Una historia real sobre la ausencia de conciliación laboral en el mundo de los abogados…, con bebé incluido
Eine junge Rechtsanwältin sitzt an ihrem Schreibtisch im Büro

Una historia real sobre la ausencia de conciliación laboral en el mundo de los abogados…, con bebé incluido

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15/3/2018 06:15
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Actualizado: 07/6/2022 15:46
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Este relato ha sido publicado en el blog «Togadas». Su título original es «Relato basado en hechos verídicos, 8 de marzo, Día de la Mujer«. Está firmado por Rosamaría Villarejo Alonso, de Villarejo Alonso Abogados, de Gijón.

Por su gran interés, Confilegal ha solicitado permiso para su reproducción en nuestro periódico. Es… la vida misma.

Describe la ausencia de conciliación laboral con un caso concreto muy esclarecedor que describe una de las muchas realidades existentes.

10 de la mañana. Sala de Audiencias del Juzgado de lo Penal nº 123 de Gijón.

Una funcionaria entra en el despacho del magistrado.

– Señoría, la abogada de la defensa quiere hablar con usted antes de empezar el juicio.

– Que me diga lo que sea cuando esté en Sala.

– Creo que sería mejor que la escuchara antes.

– ¿Por?

– Ya le digo que es mejor que la escuche antes.

– A ver qué pasa con tanto misterio.

La funcionaria sale del despacho y, a continuación, entra la abogada con una niña en brazos.

– Señora letrada ¿qué es esto? ¿Qué hace con esa niña aquí?

– Buenos días. Quería pedirle que suspendiera el juicio. La chica que la cuida está con gripe y no vino a trabajar -le dice la abogada al magistrado.

– Bueno pero podrá quedarse con su madre.

– Ya me gustaría pero mi madre murió hace años.

– Con su suegra.

– Vive fuera.

– Con una hermana, una cuñada, una vecina…

– Pues mi hermana y mi cuñada trabajan y no pueden abandonar sus trabajos y mi vecina no estaba en casa.

– ¿Y en la guardería?

– Tiene fiebre y no pueden quedarse con ella así.

– ¿Y el padre?

– Está trabajando. Tiene guardia y tampoco puede quedarse con ella.

– Comprenderá señora letrada que no puedo suspender el juicio. Se trata de una acusación de homicidio. El acusado está en la cárcel…

– Bueno quizá podría basarse la suspensión en fuerza mayor.

– ¿Fuerza mayor?

– Pues sí. Mi hija tiene 16 meses y no puedo dejarla sola en casa o en un pasillo del Juzgado. Podría basarse en el “interés superior” del menor.

– No me tome el pelo. El derecho penal está por encima de todas esas consideraciones.

– De acuerdo, señoría. Entonces entraré con la niña en la Sala. Espero que no despierte. Tomó el Dalsy hace media hora y supongo que dormirá un par de horas sin rechistar.

– No puedo consentir tal cosa.

– Pues yo no encontré ningún artículo que impidiera a una menor estar en un juicio público.

– Me da igual que lo haya o que no lo haya. ¡Alfredo venga un momento!

– ¿Dígame? -contesta el funcionario.

– Vaya a buscar a Verónica o a Fátima. A las dos les gustan mucho los niños. Quizás mejor Verónica. A la secretaria, perdón, a la letrada de la Administración, se le dan muy bien los niños.

20 horas. Domicilio de la abogada de la defensa.

– Hola. Vaya guardia que tuve. Esto de ser juez de instrucción…. Esta noche parecía que había luna llena. 27 detenidos. Algunos con cargos graves.  ¿Y tú? -le dice el marido.

– Bien -contesta la mujer.

– ¿Cómo está la niña?

– Parece que mejor. Tuvo mucha fiebre hasta media tarde pero ahora lleva dos horas mejor. El pediatra me dijo que sólo era catarro. Dalsy y mucho líquido. Y que si no mejoraba la volviera a llevar.

– Probina. Vaya noche que te dió. Hoy por la mañana daba pena verla. Por cierto. ¿Te enteraste lo que pasó en los Juzgados de Gijón?

– ¿Qué pasó?

– Pues al parecer a una abogada no se le ocurrió otra cosa que llevar a su bebé a un juicio. Me lo contó Gonzalo, el compañero de la Audiencia. Creo que fue un papelón. Al final Verónica, la letrada de la Administración del Juzgado, tuvo que cuidarlo mientras la madre celebraba el juicio. En fin… No entiendo lo de estas compañeras tuyas. Si quieres tener hijos lo mejor es hacer unas oposiciones y tener un puesto de funcionaria. Hubiese cogido un moscoso o un griposo o como se llamen y asunto solucionado. No se puede ser una buena abogada si tienes niños que cuidar. ¿Llamaste a Mildred? ¿Cómo está mi padre?

– Parece que más orientado. El cambio de medicación creo que fue una buena medida.

– ¿No fuiste a verlo?

–  ¿Yo? ¿Con la niña así?… Y tú ¿no fuiste? Como llegaste tan tarde creía que habrías pasado por allí.

– Ya te dije que tuve una guardia de perros. Sólo paré a tomar algo con el agente. Nos lo merecíamos. Y a estas horas… Además había un atasco con el cuento de la manifestación… ¿Qué hay para cenar? No huele a nada rico.

– Tendrás que conformarte con una pizza. Entre la niña y atender lo más urgente del despacho…

– Bueno, que le vamos a hacer. Por cierto ¿Qué tal tu juicio de hoy? ¿Con quién dejaste al final a la niña para ir?

– Con la letrada de la Administración de Justicia.

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