Firmas

Opinión | «Spotlight»: la prensa frente al silencio cómplice de la Iglesia en los casos de pederastia

Opinión | «Spotlight»: la prensa frente al silencio cómplice de la Iglesia en los casos de pederastia
La investigación ganó el Premio Pulitzer al Servicio Público para el Boston Globe. Igualmente, el film "Spotlight" consiguió, merecidamente, el Oscar a la Mejor Película en 2016.
14/7/2024 06:38
|
Actualizado: 13/7/2024 16:20
|

Basada en hechos reales, «Spotlight» saca a la luz uno de los escándalos más oscuros de la Iglesia Católica, al tiempo que rinde homenaje a la tenacidad de un grupo de periodistas que desafiaron grandes obstáculos para revelar la verdad.

«Spotlight» es un elogio al buen periodismo y un sentido tributo a las víctimas de los abusos sexuales cometidos en el seno de la Iglesia.

La investigación ganó el Premio Pulitzer al Servicio Público para el Boston Globe. Igualmente, el film consiguió, merecidamente, el Oscar a la Mejor Película en 2016.

La historia se centra en un pequeño equipo de investigación del periódico The Boston Globe, apodado «Spotlight», que en 2002, comenzó a destapar casos de pederastia cometidos por sacerdotes católicos en Boston, lo que a la postre desataría un escándalo mundial.

Los dos principales protagonistas de la trama, Walter ‘Robby’ Robinson, redactor jefe de Spotlight (interpretado por Michael Keaton), junto a Michael Rezendes (Mark Ruffalo), el reportero que lidiará con el sistema para conseguir el acceso a los documentos claves.

La película retrata meticulosamente cómo el equipo, liderado por Walter ‘Robby’ Robinson (interpretado por Michael Keaton), junto a Michael Rezendes (Mark Ruffalo), Sacha Pfeiffer (Rachel McAdams), y Ben Bradlee Jr. (John Slattery), profundizó en una investigación que muchos preferían mantener en la sombra.

Se enfoca en la rigurosidad del proceso periodístico: desde la verificación de fuentes, la exhaustiva documentación, las cientos de llamadas, las visitas puerta a puerta, hasta las reuniones nocturnas en la redacción, cada detalle fortalece la sensación de autenticidad y urgencia.

Los periodistas van uniendo, pieza a pieza, un puzzle de complicidad y silencio sistémico que llegaba hasta las más altas esferas de Iglesia católica de Boston, incluido el cardenal Bernard Law.

Así se lo relata el temperamental periodista Michael Rezendes a su jefe de equipo, Walter ‘Robby’ Robinson, tras conseguir acceso a una documentación, que hasta esa fecha les había estado vetada y que será clave en su investigación.

Michael Rezendes: ¡Robby, es increíble! Law llevaba años sabiendo lo de Geoghan. No hay duda. Hay una carta dirigida a Law de una tal Margaret Gallant, que vivía en Jamaica Plain, a principios de los años 80, cuando Geoghan servía allí.

Escucha esto. “Nuestra familia está vinculada a la Iglesia, nuestro deseo es proteger las sagradas órdenes, a pesar del tormento en el que estamos sumidos por los siete niños de nuestra familia que han sido violados”. Siete, Robby. Siete niños. [Sigue leyendo la carta]

“Se nos aconsejó que guardásemos silencio. Hace dos años no cuestionamos la autoridad de la Iglesia, pero el padre Geoghan sigue en su parroquia…”. Se la mando a Law y no hizo una mierda.

La película también explora las repercusiones personales y profesionales que enfrentaron los periodistas, con sus dudas, temores, frustraciones y miedos… aunque con un compromiso inquebrantable en su búsqueda de la verdad.

El redactor jefe de Spotlight, Walter ‘Robby’ Robinson, a quien da vida Michel Keaton, junto Peter Conley (interpretado por Paul Guilfoyle), de la Junta de Fundaciones Católicas, se reúnen en un bar donde el último intenta presionarle para que abandone la investigación.

Su trabajo no solo cuestionó las estructuras de poder de la Iglesia, sino sacó a la luz toda una imbricada red de corrupción de las más altas esferas que silenciaba a las víctimas, cambiado simplemente de parroquia a los curas denunciados. Evidentemente, también trataba de silenciar a todo aquel que se atreviera a cuestionar que el tema de los abusos sexuales a menores no eran sino «unas pocas manzanas podridas».

Así, lo define Peter Conley, de la Junta de Fundaciones Católicas, en su intimidante conversación el redactor jefe de Spotlight, Robby Robinson.

Walter ‘Robby’ Robinson: Oye, ¿has venido por lo del cardenal?

Peter Conley: No, no. Yo jamás me atrevería a hablar por el cardenal. Veras, aquí hay mucha gente que te respeta, Robby. Y el trabajo que haces.

