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Opinión | El pleito de M&A más complejo y largo de la Historia: La compra de Autonomy por Hewlett-Packard (y VI)

Opinión | El pleito de M&A más complejo y largo de la Historia: La compra de Autonomy por Hewlett-Packard (y VI)
Josep Gálvez, "barrister" y abogado español, termina con esta sexta entrega el pleito que enfrentó a Hewlett-Packard y Autonomy con un desenlace final que llega hasta nuestros días. Foto: JG.
30/4/2024 06:32
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Actualizado: 30/4/2024 10:19
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Los trileros nunca trabajan solos. Van en grupos perfectamente organizados donde cada uno tiene su papel.  Al que mueve la bolita con habilidad le acompañan sus colegas, bien escondidos entre la muchedumbre, azuzando al pobre incauto para que acabe apostando en un juego amañado desde el principio.

Esa es la magia de este engaño, cutre donde los haya, donde el pringado de turno siempre palmará pasta y verá cómo el personal y su dinero se esfuman por babor al grito de «¡agua!» cuando aparece la pasma por estribor.

El problema para los trileros es cuando los maderos les trincan con todo el tinglado, que es lo que sucedió con la venta de Autonomy a Hewlett-Packard.

Y así, tras un largo juicio de 93 días de vistas ante la justicia inglesa, llegó la hora de la verdad para el Doctor Lynch y su compadre, Hussain.

LA SENTENCIA DE LA ‘HIGH COURT’ SOBRE LA VENTA DE AUTONOMY A HP

Seis años después de presentar la demanda, varios millones de documentos presentados por las partes, y un expediente reducido a sólo unos 28.000 documentos, incluidos cientos y cientos  de páginas con transcripciones de los procedimientos en los Estados Unidos, se dictó sentencia por Mr Justice Hildyard.

Para que nos hagamos una idea, la resolución alcanza unas 1.700 páginas, por lo que tuvo que fraccionarse en varios documentos para permitir su digestión y no morir de un colapso.

Curiosamente, la decisión Autonomy & Ors v Lynch & Anr [2022] EWHC 1178 (Ch) empieza con la siguiente pregunta: “¿Fraude a gran escala; o implacable caza de brujas?” (‘Fraud on a grand scale; or relentless witch-hunt?’)

De esta manera, el 28 de enero de 2022, poco más de dos años después de finalizar el juicio, el Juez Hildyard anunciaba el resultado en audiencia pública.

Y la respuesta a la pregunta anterior no fue otra que “fraude a gran escala”, confirmando así que  los demandados habían proporcionado a sabiendas una información engañosa sobre las cuentas de Autonomy. 

Una información que fue la que llevó a HP a comprar por un precio hinchado como un globo, y que a todas luces los compradores no hubieran pagado de haber conocido los auténticos números de la compañía.

Además el juez Hildyard confirmó que, según el derecho inglés, en aquellas demandas basadas en la existencia de un engaño, hay una presunción fáctica de que la imagen irreal proyectada por los vendedores fue la que indujo al comprador a realizar la transacción.

No obstante, esta presunción de que los vendemotos se aprovechan del comprador mediante engaño, no evita que el demandante deba demostrar que “confió razonablemente” en la trola,  lo que suele ser uno de los aspectos más problemáticos en este tipo de pleitos.

En cualquier caso, la sentencia de la ‘High Court’ del caso Autonomy contiene un importante aviso a navegantes en las operaciones de compra de sociedades.

Y es que según la decisión, cuando un administrador se calla y no informa de circunstancias relevantes sobre la sociedad que puedan afectar al valor, incluso aunque esté amparada en opiniones de auditores, no quedará entonces protegido de responsabilidad ya que habrá “ocultación maliciosa”.

El equivalente del derecho inglés al “dolo reticente” del sistema continental europeo.

Por tal motivo el juez advierte, con cierto gusto bíblico, que siempre debe “estar grabado en el corazón de cada administrador” que la información sobre la situación de una empresa debe presentar una “imagen fiel” de la compañía.

Una obligación de la que, por cierto, no pueden escaquearse los administradores por lo que puedan decir los auditores.

