Una IA privada y fundamentada en datos propios, que elimina el factor caja negra, ya es una realidad para cualquier despacho
Ya es posible que los despachos cuenten con su propia inteligencia artificial legal, privada, segura y personalizada, capaz de ofrecer respuestas precisas, verificables y adaptadas a sus necesidades específicas.

Una IA privada y fundamentada en datos propios, que elimina el factor caja negra, ya es una realidad para cualquier despacho

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24/4/2025 05:35
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Actualizado: 24/4/2025 00:44
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Durante estos últimos años la convivencia del sector jurídico con la Inteligencia Artificial ha estado marcada, en gran parte, por la incertidumbre y el escepticismo.

Muchos profesionales legales empezaron probando las primeras herramientas generalistas y generativas, los conocidos GPTs, con el objetivo de ser más eficientes y ofrecer mayor valor a sus clientes y, pese a que ya han empezado a acudir a soluciones legales específicas para ganar mayor confiabilidad y precisión, han seguido teniendo que sortear dos grandes barreras; el factor caja negra y las alucinaciones.

LA PRIVACIDAD, LA FUNDAMENTACIÓN Y LA VERIFICACIÓN SON CRUCIALES 

Poder preguntar sobre un documento con tan solo arrastrarlo era una grandísima novedad que hacía de esas primeras soluciones generalistas y generativas un nuevo aliado tecnológico de lo más atractivo.

Aparentemente ahorraban tiempo en consultas legales y en consultas sobre documentos específicos e incluso, de cara a los clientes, era una manera de facilitarles una herramienta con la que obtener respuestas de forma mucho más rápida y eficiente. Algo que, sin duda, parecía suponer un valor añadido y un diferenciador.

Pero la falta de control sobre la privacidad y la seguridad de los datos, las famosas alucinaciones, propias de las IAs generativas derivadas de su capacidad creativa, y un inevitable sesgo por no saber de dónde procedía la información y qué fuentes se habían utilizado impedían obtener resultados transparentes y confiables.

Y es que, en un sector como es el legal, donde el rigor y la precisión son críticos, los despachos y los negocios jurídicos, ahora más que nunca, buscan trabajar con soluciones seguras y responsables capaces de ofrecer respuestas fundamentadas y verificables. Herramientas que carezcan de capacidad de inventar, crear y, por tanto, alucinar, y que les faciliten un entorno privado y aislado que garantice el cumplimiento de la ley para evitar contradicciones normativas y asegurar una coherencia lógica.

Precisamente para salvar esas grandes barreras que impiden obtener resultados precisos y verificables, han ido surgiendo tecnologías que permiten a los profesionales legales tener, no solo una solución capaz de responder de forma ágil y, además, confiable, si no incluso disponer de su propia IA legal, privada, segura y responsable.

Se trata de tecnologías basadas en inteligencia artificial consultiva capaces de ofrecer respuestas fundamentadas en una base de conocimiento legal y en bases de conocimiento personalizadas y específicas. Respuestas que solo pueden conseguirse si previamente se sigue un proceso que ordena, relaciona y prioriza cada una de las fuentes de información a utilizar. Algo que los GPTs ni permiten, ni son capaces.

Son tecnologías que, gracias a la selección y personalización de las fuentes de información, sirven de base para el despliegue de soluciones y servicios de IA privados y totalmente verticalizados en un propósito concreto. Por ejemplo, para procuradores y abogados con su jurisprudencia específica, o para notarías con sus escrituras y contratos, o para aseguradoras con sus contratos y análisis de viabilidad, o incluso para servicios de atención al cliente, con sus listados de preguntas y respuestas, entre otros casos de aplicación.

Y un ejemplo de estas tecnologías es Arrow, un sistema desarrollado por la legaltech Little John que permite crear una solución propia y personalizada y adaptarla a cualquier canal, interno o externo, gracias a su API, con la que, además, hablar “de tú a tú”, sin la necesidad de hacer prompting.

Algunas soluciones creadas a partir de esta tecnología son, por ejemplo, Justicio, el conocido proyecto colaborativo que ofrece un servicio basado en IA capaz de ofrecer gratuitamente respuestas legales fundamentadas o Global IA, la solución inteligente que permite ahorrar tiempo para ganar un mayor número de casos, entre otras.

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