El asesinato –fallido– de Fernando el Católico, en la Barcelona de 1492, habría cambiado la historia de España
Fernando Sancho y Michelle Jenner representaron a Fernando II de Aragón y a Isabel de Castilla, los Reyes Católicos, en una exitosa serie de RTVE. Foto: RTVE.

El asesinato –fallido– de Fernando el Católico, en la Barcelona de 1492, habría cambiado la historia de España

El 7 de diciembre de 1492, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón –y la corte itinerante– se encontraban en Barcelona para celebrar la conquista del Reino de Granada, acaecida el 2 de enero de ese año. Era el último reducto musulmán en la península ibérica, después de 9 siglos. Aquella victoria marcó el final de la Reconquista.

Dos meses antes, el 12 de octubre, Cristóbal Colón se había dado de bruces con un continente desconocido en su búsqueda de un atajo por el oeste, para llegar a Catay y Cipango, la tierra de las especias. América. Pero la conciencia de ese descubrimiento tardaría en materializarse.

Isabel de Castilla, de 43 años, y Fernando de Aragón, de 42 años (sí, la reina era un año mayor que el rey) tenían razones para celebrarlo y estar felices.

Su matrimonio, del que habían nacido cuatro mujeres –Isabel, de 22 años, Juana, de 13 años, María, de 10 años y Catalina, de 7 años– y un varón, Juan, de 14 años, había dado lugar a la unión de ambos reinos, Castilla y Aragón, el germen de lo que hoy es España.

Ambos pertenecían a la misma dinastía, los Trastámara.

Aquella mañana el rey había estado presidiendo una audiencia de justicia en el Palacio Real, donde se celebraban los juicios, para oír las súplicas y lamentaciones de los pobres miserables”.

Cuando terminó el acto se fue a almorzar. Había bajado las escaleras de la Plaza del Rey, en el corazón de la plaza gótica, para montar en su caballo. Se encontraba junto a la puerta de la capilla, que estaba en el mismo palacio, departiendo con los que le acompañaban.

A pesar del buen ambiente por la conquista de Granada, sin embargo, según cuentan los cronistas, había cierta tensión política en Cataluña. Los catalanes estaban descontentos con la política de Fernando II de Aragón, que consideraban demasiado centralista.

Palacio Real de Barcelona
El atentado contra Fernando II de Aragón tuvo lugar en este lugar del Palacio Real de Barcelona.

SE ABALANZÓ GRITANDO «¡VIVA CATALUÑA!»

En ese momento, un hombre que se había mezclado entre los acompañantes del Rey, se abalanzó sobre el monarca al grito de «¡Viva Cataluña!». Blandía una espada «corta y ancha, que cortaba como una navaja de afeitar», que había llevado oculta. Le dio un golpe «entre el cuello y la cabeza». En el hombro izquierdo, para precisar.

«En este punto, salió un hombre furioso y vil de baja suerte del lugar de Cañamás en el Vallés… que estaba escondido aguardando al rey a la puerta de la capilla que estaba en el mismo palacio junto con la sala real; y al tiempo que el rey movió para descender la grada, sacó una espada desnuda y hirióle por las espaldas en la cerviz, de tal golpe que si no se embarazara con los hombros de uno que estaba entre él y el rey fuera maravilla que no le cortara la cabeza», relata Jerónimo de Zurita y Castro, historiador y cronista mayor del Reino de Aragón, autor de los Anales de la Corona de Aragón.

Fernando el Católico salvó milagrosamente la vida gracias al voluminoso y sólido collar del Toison de Oro que llevaba al cuello. El Toison de Oro era una de las órdenes más prestigiosas de Europa, reservada a los nobles más destacados. El Rey de Aragón había sido nombrado caballero de dicho orden 20 años atrás por el duque de Borgoña, Carlos «el Temerario», en reconocimiento a sus logros como monarca.

