La Real Academia de la Lengua Española recibe el premio Gumersindo de Azcárate en su XIII Edición
Belén Merino, decana autonómica de los registradores de Madrid, Andrés Allamand, secretario general Iberoamericano, Santiago Muñoz Machado, director de la RAE y María Emilia Adán, decana del Colegio de Registradores. Foto: Registradores.

La Real Academia de la Lengua Española recibe el premio Gumersindo de Azcárate en su XIII Edición

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08/6/2023 06:31
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Actualizado: 26/9/2023 17:43
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La Real Academia de la Lengua Española (RAE) recibió ayer, en la persona de su director, Santiago Muñoz Machado, el XIII Premio Gumersindo de Azcárate, que concede cada año el Colegio de Registradores de España y el Decanato Autonómico de Registradores de Madrid, que tuvo lugar en el Gran Casino de Madrid.

Un premio en reconocimiento por su continua labor de defensa del español en todos los territorios que lo utilizan como lengua de comunicación. Los registradores instituyeron este galardón para reconocer a personas o entidades que promueven el Estado social y democrático de derecho y el desarrollo institucional y con ellos la paz, la convivencia y el progreso económico y social.

La XIII Edición del Premio Gumersindo de Azcárate fue entregado por el secretario general Iberoamericano, el chileno Andrés Allamand, quien recordó que España e Iberoamérica comparten tres cosas: la lengua, una lengua que ya hablan 600 millones de personas, lo que la convierte en un agente cohesionador, el derecho –»somos todos herederos del derecho romano, el canónico y el germánico»– y el futuro.

Allamand recordó que Muñoz Machado preside la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), entidad que agrupa a 23 academias de nuestra lengua de Iberoamérica, Filipinas, Guinea Ecuatorial y España, creada hace 72 años.

El secretario general Iberoamericano subrayó el impulso y la reactivación que el director de la RAE había dado a ASALE en los últimos años.

María Emilia Adán
La decana de los Registradores, María Emilia Adán, recordó el poder de las palabras, cuyo uso torticero de las palabras que puede convertir la verdad oficial en lo que antes no lo era. Foto: Registradores.
Registradores
El acto, celebrado en el Casino de Madrid, presentó un lleno hasta la bandera. Foto: Registradores.

La decana del Colegio de Registradores, María Emilia Adán, destacó la importancia de otorgar este importante premio a la RAE, en la persona de su director, Santiago Muñoz Machado, y a la «lengua española, un tesoro que nos une a ambos lados del Atlántico».

Con este premio, añadió Adán, abordaban la «cuestión de la lengua». Porque «las palabras pueden ser guardianas de la libertad, pero también agentes activos de manipulación».

«Nadie como don Gumersindo», recordó la decana del Colegio de Registradores, «era consciente de poder de las palabras cuyo uso torticero puede crear una realidad paralela, a convertir la verdad oficial en lo que antes no lo era. A desacreditar los valores sobre los que se asienta nuestra civilización».

Adán insistió en que “la RAE acomete la tarea esencial de fijar su contenido” y su labor “trasciende lo meramente lingüístico, buscando el consenso terminológico que trasciende a lo conceptual”.

Por ello, hay que alabar el logro de la RAE, en colaboración con el Consejo General del Poder Judicial, de la publicación del Diccionario de Español Jurídico, primero, más tarde del Diccionario Panhispánico del Español Jurídico y su versión digital actual, con vínculos a la legislación y jurisprudencia de aquellos países que hablan el español. «Y que está al alcance de cualquier ciudadano del mundo».

Santiago Muñoz Machado
Santiago Muñoz Machado subrayó la potencia del español en nuestros días y cómo la RAE fue la única institución que sobrevivió con fuerza tras la independencia de las provincias españolas en América. Foto: Registradores.

El último en intervenir, tras recibir el premio, fue el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, quien recordó que la Real Academia que dirige tiene ya 310 de antigüedad.

«Fijó en el primer tercio del siglo XVIII el primer léxico del castellano. En el segundo, su ortografía. Y desde entonces hasta hoy su autoridad ha sido tanta que estas tres grandes obras, el diccionario, la ortografía y la gramática han sido consideradas, sin discusión, las normas reguladoras del buen uso de la lengua española», explicó.

Fue la única institución que quedó en pie tras la independencia de la repúblicas americanas. «Todas las instituciones del imperio fueron sustituidas o anuladas. Sólo las Partidas, la nueva recopilación y otras leyes medievales fundamentales aguantaron vigentes hasta ser sustituidas a mediados y finales del siglo XIX. La única institución que quedó en pie después de esta demolición general fue la Real Academia Española. Y el español no solo no perdió el dominio como lengua general y de comunicación sino que el gran fenómeno de su expansión por las nuevas repúblicas americanas empezó entonces», contó.

«Puedo decir que la lengua española tiene actualmente un gobierno confederal, ampliamente descentralizado, nada burocratizado, ajeno a cualquier comportamiento arbitrario o dominante de una parte sobre las demás»

La autoridad de la RAE fue contestada en ese contexto. Pero la institución se mantuvo hasta ser indiscutible hoy.

«Desde 1870 la RAE fomentó la creación en cada uno de los estados americanos de una Academia de la Lengua Española regida por estatutos y reglamentos idénticos a los nuestros. En 1951, por iniciativa de un gobierno mexicano, se creó una asociación que reúne a todas las academias existentes», prosiguió.

«En la actualidad somos 23. La Asociación que reconocemos por las siglas ASALE, ha avanzado hasta un panhispanismo integral que implica que todas las obras que fijan el canon del idioma lo preparamos en común, las consensuamos. Puedo decir que la lengua española tiene actualmente un gobierno confederal, ampliamente descentralizado, nada burocratizado, ajeno a cualquier comportamiento arbitrario o dominante de una parte sobre las demás. El director de la RAE preside esta impresionante organización que ha aceptado nuestro liderazgo».

Dicha asociación, según Muñoz Machado, es una formidable estructura que cuida lo mejor de nuestra cultura común: el español, «una joya que los gobiernos deberían cuidar mucho más de lo que lo hacen».

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