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Opinión | CDL: El pleito de M&A más complejo y largo de la Historia: La compra de Autonomy por Hewlett-Packard (V)

Opinión | CDL: El pleito de M&A más complejo y largo de la Historia: La compra de Autonomy por Hewlett-Packard (V)
Josep Gálvez, abogado español y "barrister", continúa relatando el pleito que enfrentó a Hewlett-Packard con los antiguos dueños de Autonomy, que hacían contabilidad "creativa". Foto: JG.
23/4/2024 06:35
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Actualizado: 23/4/2024 11:37
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Decía ese fenómeno de la naturaleza que fue Fabián Estapé que conviene que cada uno se represente a si mismo para poder dar cuentas y evitar que el personal se refugie en la cantidad, que es el mejor modo de parapetarse, es decir, escondido entre la muchedumbre.

Algo parecido sucede con los pleitos por responsabilidad, donde algunos no solamente evitan confesar sus pecados a toda costa, sino que, además, tratan de echar las culpas propias al prójimo para así quedar ellos limpios de todo reproche. 

Y es que una cosa es reconocer las faltas ante el cura y bajo secreto sacramental de confesión, y otra muy distinta es que le endiñen a uno una sentencia condenatoria, sobre todo si, además, viene aliñado con unas costas procesales, oigan.

Curiosamente esto no sucede únicamente en la católica España sino que también nos lo encontramos en otras jurisdicciones muy distintas, como es  el caso de  la desastrosa compra de Autonomy por Hewlett-Packard, donde cada palo tuvo que aguantar su particular vela, como seguiremos viendo hoy.

Y es que a la condena por lo penal del director financiero, Sushovan Hussain, le siguieron un reguero de sorpresas para todos los implicados, algunas de ellas no precisamente agradables. 

Así que volvamos un poco atrás en el tiempo, concretamente al acuerdo transaccional entre HP y algunos accionistas folloneros para que estos dejaran de incordiar con sus demandas colectivas, a cambio de una indemnización millonaria, eso sí.

Lo recuerdan, ¿no?

Pues la sorpresa vino de la mano del juez de San Francisco encargado del asunto quien, para asombro de todos los presentes, rechazó el acuerdo alcanzado por HP con los accionistas que habían reclamado contra los directivos de la compañía norteamericana.

Como lo están leyendo. 

EL POLÉMICO ACUERDO TRANSACCIONAL ENTRE HP Y SUS ACCIONISTAS

Sucedió durante la audiencia celebrada para aprobar la transacción con HP, que se prometía de simple trámite, cuando el juez de distrito Charles Breyer se descolgó del guión previsto y dijo que nasti de plasti.

Las caras complacidas al inicio de la sesión cambiaron dramáticamente mientras se desarrollaba  la audiencia, pasando del grácil estado gaseoso al más duro de los mármoles.

Las manos de los abogados de ambas partes aguantaban las pesadas cabezas tratando de entender qué pasaba.

El juez Breyer señaló que no podía aceptar el acuerdo alcanzado porque, además de zanjar el asunto contra HP a cambio de una cantidad, incluía una previsión muy particular de honorarios para los abogados de los accionistas rebeldes. 

Según el dichoso pacto, primero HP pagaría a los abogados nada menos que 18 millones de dólares si cambiaban su punto de mira y pasaban a centrarlo en el trasero de los británicos, el Dr. Lynch y su secuaz, el financiero Hussain

Además, si las acciones emprendidas contra los antiguos directivos de Autonomy tenían éxito, HP les pagaría adicionalmente otros 30 millones de dólares del copón.

En otras palabras, HP había acordado con los abogados para que abandonaran la demanda colectiva y se unieran a la compañía para perseguir a los antiguos directivos de Autonomy.

¿Y qué problema había con esto?

Pues que el famoso abogado de Hussain, John Keker se enteró de la copla.

Y se presentó en modo ‘bulldozer’ ante el tribunal, oponiéndose al acuerdo ya que, según decía, solamente buscaba el beneficio de los abogados y no de los accionistas de HP, 

Es decir, un blanqueamiento de la responsabilidad de los directivos de la compañía norteamericana. 

En concreto, como suele ser usual, Keker soltó una de sus famosas frases lapidarias:

Señoría, si esto fuera un cadáver, los animales se pasearían a su alrededor, ¡apesta tantísimo! (‘If it were a carcass, animals would walk around it, it stinks so much!’)

Viendo el panorama y la cara de pocos amigos del exmarine, el juez decidió entonces suspender la sesión ya que tendría que valorar con calma, y lejos de Keker, si el acuerdo era justo para los accionistas o no.

Pero no se preocupen, que aquí hay ‘heavy metal’ para todos.

LA AUDITORA DELOITTE ENTRA EN EL TERRENO DE JUEGO

La cuestión es que durante la vista ante el juez Breyer saltó una liebre que pocos esperaban.

Y es que el abogado de HP en el asunto, Marc Wolinskym, anunció que HP estaba planeando demandar a la firma de auditoría Deloitte del Reino Unido por su trabajo en las cuentas de Autonomy, ya que fueron las que llevaron a la compañía americana a comprar a esta sociedad.

En efecto, la famosa firma Deloitte en UK  había firmado las cuentas de Autonomy entre 2009 y 2011, un periodo durante el cual HP había detectado una serie de irregularidades de unos 200 millones de dólares de nada.

Y claro, los de Deloitte UK salieron enseguida al paso señalando que ni Autonomy ni HP les habían contratado para la ‘due diligence’ que hicieron a la compañía antes de la compra y que les pidieran responsabilidades a esas auditoras, no a ellos, por favor.

El problema es que en los Estados Unidos no estaban para muchas sutilezas y enviaron una cariñosa carta a Deloitte UK señalando que “hay pruebas de que Deloitte fue cómplice en aspectos de las manifestaciones  erróneas en la información contable publicada por Autonomy”.

Y claro está, según parece, cuando los del FBI te enseñan la placa por la mañana, después uno tiene ciertos problemas para conciliar el sueño por la noche.

Así que viéndose entre la espada y la pared, los de Deloitte UK empezaron a hablar en términos mucho más  amistosos con HP y con las autoridades de los Estados Unidos.

EL “EFECTO DELOITTE” EN LOS PLEITOS CONTRA EL DR. LYNCH Y HUSSAIN

La primera consecuencia se notó durante el juicio civil que se había iniciado en el Reino Unido contra el Dr. Lynch, al que reclamaban un porrón de millones ante la ‘High Court’ inglesa.

Así que los ‘barristers’ de HP pidieron la intervención de algunos miembros del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, para que declararan ante el juez y explicaran el tinglado de la venta.

Y efectivamente, durante los interrogatorios, salió a relucir que Deloitte estaba cooperando con las autoridades yanquis  y que incluso habían firmado un acuerdo, todo ello a cambio de que no los pasaran por la quilla. 

Deloitte puso a disposición de HP  toda una cuadrilla de auditores de la firma para que les ayudara en sus pesquisas. Y además les proporcionaron acceso completo a toda la  información que tuvieran de Autonomy, lo que equivalía a poner las cabezas del Dr. Lynch y de Hussain en una bandeja, como ustedes se imaginarán. 

De hecho, este fue el motivo inconfesable por el cual Deloitte no constaba como codemandada ni imputada en ninguno de los procesos judiciales iniciados en Inglaterra o en los Estados Unidos.

El colofón de todo esta tórrida historia fue un acuerdo transaccional por el que Deloitte pagó a HP unos 45 millones de dólares. Que en comparación, es una minucia respecto a los miles de millones que reclamaba a los responsables de Autonomy.

Pero este no fue el único dolor de cabeza para Deloitte, ya que tuvo que afrontar un espinoso proceso ante el organismo británico regulatorio, el Financial Reporting Council ya que estaba claro que la auditora no cumplió con sus obligaciones de “actuar con integridad y objetividad”.

Bien al contrario, para la autoridad de los contables la actuación de la auditora dejaba bastante que desear, y acordó una sanción récord de 15 millones de libras estlerinas, además de una serverísima reprimenda pública.

Como es lógico, a los dos socios de Deloitte responsables de llevar a Autonomy los empuraron a base de bien, siendo declarados responsables por tribunal disciplinario y sancionándolos con hasta 500.000 libras, de las que salía el perfil de Su Graciosa Majestad, Isabel II. 

De hecho, la sanción a Deloitte superó a la mayor impuesta hasta entonces a una auditora -10 millones de libras a PWC- y se le ordenó pagar todos los gastos generados  por la investigación de la autoridad contable, además de las costas correspondientes al tribunal que les impuso la sanción a sus dos socios. 

¿Pero cómo afectaría todo esto al proceso civil ante la ‘High Cout’ contra el Dr. Lynch?

Pues déjenme que les diga que al antiguo responsable de Autonomy le preocupaba más en ese momento otra cosa.

Esto ya lo veremos la semana que viene. 

Hasta entonces, mis queridos anglófilos.

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