Fernando el Católico y el toison de oro
El Rey de Aragón retratado con el collar del Toisón de Oro que le salvó la vida.

«El movimiento que hizo el Rey con el cuerpo al bajar, y un collar de oro que siempre traía al cuello, sobre que descargó la mayor parte del golpe, fueron causa que no lo hiciese», relata Zurita.

Los guardias del Rey se abalanzaron sobre el agresor, que no murió acuchillado por orden del monarca. Quedó arrestado.

El Rey fue atendido de inmediato, en la capilla, por los médicos de la corte, que lograron detener la hemorragia. Luego fue trasladado a su habitación en el Palacio Real, donde permaneció convaleciente durante varios días.

Fernando El Católico, por Michel_Sittow
El retrato que el pintor Michel Sittow realizó a Fernando el Católico recoge la cicatriz que le dejó el atentado de Canyamars.

EL MAGNICIDA ERA UN CAMPESINO

El agresor resultó ser Joan de Canyamars, de 60 años, un campesino del maresme, cerca de Mataró.

Como era lo habitual en aquel momento, Canyamars fue torturado para que confesara sus motivos. Unas crónicas dicen que fueron políticos y otros religiosos. Incluso se dijo que estaba loco. Sea como fuere, el hecho incontestable es que había intentado quitar la vida al Rey. Y casi lo había conseguido.

Canyamars fue sometido a un juicio sumarísimo y rápido. Fue declarado culpable y condenado a muerte.

La ejecución se llevó a cabo cinco días más tarde, el 12 de diciembre, con ensañamiento. Como aviso para navegantes.

El magnicida frustrado fue paseado desnudo, atado a una pica sobre un carro. La ejecución comenzó en la Plaza del Rey. Allí el verdugo le amputó, primero, «el puño y medio brazo». Luego el carro inició su marcha a través de las calles. Por el camino le fueron desmembrando poco a poco las extremidades.

Después el verdugo le arrancó los pezones, la nariz, las orejas y los ojos. Todavía vivía cuando llegó a ese punto del suplicio.

Mientras tanto, los muchachos y la gente joven lo apedreaban.

«El traidor fue condenado por la justicia de la ciudad á muy cruelísima muerte; fue puesto en un carro y traído por toda la ciudad, y primeramente le cortaron la mano con que le dio al Rey, y luego con tenazas de hierro ardiendo le sacaron una teta, y después le sacaron un ojo, y[…]”, cuenta Zurita.

El atentado de Barcelona tuvo una gran repercusión en la historia de España.

El Rey Fernando se convirtió en un símbolo de la unidad de la Corona de Aragón. El atentado fue utilizado para reforzar su poder en Cataluña.

Dibujo del atentado
Reproducción del atentado según un dibujo del siglo XV.

LAS CONSECUENCIAS DE HABER TENIDO ÉXITO EL ASESINATO

El asesinato de Fernando el Católico en 1492 habría tenido un impacto significativo en la historia de España y de Europa, de haber conseguido Canyamars lo que pretendía.

En primer lugar, habría impedido la unión futura y estable de las coronas de Castilla y Aragón, que fue uno de los principales logros del reinado de Fernando el Católico. Sin la unión de las coronas, España habría permanecido dividida, lo que habría dificultado su expansión en Europa y en América.

En segundo lugar, habría debilitado el poder de la Corona en Cataluña, donde Fernando II de Aragón era un gobernante impopular. El descontento en Cataluña habría aumentado, lo que podría haber llevado a un conflicto armado.

En tercer lugar, habría alterado el equilibrio de poder en Europa. Fernando el Católico era un líder respetado y un hábil diplomático.

Su muerte habría dejado un vacío de poder que habría sido aprovechado por otros gobernantes, como los franceses o los otomanos.

Fernando el Católico sobrevivió gracias a su costumbre de llevar el collar del Toisón de oro, que fue lo que finalmente lo protegió y le salvó la vida que, de otra forma, habría perdido irremediablemente.

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