Eduardo Garzón hace cuatro meses asumió estas responsabilidades en la firma. "Los resultados obtenidos han superado todas mis expectativas", subraya el socio director, José María Garzón. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.
Garzón Abogados: La nueva generación asume responsabilidades de gestión y organizativas
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17/2/2025 05:35
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Actualizado: 17/2/2025 08:02
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Eduardo Garzón, un joven abogado de 27 años, ha aceptado con determinación el reto de asumir responsabilidades organizativas y de gestión en el prestigioso despacho Garzón Abogados, del que es socio director José María Garzón.
Con una actitud madura y responsable, ha dado un paso al frente con nuevas ideas y un fuerte compromiso para modernizar y fortalecer la firma, convirtiéndose en su “número dos”.
«Los resultados obtenidos por Eduardo han superado todas mis expectativas», afirma su padre.
Desde su llegada a la dirección, hace cuatro meses, ha venido impulsado la modernización del despacho mediante la implementación de herramientas digitales, automatización y el uso de inteligencia artificial para optimizar la redacción de demandas.
Esta transformación ha convertido el despacho en una estructura más ágil y eficiente en su operativa diaria.
«Es una situación que impone respeto, pero la he afrontado con muchas ganas. Me ha llegado en el momento perfecto», afirma Eduardo Garzón. Su tono denota ilusión y optimismo. Una situación provocada por la marcha de su tío, Jesús Garzón.
OBJETIVOS
Su visión de futuro es clara: “mantener la calidad y cercanía con los clientes que ha caracterizado al despacho durante más de 35 años, pero con una estructura renovada y adaptada a los nuevos tiempos”.
La integración de nuevas metodologías y procesos ha sido clave para garantizar un servicio actualizado y eficiente.
Graduado en derecho por la Universidad Camilo José Cela y con un doble máster, de acceso a la Abogacía y de Derecho Deportivo que hizo en ISDE, junto a otro en Derechos Humanos, que realizó en la Universidad Nebrija., Eduardo Garzón ha venido actuando, en los últimos años, como director general del Club Atlético Pinto, que milita en la Preferente de Madrid, lo que le ha dotado de habilidades clave para liderar equipos y enfrentar retos empresariales como los que ahora tiene ante así.
«Gestionar un club con muchos intervinientes y un mercado amplio me ha preparado para afrontar el reto del despacho», explica.
Su experiencia en la dirección jurídica y deportiva le ha proporcionado una visión estratégica, fundamental en su nueva etapa profesional.
“Aquí también hemos implementado herramientas para automatizar procesos que antes requerían mayor esfuerzo manual, optimizando el trabajo y mejorando la eficiencia del club. Actualmente, la parte deportiva está bien estructurada con un director deportivo y un coordinador de cantera, mientras que la administración funciona de manera organizada, manteniendo un nivel de gestión ágil y efectivo”, relata.
El hecho de que su padre sea el socio director del bufete ha sido para él un gran estímulo. «Tener a mi padre como mentor hace que todo sea más cercano y familiar, y genera un fuerte sentimiento de pertenencia», comenta Eduardo. Sin embargo, no por ello ha evitado largas jornadas de trabajo en el bufete a lo largo de los pasados meses.
«Han sido jornadas de hasta doce horas diarias, incluyendo fines de semana, porque había que ponerse al día». Su dedicación es reflejo del compromiso que mantiene con el crecimiento y consolidación del despacho.
Jornadas que complementa con sus asistencias a juicios, tanto presenciales como telemáticos, en representación de sus “patrocinados”, como se denomina en el mundo de la abogacía a los clientes.
No se queja. Al contrario. Está feliz. Es lo que buscaba hacer. Comenzó a estudiar derecho por el entorno familiar y se encontró en el camino con la vocación. Si tuviera otra vida seguiría siendo abogado.
DESPACHO BOUTIQUE
Garzón Abogados se mantiene como un despacho boutique especializado en derecho penal, familia, mercantil y deportivo. «No somos una gran firma con miles de casos donde el trato es impersonal. Aquí dedicamos el tiempo necesario a cada cliente, les atendemos en persona y les damos un seguimiento cercano», subraya Eduardo Garzón.
La atención personalizada es uno de los valores fundamentales de la firma, algo que ha contribuido a su gran prestigio en el sector legal.
El apellido Garzón conlleva una gran responsabilidad, pero Eduardo la ha asumido con determinación, profesionalismo y una visión de futuro clara.
El nuevo “número 2 de la firma” tiene muy presente quién es su padre, a quien admira profundamente como padre y como abogado.
José María Garzón ha demostrado una notable capacidad para manejar casos complejos y de gran impacto mediático, consolidándose como una figura destacada en el ámbito jurídico español.
Garzón ha sido parte en juicios como el de las niñas de Alcasser, el caso Wanninkhof, el asesino de la baraja, el caso Carabantes, el caso Gescartera, el asesinato de Sandra Palo o el de Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que contrajo el virus del ébola en Madrid; el primer caso de contagio fuera de África.
Con esta reestructuración organizativa, Garzón Abogados se proyecta hacia una nueva etapa de excelencia jurídica, en la que la modernización y el compromiso con el cliente seguirán siendo sus principales pilares.
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