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Opinión | «Los papeles del Pentágono»: el difícil equilibrio entre la prensa y el poder

Opinión | «Los papeles del Pentágono»: el difícil equilibrio entre la prensa y el poder
Katherine Graham, (interpretada por Meryl Streep), la primera mujer editora del Washington Post, y su editor Ben Bradlee, (encarnado por Tom Hanks), son capaces de luchar contra el sistema y enfrentarse en los tribunales al gobierno de Richard Nixon para denunciar las mentiras ocultadas durante décadas sobre la guerra de Vietnam.
24/3/2024 06:36
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Actualizado: 23/3/2024 22:08
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En los últimos días hemos sido testigos, con una mezcla de sorpresa y consternación, de conductas que se pueden calificar como tácticas de amedrentamiento y hostigamiento hacia los profesionales de la prensa por parte de algunos actores del escenario político.

Un fenómeno, que desvirtúa los principios de la libertad de prensa y el acceso a la información, fundamentales en cualquier democracia.

Unos acontecimientos que urgen a restablecer un diálogo constructivo y una dinámica de respeto mutuo entre las instituciones de gobierno y el sector mediático, a menudo definido como el “Cuarto Poder”’, después del ejecutivo, el legislativo y el judicial.

El periodismo es el oxígeno de la democracia. Es el guardián que se atreve a preguntar, a cuestionar y a desafiar la narrativa oficial. Su verdadero valor radica en su capacidad para resistir las presiones, ya sean económicas, políticas o sociales, y mantener su integridad. Ejercer su función sin la constante sombra alguna de posibles represalias por parte de aquellos que ostentan el poder.

Igualmente, es importante que los políticos entiendan la crítica de la prensa como algo fundamental para la democracia, útil para la transparencia y el progreso, no como un ataque que exija represalias.

Y, por supuesto, es esencial que nosotros, como periodistas, nos comprometamos a una reflexión crítica sobre nuestras prácticas, manteniendo siempre un compromiso ético con la verdad y con el respeto a la dignidad humana, entendiendo que hay límites que no deben cruzarse en la búsqueda de la noticia.

«El periodismo es el oxígeno de la democracia. Es el guardián que se atreve a preguntar, a cuestionar y a desafiar la narrativa oficial».

Y eso es algo que nos ha mostrado la ficción a través de innumerables historias, como en aquella mítica película El Cuarto Poder” (1952), donde una magnífico Humphrey Bogart nos enseñó a todos a ser mejores periodistas.

Para el recuerdo queda ya esa frase suya a un joven periodista que está buscando trabajo; “Te daré un consejo acerca de esta profesión: sigue probando suerte. Puede que no sea la más antigua pero sigue siendo la mejor”.

Un fotograma de la película “El Cuarto Poder” (1952), donde una magnífico Humphrey Bogart nos muestra por qué ser periodista es la mejor profesión del mundo.

El cine y la prensa

Precisamente, el cine ha explorado el periodismo en todas sus facetas, desde el ámbito de la comedia hasta el drama más intenso. Nos ha entregado historias como «His Girl Friday» (Luna Nueva), en la que el frenesí de una redacción y la astucia de un editor se entrelazan; «Citizen Kane«, que analiza la compleja vida de un magnate de la prensa ficticio, aunque se basada en la figura William Randolph Hearst; o «Ace in the Hole» (El gran carnaval), que cuestiona la ética periodística ante la sed de sensacionalismo.

No menos significativas son obras como «Mientras Nueva York duerme», de 1956, en la que el jefe de un periódico promete un ascenso a aquel reportero que descubra la identidad de un asesino; o «Corredor sin retorno«, de 1963, en la que un periodista con ambiciones se infiltra en un psiquiátrico para investigar un crimen y así conseguir el Premio Pulitzer.

«Network» (Un mundo implacable), de 1976, en la que un presentador anuncia en directo que va a suicidarse tras ser despedido al haber perdido popularidad su programa de noticias; «Bajo el fuego», de 1983, que recoge la dura vida del corresponsal de guerra; o «The Paper» (Detrás de la noticia), de 1994, que muestra la frenética actividad de un periódico durante 24 horas.

