Los juicios rápidos de Barcelona, cada vez más lentos
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30/9/2024 00:45
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Actualizado: 29/9/2024 22:55
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El sistema de juicios rápidos en Barcelona, ideado para agilizar la justicia, se ha convertido en todo lo contrario: un emblema del colapso judicial. Lejos de resolver los casos con prontitud, las demoras se han perpetuado durante más de diez años, y lo que debería ser una justicia rápida se ha transformado en un proceso desesperadamente lento.
Un reciente informe de la magistrada decana de los Juzgados de Instrucción de Barcelona, Cristina Ferrando Montalvá, arroja luz sobre la gravedad de la situación y evidencia las contradicciones de un sistema que, pese a las soluciones parciales, sigue al borde del colapso.
Un sistema diseñado para la rapidez… que funciona con lentitud
Los juicios rápidos nacieron para reducir la espera en los casos más sencillos, pero en Barcelona el concepto se ha distorsionado. Lejos de cumplir su cometido, los juzgados penales se enfrentan a un volumen abrumador de diligencias urgentes (D.U.) que crece sin cesar.
En lugar de acelerar la justicia, los procedimientos acumulan retrasos de años. Mientras que en 2020 se celebraron 12.239 juicios rápidos, en 2023 la cifra ascendió a 16.545.
El incremento de casos, lejos de ser absorbido, ha generado una lista de espera interminable. Lo que se diseñó para ser ágil, hoy es sinónimo de atasco.
Planes de refuerzo efectivos, pero insuficientes
El contraste más notable está en las soluciones adoptadas. En junio de 2022, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) implementó un Plan de Refuerzo Transversal que, aunque ha tenido éxito al aumentar la cantidad de juicios celebrados, no ha sido capaz de resolver el problema de fondo.
Con un equipo de solo 4 jueces de adscripción territorial (JAT), un letrado de la Administración de Justicia y un grupo reducido de funcionarios, se logró celebrar 2.188 sentencias en 2023, pero el impacto de esta medida es apenas un parche frente a un sistema en crisis.
Mientras los planes de refuerzo lograron moderar la hemorragia judicial, los datos indican que el número de casos sigue creciendo sin control, dejando claro que las soluciones temporales no bastan para frenar el colapso.
Más jueces, pero también más casos
A primera vista, la propuesta de crear 4 nuevos Juzgados Penales de Enjuiciamiento y 2 Juzgados de Ejecutorias parece una solución prometedora.
Sin embargo, la contradicción es evidente: aunque se espera que estos nuevos juzgados aumenten la capacidad de gestionar juicios rápidos, su creación no es inmediata ni garantiza resolver el problema a corto plazo.
Mientras tanto, el sistema judicial continúa asfixiándose bajo el peso de la acumulación de casos.
Además, las conformidades, que podrían aliviar parte de la carga, han disminuido drásticamente.
En 2023, se registraron 660 conformidades menos que en el año anterior, lo que se traduce en más casos que llegan a juicio, agravando aún más la congestión.
Juicios rápidos en nombre, pero lentos en la realidad
Una de las paradojas más agudas es que, a pesar de que el sistema fue concebido para reducir tiempos de espera, el aumento exponencial en el número de juicios rápidos solo ha ralentizado el proceso.
Según el informe de Ferrando Montalvá, si se implementara un plan piloto para incrementar los señalamientos diarios a 30 juicios por día en lugar de los 18 actuales, aún se quedarían cortos frente a los más de 7.000 casos anuales que siguen acumulándose.
En otras palabras, incluso con un esfuerzo adicional, el sistema no podría ponerse al día. Lo que debería ser un sistema expedito ha creado un cuello de botella que nadie parece capaz de desatascar.
El choque entre la necesidad de reformas y la falta de recursos
El contraste entre las soluciones propuestas y la realidad de los recursos disponibles es evidente. La creación de nuevos juzgados, los planes piloto y los esfuerzos de reorganización apuntan en la dirección correcta, pero chocan frontalmente con la falta de financiación y la burocracia inherente al sistema judicial.
Aunque las propuestas son ambiciosas, la implementación de estas medidas es lenta, contradictoriamente, en un contexto que exige celeridad.
Mientras se espera la aprobación de recursos, los juzgados penales de Barcelona siguen sumidos en la crisis, con los ciudadanos pagando el precio en forma de justicia retrasada y, por tanto, denegada.
Una crisis sin salida clara
El sistema de juicios rápidos en Barcelona está atrapado en un ciclo de contradicciones: diseñado para ser ágil, es en realidad lento; reforzado temporalmente, sigue sobrepasado; propuesto para ampliarse, pero sin recursos inmediatos para hacerlo.
Los retrasos endémicos no solo afectan la eficiencia judicial, sino que erosionan la confianza pública en la justicia.
Mientras las soluciones llegan a cuentagotas, la realidad es que los tribunales siguen enfrentándose a un número de casos que supera su capacidad, perpetuando una crisis que parece no tener fin.
El futuro de la justicia en Barcelona pende de un hilo. Las medidas parciales pueden haber logrado avances, pero no han revertido el problema estructural que enfrenta el sistema judicial.
Propuestas 5 medidas clave
La decana plantea cinco medidas clave para abordar el colapso de los juicios rápidos en Barcelona:
Descongestionar Barcelona con nuevos juzgados provinciales: Estudiar la posibilidad de crear Juzgados Penales en otras partes de la provincia que asuman los juicios rápidos fuera de la jurisdicción de Barcelona, aliviando la carga en los juzgados de la ciudad.
Aumentar los señalamientos y el autorrefuerzo económico: Incrementar el número de juicios rápidos celebrados diariamente a 30 por día, mediante la reorganización de los turnos de los juzgados y una compensación económica por el sobre esfuerzo, lo que permitiría alcanzar entre 6.600 y 7.715 juicios anuales.
Crear 4 nuevos juzgados penales: Añadir cuatro nuevos juzgados de enjuiciamiento para elevar la capacidad de juicios diarios a 40, distribuidos en cinco grupos de 4 juzgados y 3 grupos de 3 juzgados.
Mantener el Plan de Refuerzo Transversal: Continuar con el plan que, en 2023, permitió celebrar 2.188 juicios rápidos, hasta que la situación mejore y la nueva estructura organizativa pueda absorber la carga de trabajo.
Crear nuevos juzgados de ejecutorias: Añadir al menos 2 nuevos Juzgados Penales de Ejecutorias para gestionar las ejecuciones de sentencias, complementando la capacidad de los cuatro juzgados ya existentes.
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