¿Qué entendía Aristóteles por justicia política?
La justicia política, según Aristóteles, es la virtud que regula la vida en común y orienta las leyes al bien de todos los ciudadanos.

¿Qué entendía Aristóteles por justicia política?

Cuando hablamos de justicia, solemos pensar en leyes, jueces o castigos. Pero para Aristóteles, uno de los filósofos más influyentes de la historia, la justicia va mucho más allá.

En su obra Ética a Nicómaco, escrita en el siglo IV a.C., explicó que la justicia política es la virtud que hace posible que vivamos juntos en sociedad de forma justa, equilibrada y orientada al bien común.

Vivir bien, pero vivir bien juntos

Aristóteles parte de una idea simple: nadie puede alcanzar una vida plena si vive aislado. Necesitamos a los demás, y para convivir necesitamos reglas. Pero no cualquier regla sirve. Las leyes justas son las que reparten de forma equitativa, corrigen lo que está mal y ayudan a que todos podamos vivir con dignidad. Esa es la base de la justicia política.

Para él, la justicia no es solo cumplir lo que dice una ley. Es dar a cada uno lo que le corresponde y hacerlo de una manera que ayude al conjunto. Es la virtud que permite que haya armonía y colaboración entre ciudadanos.

Justicia que nace de la naturaleza… y de los acuerdos

Aristóteles distinguió dos tipos de justicia dentro de la vida política: Por un lado, la justicia natural, que vale para todos los pueblos y en cualquier época. Por ejemplo, que matar o robar es injusto. No hace falta que una ley lo diga. Y por el otro, la justicia legal. que depende de lo que cada ciudad o país decida.

Por ejemplo, qué edad se necesita para votar o cuál es la multa por una infracción. Son normas que podrían haber sido distintas, pero que, una vez acordadas, deben respetarse.

Esta distinción es muy actual: no todo lo justo depende de la ley, pero tampoco todo puede estar dictado por la naturaleza. Hace falta combinar principios universales con decisiones prácticas.

Solo hay justicia política entre ciudadanos

Un punto esencial en Aristóteles es que la justicia política solo existe entre personas libres e iguales. Es decir, entre ciudadanos que participan en la vida común, que pueden discutir leyes, tomar decisiones y juzgar lo que está bien o mal.

No hay justicia política en la relación entre un amo y un esclavo, o entre un dictador y sus súbditos. En esos casos puede haber obediencia o normas, pero no justicia en el sentido más profundo. La justicia política requiere igualdad básica y participación.

Para Aristóteles, el ser humano no solo es social por necesidad, sino por naturaleza. Decía que somos animales políticos porque solo en comunidad podemos desarrollar nuestras capacidades al máximo.

La polis –la ciudad griega– no es un simple lugar donde vivir, sino el espacio donde aprendemos a ser buenos ciudadanos, a vivir con los demás y a perseguir juntos el bien común.

Sin ciudad no hay justicia política. Y sin justicia política, no hay posibilidad de vivir una vida plena.

La justicia política es igual a convivir buscando el bien común

Para Aristóteles, la justicia política es la clave que permite que la sociedad funcione bien. No es simplemente castigar al que se equivoca.

Es mucho más: es asegurar que todos podamos convivir con reglas justas, ayudándonos unos a otros a vivir mejor.

Esta idea sigue vigente hoy. Una buena sociedad no es la que tiene más leyes, sino la que tiene leyes más justas y ciudadanos comprometidos con el bien de todos.

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