«Bajo el fuego», una excepcional película sobre los riesgos que conlleva la profesión de un corresponsal de guerra, en este caso en Nicaragua. En la imagen (Nick Nolte), un fotógrafo, junto a la periodista radiofónica Claire (Joanna Cassidy). 

«El periodismo no es solo una carrera o un negocio; es una vocación fundamental para la conservación de una sociedad libre y abierta».

Lucha entre la profesión periodística y el poder

O una de las más conocidas en la profesión «All the President’s Men«, que  refleja de manera poderosa el por qué el periodismo es el cuarto poder esa no es otra que «Todos los hombres del presidente».

Dirigida en 1975 por Alan J. Pakula, y protagonizada por Dustin Hoffman y Robert Redford, consiguió cuatro Óscar.

La película muestra como dos jóvenes periodistas de The Washington Post (Bob Woodward y Carl Bernstein) investigan la detención de varios ladrones en el edificio Watergate en el que el Partido Demócrata tenía una oficina.

Sus pesquisas acabaran destapando lo que se acabaría conociendo como el ‘caso Watergate’ que concluyó con la dimisión del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, cuatro meses después.

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Dos periodistas de The Washington Post, Bob Woodward (Robert Redford) y Carl Bernstein (Dustin Hoffman ) sacan a la luz el llamado «caso Watergate».

Junto a ésta podríamos también cita a «Ausencia de malicia», una de mis favoritas, de 1981.

El argumento fantástico film dirigido por Sydney Pollack y protagonizado por Paul Newman y Sally Field, donde se muestra cómo los poderes públicos se sirven, a veces, de los medios de comunicación filtrando aquellas informaciones que conviene a sus intereses -algo que vemos habitualmente-.

Esto se suele convertir en un juego inmoral en el que ambos salen beneficiados, pero a consta de vulnerar las leyes y perjudicar a ciudadanos inocentes, llegando incluso a arruinar la vida de una persona, ocasionando su muerte.

La película tiene una moraleja que nos debería hacernos reflexionar un poco sobre la ética periodística, y nos demuestra que en el periodismo no todo debería valer.

Difícil equilibrio entre prensa y poder

Los medios de comunicación libres e independientes son cruciales para la creación de una sociedad informada y comprometida. Son ellos los que, en muchas ocasiones, consiguen levantar alfombras y sacar a la luz muchos escándalos que no saldrían si los periodistas no ejercieran bien su labor.

En este sentido, otras películas interesantes que muestran el difícil equilibrio entre prensa y poder son “El dilema, de 1999, en la que un periodista de investigación indaga sobre las polémicas políticas de la industria tabaquera para vender más su producto incorporando sustancias adictivas (y cancerígenas) tras la información facilitada por un confidente

«Good Night, and Good Luck» (2005), dirigida por George Clooney y ambientada en los años 50, durante la caza de brujas de la era McCarthy , narra el enfrentamiento entre periodista Edward R. Murrow  y el senador Joseph McCarthy.

«La democracia, para sobrevivir y prosperar, necesita de una prensa no solo libre, sino también capaz de cultivar la discusión pública y de abonar el terreno para un cambio significativo y positivo».

«Frost/Nixon» (2008), que relata las famosas entrevistas entre el presentador David Frost y el expresidente Richard Nixon tras el escándalo Watergate, un enfrentamiento legendario que revolucionó el arte de la entrevista y cambió el aspecto de la política; o «Spotlight» (2018), ganadora del Óscar a la mejor película, cuenta la verdadera historia del equipo de periodistas de investigación del Boston Globe que destapó el escándalo de abusos sexuales en la Iglesia Católica.

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Una escena de»Los Papeles del Pentágono», Katherine Graham, (interpretada por Meryl Streep), Ben Bradlee, (encarnado por Tom Hanks), conversan sobre la necesidad de publicar su periódico una noticia que les llevará ante el Tribunal Supremo.

“Los papeles del Pentágono”

Aunque todas ellas son dignas de un análisis profundo, hoy me centraré en «Los Papeles del Pentágono», titulada «The Post» (2017) en su versión original, es una película dirigida por el aclamado Steven Spielberg que sumerge al espectador en una época convulsa de la historia estadounidense, donde el periodismo se convierte en la última defensa de la verdad frente al poder gubernamental.

