Cuatro años de prisión por cortarse la mano y fingir un accidente para cobrar el seguro
Audiencia Provincial de Castellón.

Cuatro años de prisión por cortarse la mano y fingir un accidente para cobrar el seguro

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13/1/2016 17:12
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Actualizado: 14/1/2016 07:51
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La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a cuatro años de prisión por un delito continuado de estafa a un hombre que se amputó la mano y fingió haber sufrido un accidente de tráfico.

Antes del siniestro el condenado, un agricultor con problemas económicos para hacer frente al pago de la hipoteca, contrató o amplió la cobertura con hasta ocho compañías de seguros contra las que luego pleitó para percibir las indemnizaciones correspondientes, por un valor total de 1,9 millones de euros.

La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado, Carlos Domínguez, considera probado que el acusado «para poder cobrar las coberturas pactadas, procedió en la madrugada del día 10 de diciembre de 2007, bien solo o con la ayuda de terceros, a amputarse con un instrumento cortante su mano derecha, para posteriormente, después de haberse protegido la herida resultante con un torniquete que controlase la hemorragia  resultante, dirigirse, bien solo o en compañía de terceros, con el vehículo de su propiedad Renault-19 matr. CS-6558-AD hacia la carretera conocida como Camino Viejo de Nules a Moncofar, y al llegar a las inmediaciones del km. 955,200, cuando eran aproximadamente las 7,50 horas y aún no había salido el sol, donde existía un cambio de rasante para salvar la vía férrea, inmediatamente después del tramo recto que lo coronaba, donde ya empezaba un tramo ligeramente curvo a la derecha y descendente, provocar que el automóvil se saliera por su izquierda,  dejándolo caer por un terraplén terrizo con un desnivel de entre 0,40 y 4 metros en diferentes puntos, hasta quedar detenido entre un camino adyacente y un huerto de naranjos de forma prácticamente perpendicular al eje longitudinal del camino por el que circulaba».

Según el relato de hechos probados, «el acusado, que portaba en el interior del vehículo una barra o regla cuyas dimensiones y estructura no han sido determinados, procedió a colocar la mano que se había cortado a los pies del asiento del conductor y, de seguido, a prender fuego al vehículo valiéndose de una bolsa de gasolina que portaba a tal efecto, tras lo cual procedió a realizar una llamada de emergencia al 112 y a recostarse sobre el terraplén en espera de la ayuda solicitada, en cuya posición estaba, fumándose un cigarro, cuando llegó un agente de la Policía Local de Nules que, junto a otros agentes de la Policia Local de Moncofar, se personaron en el lugar con anterioridad a que lo hicieran los bomberos y la Guardia Civil».

Producido el siniestro y en atención a las lesiones que sufría, procedió a  reclamar a las distintas compañías aseguradoras las coberturas pactadas con el resultado que se hace constar en el “ factum” de la presente resolución.

Según la sentencia, «el acusado, a partir del momento en que decidió acometer la construcción de su casa, lo que le exigía un esfuerzo económico muy difícil de afrontar para sus posibilidades, se vio en la necesidad de acudir primero a solicitar distintos prestamos personales con la entidad BBVA y mas adelante a hipotecar en favor de tal entidad su propiedad a mediados de 2006, carga financiera que ante la contingencia que se le iba representando como posible de no poderla hacer frente, le llevó a partir de diciembre de 2006 y durante todo el año 2007, a medida que tales dificultades se hicieron mas evidentes, de las que son prueba la certificación librada al amparo del art. 688 de la LEC,  contratar de forma compulsiva la relación de pólizas de seguros que se han reflejado  en el “ factum” de la presente resolución, con la idea ya de provocar en un determinado momento y si era necesario, el riesgo asegurado y así, con el dinero  a obtenerse, hacer frente a aquellas, compulsión particularmente significativa en los tres meses anteriores al siniestro en que procedió a ampliar las coberturas inicialmente pactadas.

Por todo ello, la Audiencia le condena también a pagar una multa de 3.000 euros y a devolver a las compañías aseguradoras a las que engañó los 335.000 euros que percibió como indemnización por el falso accidente.

Sentencia mano cortada

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