Walter ‘Robby’ Robinson: Es bueno saberlo.

Peter Conley: Te preocupas por esta ciudad. Por eso te dedicas a esto. Tú eres así, pero la gente necesita a la Iglesia. Ahora más que nunca… se nota. Y el cardenal es posible que no sea perfecto, pero no podemos desperdiciar el bien que hace por unas manzanas podridas.

Mira, te planteo esto a ti porque sé que es idea de Barrow, es su objetivo. Tengo que decírtelo con sinceridad, a él no le importa esta ciudad como a nosotros. No es de aquí.

Walter ‘Robby’ Robinson: Así es como sucede, ¿verdad, Pit?

Peter Conley: ¿El qué?

Walter ‘Robby’ Robinson: Un hombre presiona a otro y, de repente, toda la ciudad mira hacia otro lado.

Peter Conley: Robby, Robby… Mira, Marty Baron solo quiere dejar su huella. Pasará aquí un par de años y luego se irá, como hizo en Nueva York y en Miami. [Mientras le toca] ¿A dónde vas a ir tú, eh? Buenas noches, Robby.

Walter ‘Robby’ Robinson: Ah, Pit. Cuando publiquemos el artículo, necesitaré un comentario del cardenal.

Además, el filme no solo narra el silencio cómplice de la Iglesia en los casos de pederastia, sino que también critica la complacencia, tanto mediática como social, que permitieron que los abusos continuaran durante décadas, fallando como sociedad a todos esos menores que fueron víctimas, que padecieron estos abusos. Muchos de los cuales muchos nunca han logrado superarlos.

El lucro y la apatía de algunos abogados frente a la impotencia de las víctimas

Y aquí también, mientras unos abogados de las víctimas, como Mitch Garabedian, buscan que que haga justicia y que la verdad salga a la luz, quiere llevar los casos a los tribunales [será quien facilite a los periodistas de «The Globe» a hablar con las víctimas a las que representa]; otros abogados, junto a algunos contratados por la propia Iglesia, desempeñaron un papel de ocultación y silencio.

Alegan cuestiones como los pazos de prescripción, la confidencialidad o la Ley de inmunidad de entidades benéficas que limitaba la indemnización a 20.000 dólares, como motivo para no hablar de la cuestión. «¿20.000 dólares por abusar de un menor?», se cuestionará la periodista Sacha Pfeiffer al hablar con uno de ellos.

Phil Saviano, quien fue víctima en su infancia de los abusos del cura de su parroquia, les cuenta a los periodistas, en primera persona, como padeció el esas atrocidades.

Igual de reveladora es la entrevista que tienen con Phil Saviano, quien fue víctima en su infancia y representante de una asociación de víctimas.

Phil Saviano: Cuando eres un niño pobre, de una barriada pobre, la religión tiene mucho peso. Y si un cura te presta atención eso es algo muy importante. Si te pide que recojas los misales o saques la basura, te sientes especial. es como si Dios te lo pidiera.

Por eso, quizás te parece raro que te cuente un chiste verde…, pero entonces tenéis un secreto compartido y le sigues la corriente. Después te enseña una revista porno y le sigues la corriente. Y le sigues la corriente hasta que un día te pide que le hagas una felación. Y le sigues la corriente porque te sientes atrapado porque él ha sido tu mentor.

¿Cómo le dices que no a Dios? Verán, es importante saber que no se trata solo de abuso físico. También hay un abuso espiritual. Cuando un cura te hace esto, te arrebata tu fe. Así que te das a la botella o a la cocaína. Y si eso no funciona, saltas desde un puente. Por eso nos llamamos supervivientes.

En una de las escenas más impactantes de la película, Michael Keaton, en papel del jefe de la sección Spotlight, junto a la periodista Sacha Pfeiffer se enfrentan y cuestionan al abogado Erick MacLeish (interpretado por Billy Crudup), poniéndolo contras las cuerdas.

«¿Cómo le dices que no a Dios? Verán, es importante saber que no se trata solo de abuso físico. También hay un abuso espiritual. Cuando un cura te hace esto, te arrebata tu fe. Así que te das a la botella o a la cocaína. Y si eso no funciona, saltas desde un puente. Por eso nos llamamos supervivientes»

Han descubierto que todo se hace «a través de acuerdos de confidencialidad», y que abogados como él se llevan un tercio de lo conseguido por las víctimas.

Sacha Pfeiffer: Señor MacLeish, tenemos motivos para creer que ha habido acusaciones contra la menos 87 curas en Boston.

Erick MacLeish: No puedo hablar de eso.

Sacha Pfeiffer: ¿Le parece correcta esa cifra?

Erick MacLeish: Ya le he dicho que ahora no tengo tiempo para esas gilipolleces.