¿Pero entonces qué importancia tuvieron las ‘due diligence’ realizadas?

Sobre este importante punto, el juez Hildyard aclaró que, incluso si las ‘due diligence’ realizadas no hubieran sido suficientes o no hubieran investigado más a fondo, como fue el caso, esto no eximiria a  a los vendedores de su responsabilidad por el engaño perpetrado.

En otras palabras, solamente decaería esa responsabilidad si HP hubiera conocido el auténtico estado de Autonomy, rompiendo así esa presunción de confianza en la información ofrecida por los administradores de la compañía vendida.

Sin embargo, al Dr. Lynch le inquietaba algo mucho más que el fallo de la ‘High Court‘.

Pero, ¿qué podía haber peor que perder el pleito millonario más importante en la historia de los tribunales de Inglaterra y Gales?

LA PETICIÓN DE EXTRADICIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

Como en el caso de su compañero Hussain, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos había irrumpido en escena como un portaaviones Nimitz, solicitando al Reino Unido la inmediata puesta a disposición del Dr. Lynch para que respondiera ante los tribunales yanquis.

Y ya sabemos que cuando el primo de Zumosol pide algo…

En efecto, la entonces Ministra del ‘Home Office’, Priti Patel, aprobó la extradición de Lynch para que fuera juzgado penalmente en Estados Unidos, por lo que viendo la expectativa de acabar luciendo el mono naranja, Lynch se puso como un gato panza arriba.

LA DECISIÓN SOBRE LA EXTRADICIÓN DEL DR. LYNCH

Bajo fianza de 10 millones de libras esterlinas mientras se tramitaba la petición, el caso de Lynch generó un intenso debate sobre el funcionamiento del Tratado de extradición de 2003 entre ambos países. 

Incluso cinco exministros del gobierno británico firmaron una carta al periódico The Times en la que se oponían a la extradición, señalando que era un intento por parte de las autoridades estadounidenses de “ejercer jurisdicción extraterritorial”.

Las repercusiones en el sector empresarial del Reino Unido también se hicieron notar. 

Y es que permitir la extradición sentaría un peligroso precedente ya que llevaría a que, potencialmente, cualquier ejecutivo británico podría someterse ante los tribunales yanquis por una operación de M&A, lo que no resultaría muy halagüeño para las relaciones comerciales.

Pero aún así,  los jueces encargados del asunto, Lord Justice Lewis y Justice Julian Knowles desestimaron el recurso del Dr. Lynch en la sentencia Lynch v Government of the United States of America [2023] EWHC 876 (Admin).

Y así es como fue trasladado ante los tribunales de San Francisco.

EL DR. LYNCH ANTE EL JURADO

Trece años después de la venta de Autonomy a HP, el juicio contra Lynch se inició  el pasado 18 de marzo de 2024, donde se le imputaron un total de 16 cargos por fraude en sus distintas modalidades.

Según la fiscalía, el antiguo responsable de la compañía fue el cerebro maquinador, la “fuerza motriz” de un “fraude masivo” para engañar con la venta a  los inversores y accionistas de HP.

Por contra, su abogado, Reid Weingarten, famoso por ser el letrado de Jeffrey Epstein o Roman Polanski entre otros muchos, alegó que no era para tanto, sino que era una simple “disputa empresarial ordinaria” que se ha acabado convirtiendo en un “caso de fraude exagerado”.

Bueno, pues es probable que el juicio de Lynch ante el jurado se prolongue aún durante varios meses de sesiones, con seis semanas agendadas para la acusación y otras cuatro semanas para la defensa, además de una lista interminable de cientos de testigos y expertos que irán desfilando frente al Juez Breyer.

Se prevén especialmente entretenidas ya que, entre ellos estará el antiguo jefe de HP, Léo Apotheker o los responsables de las auditoras, de los bancos de inversión y de todas las firmas de abogados que intervinieron en la transacción más catastrófica que se recuerda entre el Reino Unido y los EEUU.

En fin,  aunque no suelo apostar, creo que las probabilidades están bastante fastidiadas para el Dr. Lynch.

¿Y ustedes qué apostarían?

Hasta la semana que viene, mis queridos anglófilos.

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