Aquí vemos cómo actúa la presidencia del Gobierno, con Nixon a la cabeza, ante la publicación de los primeros papeles, por The New York Times (que es el primero en publicarlos).

General asesor: Señor.

Presidente Nixon: ¿Alguna noticia de interés hoy en el mundo?

General asesor: SÍ, señor, un escándalo. El maldito New York Times ha sacado a la luz documentos de máximo secreto sobre la guerra.

Presidente Nixon: ¿Quiere decir que lo ha filtrado el Pentágono?

General asesor: El informe secreto que encargó MacNamara (ex secretario de Defensa). Es una tragedia. Es el fallo de seguridad de mayor magnitud que he visto jamás.

Presidente Nixon: ¿Qué se está haciendo al respecto? ¿Sabíamos que esto iba a salir?

General asesor: No, en absoluto, señor.

Telefonista: El señor Kissinger….

Presidente Nixon: Henry, esto es inadmisible: Es un acto de traición por parte de los cabrones que lo han sacado a la luz.

Henry Kissinger: Estoy absolutamente seguro de que esto vulnera todo tipo de leyes de seguridad.

Presidente Nixon: Tienen que rodar cabezas por esto.

La trama se centra en la decisión de Katherine Graham, (interpretada por Meryl Streep), la primera mujer editora del Washington Post, y su enérgico editor Ben Bradlee, (encarnado por Tom Hanks), de publicar documentos clasificados que revelaron secretos oscuros sobre la intervención de Estados Unidos en Vietnam.

Y eso que ella, debido a su privilegiada situación social, se enfrenta a un problema personal ya que uno de los principales implicados, el ex secretario de Defensa, es uno de sus mejores amigos, quien también intentará influenciarla para no seguir adelante con la difusión de los citados papeles.

La narrativa captura la tensión y el drama que rodearon la filtración de los llamados “Pentagon Papers”. Estos documentos, una detallada historia secreta del involucramiento del país en Vietnam, fueron proporcionados por el analista del Departamento de Defensa Daniel Ellsberg, desenmascarando décadas de engaños gubernamentales.

El filme no solo es un emocionante «thriller» político y periodístico, sino también un homenaje al coraje civil.

«Los Papeles del Pentágono» es una oda al periodismo de investigación y a su rol fundamental en la supervisión del gobierno, recordándonos la importancia de la prensa libre en tiempos de turbulencia política».

Igualmente, describe con maestría cómo era la sala de redacción de esa época, con teléfonos sonando incesantemente, máquinas de escribir clac-clac-clac sobre el papel y periodistas rastreando la verdad, armados con nada más que su agudeza y tenacidad.

«Los Papeles del Pentágono» es una oda al periodismo de investigación y a su rol fundamental en la supervisión del gobierno, recordándonos la importancia de la prensa libre en tiempos de turbulencia política.

Como recuerda el fallo de la Corte Suprema, que ganaron The Washington Post y The New York Times ;y que se lee en la película: «Los Padres fundadores han dado a la prensa libre la protección que debe tener. Para desempeñar su papel esencial en nuestra democracia. La prensa debe servir a los gobernados, no a los gobernantes».

Spielberg, a través de un elenco estelar de actores y una narración meticulosamente construida, no solo cuenta una historia: insta a una reflexión sobre el valor de la transparencia y la necesidad de la prensa para desafiar el «statu quo» en nombre de la democracia.

«Los Papeles del Pentágono» es tan relevante hoy como lo fueron los eventos que retrata, subrayando el mensaje eterno de que la verdad siempre debe salir a la luz, pero la verdad, no lo que nos quieran contar.

El periodismo no es solo una carrera o un negocio; es una vocación fundamental para la conservación de una sociedad libre y abierta.

Es un recordatorio permanente de que la democracia, para sobrevivir y prosperar, necesita de una prensa no solo libre, sino también capaz de cultivar la discusión pública y de abonar el terreno para un cambio significativo y positivo.

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