Félix Sobrino, director de corporación y gobernanza de Iberdrola: “somos un área totalmente integrada con los negocios”
Félix Sobrino, director de corporación y gobernanza de Iberdrola.

Félix Sobrino, director de corporación y gobernanza de Iberdrola: “somos un área totalmente integrada con los negocios”

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05/5/2024 06:30
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Actualizado: 06/5/2024 10:55
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En el competitivo mundo empresarial de hoy, la integración de las prácticas de gobernanza dentro de los modelos de negocio se ha convertido en un imperativo para las compañías que buscan sostenibilidad y responsabilidad corporativa.

Hablamos con Félix Sobrino, director de los Servicios Jurídicos de Finanzas, Desarrollo y Corporación en Iberdrola S.A. y consejero dominical de Iberdrola España, S.A.(Unipersonal). Dicho de otro modo, el jefe de los «in house» –como se les denomina en el mundo anglosajón– de esta multinacional energética española.

Este abogado de Estado en excedencia, se incorporó a Iberdrola en 2012.

Sobrino cuenta con una carrera dilatada dentro del sector público español, donde desempeñó varios roles clave que destacan su «expertise» y dedicación al servicio público.

Su experiencia abarca desde el ámbito de la sanidad y consumo hasta asuntos económicos y tributarios, demostrando su versatilidad y compromiso con la Administración Pública.

En 2007, ejerció como abogado del Estado adjunto al Ministerio de Sanidad y Consumo, como responsable de asistencia jurídica a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

Posteriormente, fue designado abogado del Estado jefe adjunto en la dirección del Servicio Jurídico de la Agencia Tributaria (AEAT) en la subdirección general de Organización y Asistencia Jurídica.

Ocupó el puesto de Abogado del Estado en la Audiencia Nacional en las áreas contencioso-tributaria y económico-financiera.

Antes de incorporarse a Iberdrola, hasta junio de 2012, ejerció como Abogado del Estado adjunto en la Abogacía del Estado del Ministerio de Economía y Competitividad, dando asistencia al Gabinete Jurídico del Ministerio. Es un hombre comedido y prudente con la cabeza muy bien amueblada.

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Este abogado de Estado en excedencia, se incorporó a Iberdrola en 2012, donde ha desempeñado varios puestos.

Las asesorías jurídicas de las empresas están cada vez más cerca de la dirección, incluso, en muchos casos forman parte de ella. ¿Qué caracteriza a un abogado de empresa, un “in-house” de una entidad grande, como Iberdrola, de otra de una empresa mediana o de otros abogados de despachos o de empresas de otros sectores

Por lo que se refiere a la estructura, la asesoría jurídica ha adoptado una estructura que nosotros llamamos de “guante” con los negocios.

Los servicios jurídicos no están sólo divididos por áreas jurídicas de conocimiento, como se hace en los despachos de abogados y en muchas asesorías jurídicas de empresa, distribuidos geográficamente en atención a la estructura societaria del Grupo, sino que tienen una estructura al servicio de los negocios y de las áreas corporativas de la compañía.

Esto permite estar completamente pegados al negocio y alienados con sus intereses y con la estrategia general de la Compañía, sin dejar de dar valor en el ejercicio de nuestra funciones de asesoramiento legal, formando parte de sus equipos, estando en los proyectos de los negocios desde su inicio y como un miembro más, ayudando en la toma de decisión.

Nuestra visión es la creación de valor para la compañía como un área completamente integrada en el negocio.

«Somos y debemos ser también una asesoría jurídica sostenible (premiada como el proyecto más innovador en los Premios Expansión del año 2023), haciendo de la sostenibilidad una de las señas de identidad de los Servicios Jurídicos de Iberdrola»

Y en el ámbito legal, ¿cómo se materializa esta visión? ¿qué elementos clave diría que definen el modelo de asesoría jurídica?

Trabajando en una compañía líder en sostenibilidad, la misión a futuro de la asesoría jurídica no puede ser otra que tratar de maximizar la aportación de valor a la compañía contribuyendo a lo que forma parte del ADN de Iberdrola el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad.

Somos y debemos ser también una asesoría jurídica sostenible (premiada como el proyecto más innovador en los Premios Expansión del año 2023), haciendo de la sostenibilidad una de las señas de identidad de los Servicios Jurídicos de Iberdrola.

¿Cuáles son los principales desafíos identificados al llevar a cabo la transformación de la función legal, especialmente en el contexto de la sostenibilidad?

Resumiría en tres las mejores prácticas o recomendaciones para llevar un proceso de transformación de la función legal:

Primero, diagnóstico previo, que permita detectar puntos de necesidad y defina objetivos para resolverlos y que ayude a implantar tecnología con sentido y con una meta clara a alcanzar, priorizando los proyectos.

Segundo, pensar en grande y actuar en pequeño, es decir, teniendo muy claro los objetivos a conseguir y la meta a alcanzar pero empezando con pequeños proyectos que consigan rápidos beneficios, dirigidos a su cumplimiento e ir mejorando poco a poco dichos procesos.

Tercero, gestión del cambio con las personas, no solo con los miembros de la asesoría jurídica sino también con los de todas las áreas de la compañía involucradas, lo que exige comunicación y formación.

La excelencia técnica y operativa se alcanza mediante la formación a los miembros de la asesoría jurídica, con la implantación de planes anuales de formación a los negocios y áreas corporativas, con la creación de grupos multidisciplinares con los negocios y generando mesas de debate con empresas y despachos líderes para compartir mejores prácticas.

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Félix Sobrino subraya que «Trabajando en una compañía líder en sostenibilidad, la misión a futuro de la asesoría jurídica no puede ser otra que tratar de maximizar la aportación de valor a la compañía contribuyendo a lo que forma parte del ADN de Iberdrola el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad»

¿De qué manera recoge y utiliza Iberdrola las opiniones de sus accionistas y demás grupos de interés?

En Iberdrola se ha situado la involucración de sus accionistas en la vida social como una de las claves de su estrategia de gobierno corporativo y de desarrollo sostenible en el marco de su relación con este Grupo de interés.

Desde el año 2015, cuenta con una política en esta materia, supuso una novedad en la forma en que las sociedades cotizadas se venían relacionando con sus accionistas en aquel momento, siendo el Consejo de Administración el órgano encargado de promover y supervisar la estrategia general de involucración de los accionistas de la Sociedad en la vida social, revisar, reforzar y actualizar periódicamente para seguir fomentando la involucración continuada y permanente de los accionistas en la vida social.

«Esta dinámica de interacción continua con los accionistas, que no se limita a una reunión anual, nos lleva al concepto de “junta permanente” que para el consejo de administración supone una rendición de cuentas constante ante los accionistas, a cambio de disponer de una información actualizada sobre los intereses del accionariado»

La compañía aspira a que la involucración de los accionistas en la vida social sea efectiva y se mantenga constante durante todo el año, durante los 365 días del año, manteniendo con ellos un diálogo permanente, lo que permite de la mejor manera el alineamiento de los intereses de los accionistas con los de la sociedad, poniendo la innovación y las nuevas tecnologías al servicio de la involucración de los accionistas en la vida social con la finalidad de lograr una interacción con el mayor número posible de ellos, independientemente del lugar en el que se encuentran, y fortalecer y facilitar el acceso a la información.

Esta dinámica de interacción continua con los accionistas, que no se limita a una reunión anual, nos lleva al concepto de “junta permanente” que para el consejo de administración supone una rendición de cuentas constante ante los accionistas, a cambio de disponer de una información actualizada sobre los intereses del accionariado.

¿Cómo se mide el éxito o impacto de las iniciativas de involucración de los accionistas? Y ¿cuáles son los principales desafíos o barreras?

Un indicador clave de la involucración de los accionistas es el quórum de la Junta, es decir, el porcentaje del capital social que participa. Y otro, el respaldo obtenido por las propuestas del Consejo de Administración en las votaciones.

Más de la mitad de los accionistas que participan en nuestra Junta lo hace por internet, a través de la web corporativa de Iberdrola, como también son mayoría los accionistas que optan por la asistencia telemática frente a la presencial, como es lógico teniendo en cuenta la dispersión geográfica del accionariado.

De ahí que el número de visitas a la retransmisión por «streaming» de nuestra Junta supere las 4.000, mucho más que los que podrían hacerlo en una concreta ubicación física en una hora y lugar determinados.

    Asgura que «La Excelencia técnica y operativa se alcanza mediante la formación a los miembros de la asesoría jurídica»

    ¿Es posible o se requiere de un reconocimiento legislativo de ese nuevo modelo que promueven de junta permanente?

    La involucración no puede improvisarse: es el producto de una relación directa con los accionistas que debe gestionar la propia compañía, con el fin de mantener una actitud de escucha atenta y proactiva ante los diversos intereses que están presentes en un accionariado disperso y global, como el de Iberdrola.

    Lo cierto es que la presencia física en un local y hora determinada ha dejado de ser una realidad como lo ponen de manifiesto los quórums de asistencia a las juntas, en el sentido de que la inmensa mayoría de los accionistas que participan en la misma lo hacen con carácter previo a la reunión.

    Pero más aún, la presencia física ha dejado de ser necesaria como garantía del pleno ejercicio de sus derechos por el accionista, convirtiéndose por lo contrario en un instrumento para el ejercicio abusivo de sus derechos por parte de accionistas con insignificantes porcentajes de capital que persiguen intereses ajenos al interés social (reivindicación de derechos por colectivos organizados o para la difusión propagandística de opiniones o ideas), con el consiguiente coste reputacional y de imagen para las sociedades cotizadas en perjuicio de sus accionistas.

    En definitiva, cada compañía debería poder optar por organizar la reunión de la Junta General de forma física, telemática o híbrida, como considere conveniente por razones exclusivamente organizativas, ya que la forma de la reunión en ningún caso afectaría al ejercicio de los derechos de los accionistas.

    En todo caso, en Iberdrola seguiremos con nuestro modelo de “Junta Permanente” como máxima expresión de esa involucración que nos ha permitido compartir con los accionistas y fortalecer con su respaldo masivo una estrategia de éxito basada en el desarrollo sostenible.

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