Walter ‘Robby’ Robinson: Erick, ¿por cuántos curas llegaste a acuerdos?

Erick MacLeish: Robby, no puedo decírtelo.

Walter ‘Robby’ Robinson: Vas a darme sus nombres y los de las víctimas.

Erick MacLeish: ¿Me estás amenazando?

Walter ‘Robby’ Robinson: Tenemos dos historias posibles. Una sobre un clero degenerado y otra sobre un puñado de abogados que convirtieron el abuso de menores en una industria lucrativa. Ahora dime, ¿sobre qué historia quieres que escribamos? Porque publicaremos una de las dos.

Erick MacLeish: Ya os mandé una lista de nombres.

Walter ‘Robby’ Robinson: ¿De qué estas hablando? ¿A quién?

Erick MacLeish: Al Globe. Hace años. Tras el caso Porter recibí un montón de llamadas. Tenía 20 curas solo en Boston, pero no podía ir a por ellos sin la prensa. Así que os mandé una lista de nombres pero la enterrasteis.

Walter ‘Robby’ Robinson: Quiero los nombres para mañana.

El redactor jefe de Spotlight, Walter ‘Robby’ Robinson, a quien da vida Michel Keaton, junto a la reportera de esa sección, Sacha Pfeiffer (Rachel McAdams), quien será la encargada de hablar con casi todas las víctimas.

Repercusiones de esa investigación

A lo largo de 2002, el equipo de Spolitht publicó unos 600 artículos sobre el escándalo. 249 curas de archidiócesis de Boston fueron acusados de abusos sexuales. El número de víctimas superó con mucho las 1000 personas.

Tras las repercusiones que tuvieron las distintas publicaciones, que demostraban que el cardenal Law, había ocultado durante décadas los infames abusos, éste dimitió de su puesto en diciembre en 2002. Eso sí, como suele ocurrir en estos casos, fue reasignado a la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, una de las Iglesias católicas más importantes del mundo.

Posteriormente, salieron a la luz casos más graves de abuso en cientos de ciudades del mundo, cuyo listado interminable aparece recopilado en los créditos finales de la película.

«En momentos de cinismo y desilusión hacia los medios, es fundamental recordar que en un estado de democrático su función, como cuarto poder, es esencial. Películas como «Todos los hombres del presidente», «Los papeles del Pentágono» o «Spotlight», subrayan la importancia del periodismo en el mantenimiento de la transparencia y la rendición de cuentas de las instituciones».

La responsabilidad ética de los periodistas

Nos recuerda el valor de la prensa libre y la responsabilidad ética de los periodistas en la búsqueda incansable de la verdad, especialmente cuando esa verdad es incómoda para los poderosos.

Este drama consigue no solo rendir homenaje al periodismo de investigación, sino que también sirve como un recordatorio desgarrador de las víctimas de estos horrores, y del papel de la prensa en la salvaguardia de la verdad.

Cuando los periodistas del Globe comprueban con horror que ellos también pasaron de puntillas por este asunto unos años atrás, -como cínicamente les había recordado uno de los abogados del caso-, el director del medio, Marty Baron, les recuerda el magnifico trabajo que han hecho para esclarecer toda esta trama de corrupción.

Marty Baron: ¿Puedo decir una cosa? A veces, olvidamos que pasamos la mayor parte del tiempo dando traspiés en la oscuridad. De repente, se enciende una luz y los reproches van y vienen sin parar. No puedo hablar de lo que pasó aquí antes de que yo llegara. Pero todos habéis hecho un trabajo periodístico notable. Un trabajo que creo que va a tener una repercusión inmediata y considerable entre nuestros lectores.

Para mí, esta clase de reportaje es lo mejor de nuestro trabajo. Dicho esto, el cardenal Law y la comunidad católica van a reaccionar duramente ante esto. Así que si necesitáis un descanso tomároslo, pero os necesitaré de vuelta el lunes por la mañana concentrados y dispuestos a trabajar.

En momentos de cinismo y desilusión hacia los medios, es fundamental recordar que en  un estado de democrático su función, como cuarto poder, es esencial. Películas como «Todos los hombres del presidente«, «Los papeles del Pentágono» o «Spotlight», subrayan la importancia del periodismo en el mantenimiento de la transparencia y la rendición de cuentas de las instituciones.

Igualmente, reflejan cómo la prensa sirve como control esencial sobre el poder, especialmente cuando ese poder busca ocultar la verdad para proteger sus intereses en lugar de los del público.

Por supuesto, ficciones como estas también nos inspiran a no dar por sentada la libertad de prensa, sino a defenderla como un pilar de la democracia. Recordándonos, a los periodistas, por qué ésta es una de las mejores profesiones del mundo.

Otras Columnas por Yolanda Rodríguez:
Últimas Firmas