Paco Pérez Bes: «la normativa es un valioso apoyo para identificar y proteger los activos en un proceso de transformación digital»
Paco Pérez Bes, socio de Derecho Digital en Ecix Tech y profesional con una larga experiencia en Derecho Digital y Ciberseguridad, impartirá la próxima sesión del ciclo de Conferencias Legaltech. Para Pérez de Bes la Inteligencia Artificial es una buena herramienta para el desempeño de la abogacía.

Paco Pérez Bes: «la normativa es un valioso apoyo para identificar y proteger los activos en un proceso de transformación digital»

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13/1/2023 06:30
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Actualizado: 13/1/2023 10:36
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La abogacía está inmersa en un proceso de evolución digital que le obliga a adaptarse a la sociedad hiperconectada en la que estamos viviendo, y donde los conflictos de naturaleza jurídica tienen que ver, cada día más, con aspectos relacionados con el uso de las nuevas tecnologías.

Sin perjuicio de ello, también las empresas e instituciones están avanzando en este proceso de transformación digital, que requiere la implementación de nuevos procesos y nuevas herramientas digitales, con respecto a lo que es preciso analizar de forma previa qué riesgos tecnológicos, de seguridad, sancionadores y de negocio se están asumiendo por parte de la entidad en cada momento.

De todo esto hablará Paco Pérez Bes, socio de Derecho Digital en Ecix Tech y profesional con una larga experiencia en Derecho Digital y Ciberseguridad, en la próxima sesión del Ciclo de Conferencias Legaltech. Con motivo de este webinar hemos aprovechado para hacerle algunas preguntas sobre su visión del sector legal en nuestro país:

¿Cuál es el riesgo que pueden correr los profesionales de la abogacía que no den la relevancia suficiente a la transformación digital de sus despachos?

La comúnmente denominada transformación digital consiste en una transición o adaptación de las organizaciones a un nuevo escenario donde, en este caso, la utilización de herramientas tecnológicas y, de otro lado, las nuevas oportunidades de negocio, incrementan el nivel de eficacia y de eficiencia de los despachos de abogados a la hora de prestar sus servicios, especialmente de aquellos procesos que puedan mecanizarse.

No hacerlo supone mantener una situación donde se pierde un gran porcentaje de la capacidad competitiva, en tanto en cuanto los competidores van a poder ofrecer un servicio más rápido, más económico y, gracias al tiempo que se ahorra gracias a la automatización del proceso, probablemente también de mayor calidad jurídica.

Usted posee una dilatada experiencia en el ámbito de la ciberseguridad y el entorno digital. ¿Qué riesgos tecnológicos, de seguridad, sancionadores, identifica como los más relevantes en este 2023 que acaba de empezar?

La entrada en vigor, en unos meses, de la nueva normativa de ciberseguridad publicada el 27 de diciembre de 2022 (directiva NIS2, Reglamento DORA y la Directiva de resiliencia de entidades críticas), así como la publicada durante el año 2022, en particular el Esquema Nacional de Seguridad, van a plantear una clara necesidad de adecuación a las exigencias regulatorias aplicables a muchos despachos, especialmente a los que actúen como proveedores de las entidades sujetas a tal normativa.

Dentro de ellas, el cumplimiento defectuoso de la obligatoriedad de implementar medidas técnicas y organizativas eficaces para garantizar la seguridad de la información del propio despacho y de la de sus clientes, se va a convertir en uno de los principales argumentos sancionadores a tener en cuenta por las autoridades reguladoras y de control.

A nivel tecnológico, el incremento de fraudes, el robo de información, la suplantación de identidad y los daños informáticos van a seguir siendo, probablemente, una de las principales amenazas para el colectivo de la abogacía. Y, en cualquier caso, el riesgo reputacional del despacho que sufre un incidente de seguridad, vaya a cobrar especial relevancia.

Asimismo, siempre debería tomarse en consideración el riesgo de sanción deontológica, si bien la experiencia nos demuestra que no es un proceso que se aplique en la práctica en supuestos de ciberataques a despachos de abogados.

¿Y qué oportunidades se vislumbran en este nuevo horizonte?

