Pablo Hernández-Lahoz debuta en la novela negra con Nadie es intocable, una trama de poder, crimen y lealtades rotas ambientada en la costa asturiana.
“Nadie es intocable”: corrupción, venganza y justicia en clave de novela negra, opera prima de Pablo Hernández-Lahoz
|
08/4/2025 05:35
|
Actualizado: 07/4/2025 23:00
|
Una muerte brutal en una villa costera asturiana. Una exinspectora que no olvida. Un ministro que ocultó demasiado. Y una única verdad: nadie, absolutamente nadie, está por encima de la ley.
Con estos ingredientes, el abogado del Estado y doctor en Derecho Pablo Hernández-Lahoz Ortiz —actual director de Asuntos Legales y Corporativos de AENA— irrumpe en el panorama literario con su primera novela, Nadie es intocable, una obra galardonada con un accésit del Premio Taninos Asesinos en el Festival Octubre Negro de Madrid.
La novela, que se presentará el próximo 10 de abril en la Biblioteca Vargas Llosa de Madrid y el 15 de abril en la Librería Matadero de Oviedo, ofrece todos los elementos que han hecho del género negro un clásico: asesinatos, poder, tramas paralelas, códigos de lealtad del hampa y un puñado de personajes tan reales que parece que respiran.
Todo comienza el 20 de julio de 2021, cuando aparece el cadáver de Virginia Morató, hija de un exministro del Interior, en Tapia de Casariego, una pequeña localidad del occidente asturiano.
La investigación recae sobre Mencía Ruiz, antigua inspectora de policía que solo acepta reincorporarse con una condición: reabrir el “caso del italiano”, un expediente turbio y sin pruebas que sirvió de trampolín político a aquel mismo ministro dos décadas atrás.
Mencía no está sola. A su lado, un equipo tan improbable como eficaz: la cabo Covadonga Souto, el subinspector Paco Martos y un «hacker» fanático de Verano Azul. En paralelo, el inspector Santiago García tira del hilo en Madrid para llegar al corazón podrido del sistema: la condena sin pruebas, el poder como escudo y la impunidad como norma.
La pluma de Hernández-Lahoz destaca por su agilidad y dinamismo, en una prosa viva, de diálogos directos y personajes que escapan del estereotipo. “Quiero que quien lea Nadie es intocable pase un buen rato”, afirma el autor, consciente del poder de evasión —y de denuncia— que tiene el género negro.
Un homenaje contemporáneo a los grandes clásicos de Hammett o Chandler, con acento ibérico y mirada crítica.
Con esta ópera prima, Pablo Hernández-Lahoz da el salto de los despachos del Estado al universo literario con solvencia y pulso narrativo. Y lo hace con un mensaje claro: en tiempos de ruido y privilegios, aún hay quien está dispuesto a remover cielo y tierra para demostrar que, efectivamente, nadie es intocable.
Noticias Relacionadas: