Calvo ha cuestionado que el movimiento feminista siempre "cargue" con las reivindicaciones del colectivo LGBTI y otros.
Carmen Calvo: «Nos enfrentamos al asunto más complejo de la humanidad, que es desmontar la estructura patriarcal»
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06/3/2023 17:16
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Actualizado: 07/3/2023 11:58
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La presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, Carmen Calvo, señaló como un «gazapo en el sistema democrático» el «lento avance del feminismo en el mundo», cuyos valores ligó a los de la democracia, y negó la existencia de un nuevo feminismo.
«Nos enfrentamos al asunto más complejo de la humanidad, que es desmontar la estructura patriarcal que lo abarca todo», dijo, subrayando que «la simplificación es un problema» en estos casos.
En este sentido, Calvo ha cuestionado que el movimiento feminista siempre «cargue» con las reivindicaciones del colectivo LGBTI y otros en su intervención en una de las mesas redondas organizadas durante la entrega de la tercera edición de los Premios de la Igualdad en la Abogacía.
«Al feminismo siempre le han endosado que tiene que ir de la mano con reivindicaciones como las LGBTI», afirmó, señalando que una persona del susodicho colectivo «puede ser tan machista como cualquier heterosexual». «También podríamos elegir ir de la mano con los que diseñan tractores o pintan fachadas», ironizó.
De esta manera, Calvo ha pedido «acabar con esta sinergia» durante su intervención en la mesa redonda titulada «¿Existe un nuevo feminismo?». Puntualizó que en muchos casos se tratan de «puntos históricos de colaboración» y de «convivencia»que «convienen para avanzar en determinados momentos».
Según la diputada del PSOE, las mujeres todavía «pelean por la autonomía de sus cuerpos», con temas como el aborto, la prostitución y los vientres de alquiler, sobre los cuales opinó que «hemos pasado del romanticismo de la maternidad a vender a los niños».
Los otros participantes de la mesa redonda, el diputado autonómico de Más Madrid Javier Padilla y Margarita Sánchez Romero, catedrática de prehistoria en la Universidad de Granada, coincidieron con Calvo en que no podía considerarse que existiera un nuevo feminismo.
Sánchez Romero justificó esta afirmación diciendo que «no se ha logrado el objetivo de igualdad que se pretendía desde el siglo XVIII». «Sí hay nuevos actores en el debate», indicó. También rescató el cambio de paradigma que impulsó el feminismo en las ciencias de la historia, declarando que este movimiento «ha transformado la arqueología y la forma de ver el pasado», superando «los estereotipos y ocultaciones que sustentan la desigualdad».
Padilla hizo referencia al «primer impulso» de los hombres de «quedarse callado y no molestar» para no opacar a las mujeres en el movimiento feminista, contrastándolo con la necesidad de lo que llamó un «nuevo abordaje para materializar la lucha». «Los centros profundamente patriarcales ya existen para mantener un ‘statu quo’ desigual, tiene que haber políticas públicas y se tiene que desmontar el ‘pacto de caballeros’ que refuerza comportamientos machistas y violentos», dijo.
En la edición de este año, las galardonadas con los Premios de la Igualdad en la Abogacía fueron la abogada y feminista Ángela Cerrillos, Maite Oronoz, presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico, y María Alfonsina Aragón, la primera abogada que ejerció como jueza en España, con un reconocimiento póstumo en este último caso. Fueron presentados por Victoria Ortega, presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, y Ander Gil, presidente del Senado de España.
Debate sobre el lenguaje inclusivo
La mesa titulada sencillamente «Lenguaje inclusivo» abrió el debate sobre este fenómeno entre Fernando Garea, periodista y ex presidente de la agencia EFE, Susana Guerrero, catedrática de Lengua Española en la Universidad de Málaga, y Carme Junyent, profesora de lingüística en la Universidad de Barcelona.
Garea destacó la responsabilidad de los periodistas con la igualdad en el lenguaje que se usa, con ejemplos de cómo se reportan los casos de violencia de género y la representación femenina en puestos de autoridad. «Nosotros también tenemos un poco de culpa», dijo, señalando que EFE cuenta en la actualidad con una sección dedicada a las mujeres y un manual de comunicación no sexista.
A pesar de mostrarse a favor del lenguaje inclusivo, Garea señaló que el desdoble, entendiéndose como la mención de ambos géneros, «puede complicar la economía del lenguaje. A pesar de ello, declaró que «hay que usar las palabras para acabar con los estereotipos y la sociedad patriarcal».
Guerrero puso en relieve la investigación lingüística como «espacio para hablar bien y con seriedad» de las novedades en el campo. «Que cada quien hable como quiere, pero todas las lenguas tienen que estar en debate», dijo, recalcando que «las lenguas vivas tienen que adaptarse a los cambios en la sociedad, y al final gana la mayoría».
También señaló el enfoque de estos debates en los medios de comunicación como un elemento que dificulta el debate sano. «La forma de enfrentamiento en que se cuenta, tomándolo como burla o parodia, es culpa de los periodistas», dijo «Son cosas que no cambian si no se debaten.
Junyent ofreció una visión radicalmente distinta al desdeñar los argumentos del lenguaje inclusivo y señalar la «superstición de que la lengua cambia la realidad cuando la lengua siempre se adapta». Calificó de «arrogancia» el intento de «interferir en las lenguas pensando que se puede mejorar», citando a Adolph Hitler, Benito Mussolini, Nicolae Ceaușescu y Fidel Castro como figuras históricas que lo intentaron.
«Nos han hecho creer que el género masculino se asocia necesariamente al hombre y el femenino, a la mujer», aclaró, poniendo las palabras «víctima» y «pareja» como ejemplo de la arbitrariedad del género gramatical y de la «necesidad de un tercer género». «No es progresista, es un intento de control», declaró. «Cambiemos el mundo y el lenguaje ya cambiará»
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