Claramente, la posibilidad de modernizarse, de trabajar de manera más eficiente y, en consecuencia, de ahorrar tiempo en tareas que no aportan valor para dedicárselo al estudio del derecho y a un mejor asesoramiento al cliente.

No conozco datos estadísticos que aborden esta cuestión, pero me atrevería a decir que el 80 o el 90 por ciento del tiempo que un abogado dedica diariamente en el despacho lo hace a tareas que la tecnología acabará haciendo mejor y más deprisa. Si parte de ese tiempo lo dedicamos al estudio, a la lectura o, incluso, a la reflexión de estrategias, la abogacía -como profesión- mejorará sustancialmente.

El mundo digital afronta cada cierto tiempo algún tipo de revolución. La irrupción del PC, el comercio digital, los smartphones… y ahora la Inteligencia Artificial. Nos gustaría conocer su opinión, como experto, en las implicaciones que tendrá (y está teniendo ya) desde la perspectiva legal para nuestras sociedades.

La cuestión de la Inteligencia Artificial hay que abordarla desde dos ópticas. Una primera, como cuestión jurídica, esto es, como una nueva circunstancia social que va a traer nuevos riesgos y controversias. Es decir, cuestiones jurídicas adicionales, específicas de ese canal, pero que -jurídicamente- no tiene, por qué ser necesariamente nuevas. Me refiero a supuestos de discriminación, problemas con la propiedad intelectual/industrial, o por la toma de decisiones automatizadas sin supervisión humana, por poner algunos ejemplos.

¿De qué modo pueden aprovechar los despachos las nuevas posibilidades que ofrece esta tecnología?

La segunda visión, a la que me refería en la pregunta anterior, que creo que hay que tener es la de la inteligencia artificial como herramienta o recurso para el desempeño de la abogacía.

Buen ejemplo de ello lo tenemos en la herramienta MiA, que está permitiendo a muchos abogados a revolucionar la prestación de sus servicios y diferenciarse del resto de competidores.

Es aquí donde, creo, radica el verdadero valor de la inteligencia artificial. Lo otro no es más que una necesidad de adecuación del derecho a una nueva realidad social, como ocurrió en su día con internet, con el cloud computing, o en breve con el metaverso.

Una de las preguntas del millón que seguro se hacen los profesionales: ¿todo esto es muy caro?

No tiene porqué serlo, aunque siempre debe contrastarse con la rentabilidad que la implantación de tecnología y procesos aporte a tu despacho. ¿Eran caros los ordenadores a principios de los 90? ¿Lo fueron las máquinas de escribir o el fax? Es probable que durante la primera época ciertas herramientas puedan parecer caras, pero a medida que se vayan extendiendo, los precios bajarán.

La cuestión será valorar si durante ese tiempo has podido perder oportunidades de negocio que justifiquen esa inversión inicial.

Como experto en proyectos de Derecho digital, habrá trabajado con bastantes profesionales y empresas a abordar la transformación digital de sus organizaciones. ¿Qué consejo les daría para animarles a afrontar con decisión este proceso de cambio?

Una de las principales resistencias en todo este proceso es el de las personas. Su miedo a equivocarse o determinados intereses personales suelen dificultar la implantación de una transformación rápida y eficaz.

Con el escenario que se presenta, es importante asesorarse bien sobre las necesidades reales de la transformación de nuestra organización en concreto, sin compararnos con lo que hagan los demás porque no son necesidades equiparables.

Una vez tengamos claras las necesidades y debilidades, es cuestión de buscar en un buen proveedor tecnológico, que además conozca el sector y el negocio, y que sea claro y transparente en el acompañamiento.

Para finalizar, y sin necesidad de hacer ‘spoilers’, ¿qué podremos sacar en claro tras asistir al próximo taller sobre los aspectos legales de la transformación digital?

Básicamente, que la normativa es un valioso apoyo dentro de todo este proceso, que nos ayudará a identificar y a proteger los activos y otros resultados que surjan de este proceso, así como de que existen riesgos legales y regulatorios que es preciso conocer antes de enfrentarse a un proceso tan complejo de evolución o adecuación digital, donde el cumplimiento normativo y la responsabilidad de las personas son elementos clave para la continuidad y consolidación del nuevo negocio que surgirá tras la transformación.

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