Habilidades para desarrollar tu potencial como abogado
Si bien la carrera no es difícil en sí misma, el desafío va más allá de conocer las leyes y su interpretación en profundidad.

Habilidades para desarrollar tu potencial como abogado

|
22/5/2023 14:48
|
Actualizado: 25/5/2023 10:54
|

Con una tasa de empleabilidad de entre el 80% y el 90%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España ejercen en activo 132.800 abogados.

Una labor clave para la defensa legal del individuo para más del 80% de la ciudadanía, de acuerdo con las encuestas del Consejo General de la Abogacía Española.

Pero cuyo éxito se debe no sólo al conocimiento de las leyes, sino a las aptitudes personales del abogado.

Una pasión, un desafío

Según las encuestas de 2021 del Consejo General de la Abogacía Española, el 82% de la ciudadanía considera que la abogacía es esencial para la defensa de sus derechos y libertades. Con alrededor de 133.000 abogados en activo, España se encuentra entre los cinco países con más abogados de la Unión Europea.

Una profesión cuyo difícil acceso palidece ante sus retos reales.

Por ello, todos aquellos interesados en realizar un grado en derecho deben desarrollar habilidades y conocimientos relevantes para forjar su futuro como abogados.

Razón por la que centros como Esade — la mejor universidad privada de España en Derecho según la Fundación CyD en 2020 — creen que una sólida formación académica, las experiencias internacionales, el desarrollo de habilidades y las prácticas profesionales son cruciales para las competencias del futuro abogado.

Un oficio tan desafiante como apasionante.

¿Qué desafíos debe afrontar un abogado?

En España, por lo general, para ejercer como abogado es necesario haber estudiado cuatro años y especializarse a través de un máster. Si bien la carrera no es difícil en sí misma, el desafío va más allá de conocer las leyes y su interpretación en profundidad.

Durante el curso, además de mantener un buen ritmo y nivel de notas, es imperativo cultivar ciertas aptitudes personales capitales para la labor.

Desde la intuición hasta la oratoria.

En consenso prácticamente unánime, la vida diaria de un abogado se caracteriza por una gran presión. En muchos casos, patente en jornadas impredecibles, largas e intensas, donde abundan las reuniones y múltiples consultas con la biblioteca y, muchas veces, con el resto del equipo.

Asimismo, la conciliación entre el trabajo y la vida personal a menudo puede resultar difícil, según el caso.

Y he ahí el motivo por el que hace falta curtirse bien.

Las habilidades clave que todo abogado debe tener para tener éxito en su carrera son muy variadas.

Pero, sin lugar a dudas, desarrollarlas puede marcar la diferencia en el mercado laboral actual.

Si bien el Instituto Nacional de Estadística (INE) sitúa que la empleabilidad de la rama supera el 80% —y excede el 90% en caso de masters de especialización—, dar con clientes puede ser un reto. En especial, si las aptitudes no rebasan de sus bases.

Aptitudes personales: así se cincela el éxito de un abogado

A base de honda teoría, pero también insistente práctica, las habilidades que debe poseer un abogado se abren en distintas ramas. Por una parte, la más importante, la empatía es el valor esencial del oficio.

El trabajo se desarrolla con el objetivo de brindar asistencia legal a quien desconoce sus recovecos. Por lo que una comunicación efectiva será capital entre ambas partes para entender las opciones, la evolución y las expectativas de cada caso.

Asimismo, un abogado debe tener una impecable capacidad de negociación. Dimensión que atañe tanto al cliente como al juicio en sí mismo, o al trato con los compañeros del otro lado.

Y, para ello, es igual de importante una constante en las prácticas formativas de los abogados: explotar el análisis de los datos recopilados sobre el caso. Como sucede en muchos casos de relevancia mundial o colectiva, los detalles cuentan más de lo que parece.

Determinación, comprensión y compañerismo

Entrando en los casos en sí mismos, éstos a menudo son un verdadero desafío. Motivo por el que tanto una actitud resolutiva como una gran capacidad para la toma de decisiones resultan indispensables para agilizar la resolución de cada reto.

En esa misma línea, siendo necesario tanto adaptarse a los giros de guion o impedimentos de cada caso como recurrir a la creatividad para superar obstáculos.

Pero ¿qué hay de las relaciones interpersonales?

Retomando la cuestión de la oratoria y, en general, el don de palabra que precisa el abogado para ser claro y conciso, los dotes de comunicación verbal y escrita son una obligación.

Un error en la exposición de los argumentos puede acabar muy mal para el cliente. Y, dentro de ello, aprender a trabajar en equipo es siempre una clave para el éxito.

Sea con el cliente para entender y asistir sus necesidades como con los compañeros para acrecer la eficiencia.

Finalmente, pero no por ello menos importante, la gestión del tiempo es una habilidad muy a tener en cuenta para el ejercicio de la abogacía. La celebración de algunos juicios puede llegar a demorarse mucho en el tiempo.

Razón por la que la constancia es una máxima a cumplir en el seguimiento de cualquier caso. En conjunto, aptitudes que se parecen mucho a los requisitos formativos para una carrera o grado que, en abogacía, trascienden el aula.

Noticias Relacionadas:
Lo último en Profesionales