Firmas
Opinión | «The Diplomatic”, el complejo y delicado arte de la diplomacia
La protagonista, Kate Wyler (interpretada por Keri Russell) es la nueva embajadora de Estados Unidos en Londres, una etapa de paso para ser la futura vicepresidenta del país. Foto: Netflix.
31/3/2024 06:30
|
Actualizado: 31/3/2024 10:31
|
Vivimos en un mundo totalmente globalizado donde es fundamental reconocer que las decisiones políticas trascienden fronteras, impactando un entramado complejo de actores a nivel internacional.
Cada movimiento en el ajedrez político global traspasa las barreras nacionales, repercute en economías, sociedades y ecosistemas de manera extensiva y, a menudo, imprevisible, algo que por desgracia, comprobamos cada día.
Y esto es algo que refleja perfectamente la serie “The Diplomatic” a través de múltiples referencia a acontecimientos recientes como la guerra de Ucrania, la salida de Afganistán, la crisis en el Sahel, sin olvidar la debilidad de la Presidencia de Estados Unidos.
Y todo ello, con un presidente «anciano», como le describen en esta ficción, y una vicepresidenta que no da la talla y a la que están buscando un recambio: la protagonista, Kate Wyler (interpretada por Keri Russell).
Una diplomática de carrera, con amplia experiencia en zonas de crisis como Kabul, Beirut e Islamabad, aterriza en un puesto de alto perfil para el que ella cree que no está preparada: la embajada de Estados Unidos en Londres.
«En este escenario vibrante, Wyler, como embajadora, junto a su equipo de asesores y agentes de inteligencia, debe enfrentar la dura tarea de mitigar crisis internacionales, establecer alianzas decisivas. Tendrá que aprender el «arte de la política» y la negociación»
Una prueba para que el presidente de Estados Unidos decida si es o no una buena candidata a la Vicepresidencia.
La serie “The Diplomatic” (La diplomática), destaca por su hábil representación del mundo de la diplomacia estadounidense, ofreciendo una visión fascinante y realista de los desafíos y dilemas a los que se enfrentan los funcionarios en el ámbito internacional. Desde las tensiones geopolíticas hasta y las intrincadas luchas por el poder dentro de las estructuras gubernamentales.
En este escenario vibrante, Wyler, como embajadora, junto a su equipo de asesores y agentes de inteligencia, debe enfrentar la dura tarea de mitigar crisis internacionales, establecer alianzas decisivas. Tendrá que aprender el «arte de la política» y la negociación.
Y también el peso del poder, la lealtad y la moralidad en el mundo de la política.
Igualmente, deberá adaptarse a una posición de notoriedad que le es incómoda y preservar el espejismo de un matrimonio feliz con el carismático Hal Wyler, encarnado por Rufus Sewell, quien no para de complicarle la vida ejerciendo como un «segundo embajador» en la sombra.
Un papel que a ella la incomoda al no compartir los mismos estándares morales, como se refleja en esta conversación con su segundo en la Embajada.
Subjefe de la misión de Estados Unidos en Londres: No debe de ser fácil tener un marido, que hay tanta tensión y que durante una crisis lo hayan utilizado.
Embajadora Kate Wyler: ¿Te preocupa que esté celosa del poder estelar de mi marido? Inteligencia crea una historia. Ella lo puede corroborar. Una historia basada en hechos incompletos. Y la vida de muchas personas depende de que la gente crea esa historia.
Subjefe de la misión de Estados Unidos en Londres: Sin duda.
Embajadora Kate Wyler: Varios miembros de nuestra Administración han tenido experiencias contradictorias con historias pasmosas procedentes de Hal
Subjefe de la misión de Estados Unidos en Londres: Solo porque ganó.
Embajadora Kate Wyler: No, no se trata solo de ganar. Hay personas que te contarán que Weyler voló heroicamente desde Kabul hasta Masaryk Sharif, en plena noche, para convencer a los líderes talibanes de que retrasaran la toma de Kabul un día más.
Otras personas te dirán que lo hizo, requisando un avión destinado a evacuar afganos que trabajaban para nuestro ejército. Personas a las que juramos proteger.
332 personas que no subieron a un avión porque Hal Weyler quiso hacer algo heroico. Hay mucho en juego en función de que creamos que ha sido Irán o que han sido otros interviniendo allí. Por eso tenemos que estar completamente seguros.
Mientras Europa se tambalea bajo la sombra de la guerra en Ucrania y las tensiones en el continente africano escalan, Kate Wyler, a pesar de los desafíos inesperados y de una adaptación llena de obstáculos, destaca como una líder en momentos críticos.
Su destreza para tejer alianzas clave y su manejo impecable en situaciones de alta tensión no solo resaltan su competencia diplomática sino que también la proyectan como una fuerte contendiente para un futuro político aún más prominente, quizás en la vicepresidencia del país, consolidando su reputación como una estratega y pacificadora.
«A medida que la historia avanza, se presenta un complejo tapiz de tensión política, desvelando las intrincadas dinámicas de poder, lealtad, traición y los sacrificios personales que estos juegos de poder requieren».
Un thriller de diplomacia y espionaje con muchas ramificaciones
En el laberinto de intrigas que constituye «The Diplomatic«, los espectadores se sumergen en un «thriller» de diplomacia y espionaje, donde cada maniobra tiene ramificaciones globales y cada diálogo es un delicado acto de equilibrio entre la verdad y la estrategia. Todos juegan a un juego de poder y contrapoder muy peligroso.
La trama central surge a raíz de una tragedia: el ataque a un portaaviones británico en las tensas aguas del Golfo Pérsico, que resulta en la pérdida de 41 vidas militares.
Rápidamente, las sospechas se dirigen hacia Irán, pero los vínculos estrechos y cuidadosamente mantenidos por los Wyler con figuras claves iraníes, descartan esta autoría, tras una serie de maniobras encubiertas que involucran a múltiples agencias de inteligencia y departamentos diplomáticos.
A medida que la historia avanza, se presenta un complejo tapiz de tensión política, desvelando las intrincadas dinámicas de poder, lealtad, traición y los sacrificios personales que estos juegos de poder requieren.
Por otro lado, Nicol Trowbridge, el primer ministro británico cuya popularidad pende de un hilo (Escocia e Irlanda del Norte están presionando para conseguir la independencia), se lanza a una campaña de retórica belicista, prometiendo una represalia implacable contra Irán en caso de ser encontrados responsables del atentado.
Sin embargo, su verdadera intención es más siniestra, no vacila en engañar al presidente de los Estados Unidos sobre el estado crítico del portaaviones, para luego acusarlo públicamente de irresponsabilidad y falta de compromiso cuando, al descubrir la verdad, el presidente opta por no escalar el conflicto militar enviando a la VI Flota a la zona, como había prometido.
Por otro, Kate Wyler y el secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Austin Dennison (a quien da vida David Gyasi), intentan por todos los medios descubrir quién está realmente detrás de ese mortal ataque sin aumentar la tensión diplomática internacional, como quiere el Primer Ministro británico, primero con Irán y posteriormente con Rusia.
Una maraña diplomática
En el corazón de la tensa trama de «The Diplomatic», se complica con la introducción de Roman Lenkov y su equipo de mercenarios rusos (un claro paralelismo con el grupo de mercenarios Wagner), que emergen como los principales sospechosos de orquestar el ataque.
Tras una filtración de los propios rusos a la embajadora para evitar una posible guerra con Rusia, esta habla con su equipo:
Embajadora Kate Wyler: Nos lo están entregando. Nos está pidiendo que lo detengamos. Me han dado su puñetera dirección.
Responsable de la CIA: Y lo han hecho. ¿Por qué?
Embajadora Kate Wyler: Porque no han sido ellos. Ese es el mensaje.
Responsable de la CIA: Puede que quieran putearla.
Embajadora Kate Wyler: Es una opción.
Segundo de la embajada: O que no hayan sido ellos.
Responsable de la CIA: Lenkov está siempre muy protegido, nadie sabe dónde está. Es un avance.
Embajadora Kate Wyler: Puede que no hayan sido ellos. Están diciendo que no ha sido Rusia, dicen que ha sido Lenkov.
Responsable de la CIA: Es un mercenario. Dicen que no ha contratado otro.
Embajadora Kate Wyler: Podría ser cualquiera.
Responsable de la CIA: ¿Quieren saber quién lo contrató? Eso es lo que nos están diciendo. Que lo detengamos y que nos él dirá quién lo contrató.
Embajadora Kate Wyler: O es un chivo expiatorio.
Responsable de la CIA: Pues lo detenemos y a otra cosa. No es ningún santo.
Embajadora Kate Wyler: Tengo que hablar con Dennison. Tiene que hablar con la Casa Blanca y con Langley. Y no creo que deba hacerse por teléfono. Es mejor que vaya.
Por ello, con el objetivo de desenmascarar al verdadero cerebro del incidente, Wyler y Dennison coordinan un operativo internacional para capturar a Lenkov en París.
Mientras se despliega esta operación, se revela una alarmante discrepancia en los métodos: mientras que Estados Unidos anticipa una detención que podría llevar a más revelaciones, se descubre que el primer ministro británico ha ordenado el asesinato de Lenkov.
Aquí, Kate Wyler comprende el único beneficiario del asesinato de Lenkov sería quién lo contrató, implicando nada menos que al primer ministro británico, Trowbridge.
Este sofisticado «thriller» político, con una narrativa repleta de giros inesperados y una ejecución magistral, nos ofrece un estudio perspicaz de la geopolítica actual y el delicado arte de la diplomacia, donde a veces, nada es lo que parece en un principio.
Igualmente, nos muestra cómo el escenario geopolítico demanda un liderazgo consciente de su papel en una comunidad internacional donde los destinos están intrínsecamente ligados.
Un liderazgo que reconozca, entienda y respete lo que se denominó «efecto mariposa» en la teoría del caos, que sugiere que pequeñas variaciones en las condiciones iniciales de un sistema dinámico pueden causar cambios enormes y no predecibles en el sistema a largo plazo.
“The diplomatic” muestra que el aleteo de la diplomacia en una parte del mundo (y más si hablamos de Estados Unidos y el Reino Unido) puede llegar a desencadenar tormentas en otras muchas zonas.
Otras Columnas por Yolanda Rodríguez Vidales:
