoa abandonó su puesto en la tarima y se dirigió a la salida.
Al preguntar al resto de los competidores sobre esta «espantá», fueron casi unánimes.
«Fue un completo desprecio a los compañeros presentes, a la organización del evento y a los abogados», criticó Ángeles Chinarro. «Me parece un impresentable».
«Es un acto más de cobardía», afirmó Miguel Durán que durante la campaña lo había denunciado ante la Junta Electoral del ICAM por seguir siendo miembro de la Junta de Gobierno y por una supuesta manipulación de votos. «Ochoa dice que se siente herido y trata de traer a la memoria viejos conflictos, pero uno no lesiona a nadie cuando uno recurre en derecho».
Beatriz Trigo demostró una disposición mucho más ecuánime que la de sus compañeros. «No voy a hablar del señor Ochoa si no está presente, me parece impropio y creo que puede hacer lo que le parezca», afirmó.
Al volver a encarrilarse el debate, los ánimos de los aspirantes a decano no menguaron. Chinarro atacó las propuestas de reducir las cuotas del Colegio de Abogados, especialmente las de Durán y Juango Ospina. «Ninguna candidatura responde de dónde van a sacar el dinero para cubrir esa reducción de ingresos», reclamó.
Durán se distingue por su tono calmado e irónico, incluso cuando responde a Chinarro. «Espero que el Colegio no caiga en sus manos, porque en materia contable tiene muchísimo que mejorar», dijo, antes de señalar que la baja participación, uno de los puntos del discurso de Ochoa, estaba «estrangulada por la Junta saliente» al negar el voto telemático, una iniciativa que casi todas las campañas apoyan.
De hecho, la Junta de Gobierno de José María Alonso volvió a ser el objetivo de todos los candidatos que no habían pertenecido a ella. Beatriz Saura hizo una primera arremetida: «Somos una candidatura con los pies en el suelo, realista y sin fuegos artificiales», dijo. «Para eso están otros que hoy nos prometerán de todo».
Igual que Durán y Chinarro, Saura ha sido frontalmente crítica con las candidaturas «continuistas» de Eugenio Ribón, tercer diputado de la Junta de Gobierno que llega a su final, y las de Ochoa y Ospina, que también han participado en ella.
Durante la campaña, la candidata ha señalado la foto «sin mujeres» del 425 aniversario del ICAM como uno de los mayores escarnios cometidos por esta Junta, y este debate no fue una excepción.
Ospina se desmarcó de José María Alonso, bajo cuyo decanato fue diputado quinto, e insistió en que esperaba que la próxima Junta de Gobierno no repetiría el mismo error. «Ego non te absolvo», fue el veredicto entre risas de Durán.
El mensaje de Eugenio Ribón es el de la confianza y el pragmatismo, su frente son «los hechos y los datos», no «las quimeras y las fantasías», como señala cuando insiste en la concreción de sus medidas y defiende las acciones de la Junta a la que pertenece de los ataques de otros candidatos.
Con miles de llamadas a compañeros durante el confinamiento, de colegas atendidos en las secciones del ICAM y de documentos digitalizados en el fondo documental, es el único que mira al pasado con una sonrisa.
En cuanto a la transparencia, uno de los temas más controvertidos durante la carrera electoral, Ribón vuelve a reivindicar a la Junta del Gobierno, con la publicación de las cuentas y presupuestos y una mesa de contratación a su nombre y la promesa de un nuevo portal de transparencia y un observatorio, numerados como todas sus propuestas electorales.
Ospina echó mano de diecisiete folios que, según él, detallaban todas las cuentas menos los gastos de la Junta, los almuerzos ni los viajes y prometió «no faltarle el respeto a los abogados y publicar los gastos de manera íntegra».
De forma parecida a otras ocasiones, Ospina se identificó con una «minoría» que no tenía poder de actuar en la Junta de Gobierno después de haber señalado las faltas de la misma, pero por primera vez se mostró como parte de ella.
«Asumo la responsabilidad que pude haber tenido como parte de la Junta de Gobierno, pero también muestro la esperanza de corregir esos errores para que no vuelvan a hacerse realidad y tengamos la institución más transparente de España», dijo.
Para afincarse en el compromiso con la transparencia, Ospina ofreció una portavocía y un comité de ética como garantía de transparencia, además de servicios digitales de comunicación que se han vuelto parte de la marca de juventud y renovación que ha ofrecido en su campaña.
Chinarro, todavía a la ofensiva, prometió «un estándar de transparencia superior al establecido legalmente» e indicó los méritos de la Asociación Libre de Abogados y Abogadas en la difusión de distintas cuestiones del ICAM en contraste a una Junta que «no publica las actas de los Gobiernos, sino los estatus de los acuerdos».
Es lo que reiteraron Saura, que dijo que «gestionar con transparencia no es publicar lo que te interesa que se sepa», señalando los gastos bajo el concepto de «Otros» en las cuentas del Colegio, y Durán, que apuntó que no se sabía «con qué presupuesto nos vamos a encontrar, pero sabemos que va a ser deficitario en más de un millón de euros».
Trigo también insistió en «la ausencia de servicios» que, según ella, lleva observándose durante años, por lo que pone en la mesa la creación de un departamento de quejas contra el maltrato institucional y un departamento de sustituciones, apoyándose en el derecho a la salud de los abogados, su mayor caballo de guerra.
La presidenta de la Asociación de Comunicadores e Informadores Jurídicos, Acijur, Patricia Rosety, actuaba de moderadora, y bajo su batuta se prendían y apagaban los micrófonos de los candidatos. Ni siquiera esta disposición pudo impedir ciertos desacuerdos en los que los candidatos y hasta el público levantaron la voz a la vez.
Pero el mayor contraste con este alboroto ocurrió entre un bloque de temas de discusión y otro, cuando uno de los candidatos dejó pasar, sin intención alguna, quince segundos de silencio antes de intervenir. Por un breve momento, menos de una semana antes de las elecciones, nadie dijo nada durante el debate cumbre de la carrera electoral por el decanato del ICAM.
Noticias Relacionadas:
