Firmas
El asociacionismo femenino como medio para conquistar la igualdad
31/1/2016 18:27
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Actualizado: 11/10/2018 17:32
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El movimiento feminista viene trabajando en pro de los derechos de las mujeres desde principios del siglo XIX cuando has mujeres no podían votar —en España no se consiguió hasta 1931—-, ni ocupar cargos públicos, ni tener propiedades, ejercer ciertas profesiones, obtener un crédito, acceder a la enseñanza, etc.
Poco a poco las reivindicaciones iban abarcando más y más espacios: política, educación, empleo.
Tal como ha puesto de manifiesto Vicenta Monge, la Historia de las mujeres es la historia de la discriminación y la lucha. Las mismas han sido excluidas de derechos y de oportunidades.
Aun habiendo conseguido el reconocimiento legal, para ejercer los mismos derechos y deberes, no se ha conseguido un equilibrio en las responsabilidades y en la toma de decisiones sin distinción de sexo, que permita una igualdad real y perceptible.
Desde hace dos siglos las mujeres han venido reivindicando la equiparación legal, de ahí la movilización y la organización para luchar contra barreras sociales y legales, para dejar de ser consideradas ciudadanas de segunda clase dependientes de los hombres. Esta lucha ha supuesto que muchas mujeres sean criticadas y humilladas, siendo obviado el papel de mujer en los avances sociales y económicos.
El asociacionismo supone la agrupación de personas constituidas para realizar una actividad colectiva de una forma estable, organizada democráticamente. Se persigue con ello la transformación de la realidad a través de la participación social.
Es uno de los cauces más eficientes para lograr mejorar el espacio público, es un medio de sumar esfuerzos y compartir ideales a través de las respuestas colectivas.
Un instrumento de participación ciudadana con continuidad y proyección en la sociedad.
A través de la unión en colectividad de las mujeres a lo largo de la historia se han conseguido los derechos de los que muchas de mujeres disfrutan hoy en día. Las asociaciones de mujeres surgen como movimientos en pro de la emancipación, la liberación y la igualdad de derechos democráticos. En la actualidad siguen siendo un vehículo para reivindicar entre otras muchas cosas:
a). La igualdad de oportunidades en el empleo (en acceso, promoción y salario), en la representación política, en los puestos de toma de decisiones, en la educación y en todos los ámbitos.
b). El desarrollo de políticas efectivas de igualdad.
c). La conciliación de la vida pública y privada.
d). La existencia de infraestructuras de apoyo como comedores, servicio de acogida temprana en los centros escolares, residencias de día, servicios de ayuda a domicilio, guarderías, etc.
e). La corresponsabilidad dentro y fuera del hogar, pero sobre todo “dentro”.
f). Las políticas efectivas acompañadas de las infraestructuras y recursos necesarios para la erradicación total de cualquier manifestación de violencia contra las mujeres.
g). La visibilidad en nuestras sociedades de las situaciones de exclusión y discriminación de las mujeres de los países en vías de desarrollo.
h). El empoderamiento, término acuñado por organismos internacionales como la Unión Europea o la propia ONU, y que pide mayor cuota de poder para las mujeres. Y lo hacen porque entienden que es imprescindible para que el mundo siga progresando y como forma para que se cumplan los derechos humanos.
i). En estos momentos son muchas las asociaciones de mujeres con objetivos diversos pero existen unos fines comunes que sirven como nexo de unión. De hecho las redes, foros, federaciones y confederaciones surgidas en los últimos años nos conectan y sirven de plataforma para luchar de forma conjunta y con mayor fuerza para la consecución de dichos fines.
j). La globalización de la información ha permitido conocer las distintas realidades de nuestro Planeta, y ha posibilitado a las mujeres, y a sus asociaciones comprobar como la discriminación sexual es universal.
k). Los organismos internacionales no han sido ajenos a la conquista social de la mujer, incluyendo en su discurso y actuación la perspectiva de género, y creando departamentos y órganos específicos que promueven y desarrollan la igualdad de oportunidades.
l). La organización de grandes eventos mundiales, para analizar la situación de las mujeres en el mundo y plantear soluciones para superarlas, ha sido enormemente importante y han aportado mucho a la liberación de las mujeres. Si bien, debe considerarse importante reivindicar y facilitar el acceso a los mismos a todas las mujeres, de manera que exista mayor representatividad.
m). Las distintas asociaciones han ido variando con el tiempo su actuación. Y muchas han pasado de la reivindicación a la acción, de reclamar derechos a ofrecer servicios, cubriendo de alguna manera lo que deberían garantizar las distintas instituciones y administraciones. Pero resulta complicado para una asociación dar respuestas a los problemas y seguir lanzando hacia fuera las necesidades del colectivo al que representa, en ocasiones la inmediatez en la intervención que requieren determinadas situaciones, hace que lo urgente tape lo importante.
n). Con los avances logrados en materia legislativa se ha creado una falsa apariencia de igualdad, pudiendo dar la impresión de que todo está conseguido.
ñ). La lucha no ha terminado. Para completarla es necesario compartir lo privado. Ya se ha demostrado que podemos, que valemos y que queremos opinar, contar y decidir.
o). Las mujeres han conquistado el espacio público, están en todos los ámbitos y niveles aunque todavía existen muchas dificultades para llegar y conseguir la promoción efectiva de las mismas.
p). Debe considerarse que lo que se tienen que cambiar son fundamentalmente las actitudes, los esquemas mentales, las maneras de hacer las cosas, las rutinas, las costumbres, y los hábitos.
q). Se tiene que conseguir que exista una consideración social del trabajo doméstico y que se valore como una aportación importante, y por lo tanto, que exista un reconocimiento a la necesidad de efectuarlo. Y desde ahí, conseguir unas mejores condiciones para compatibilizarlo con la vida pública y compartirlo con el resto del núcleo familiar.
r). Otro reto pendiente hace referencia a que la lucha por la igualdad de oportunidades deje de ser una reivindicación exclusiva de los colectivos de mujeres. Las mujeres y sus asociaciones deben ser agentes transmisores de la incorporación de la perspectiva de género a todo tipo de movimientos asociativos y a la ciudadanía en general
s). Por último, los movimientos organizativos de mujeres, no deben olvidar el aspecto reivindicativo y de denuncia social que se produce desde el ámbito local al internacional, puesto que la lucha por la igualdad es una conquista universal.
A través de la unión en colectividad de las mujeres a lo largo de la historia se han conseguido los derechos de los que muchas de mujeres disfrutan hoy en día
Hoy en día Impulsar los mecanismos de participación social entre las mujeres, tienen como principales objetivos los de fomentar el auto apoyo, valorar la importancia del grupo organizado para conseguir objetivos comunes, las cuales constituyen tareas necesarias en una sociedad democrática.
Puede afirmarse que existe en nuestra sociedad muchas tipologías de colectivos de mujeres con diversos grados de cohesión: asociaciones formalmente constituidas, comisiones específicas en organizaciones de carácter más amplio, grupos de interés, grupos de autoayuda, entre otras muchas manifestaciones.
En este sentido, dichos movimientos asociativos realizan muchas funciones con relación a las mujeres que los integran, y a las que se acercan a las mismas buscando información. Por ello, se puede indicar que dichas asociaciones tienen como finalidades fundamentales las que se citan a continuación:
a). Potenciar la organización y desarrollo de colectivos de mujeres.
b). Informar y asesorar sobre recursos y actividades.
c). Proporcionar formación específica para la gestión de Asociaciones e intervención en el medio social.
d). Fomentar el intercambio de experiencias entre distintos colectivos de mujeres.
e). Y en definitiva, todas ellas confluyen básicamente en el papel de sensibilizar y en el de motivar sobre la situación y el papel de la mujer, reivindicando y protegiendo los derechos de las mismas, tanto en el plano individual, como su faceta colectiva.
En cualquier caso, las asociaciones de mujeres suponen una alternativa al aislamiento personal y social, así como un medio de incrementar su formación, por lo que han de ser apoyadas institucionalmente, siendo plenamente necesario impulsar estrategias para renovar y adaptar el asociacionismo de mujeres a los cambios y nuevas necesidades sociales.
A título de ejemplo, hoy en día es común que las asociaciones de mujeres se hagan eco de múltiples protestas y reivindicaciones de mujeres, en las que se exigen una mayor integración de las mismas, en el desarrollo económico y social que en la actualidad experimentan nuestras diversas sociedades.
Por ello, constituye una práctica frecuente encontrar propuestas y demandas, como las que se citan a continuación:
a). Promover acciones de información, educación, y sensibilización en contra de la violencia de género en todos los niveles educativos y en todas las esferas de la vida laboral, social, política.
b). Trabajar la prevención para combatir la lacra social del maltrato hacia las mujeres.
c). Tener en cuenta la Ley de Igualdad para exigir que se cumpla.
d). Crear espacios de acogida y acompañamiento afectivo y emocional para mujeres victimas de violencia de género. Atendiendo su privacidad y derivando a los equipos de profesionales que deben existir en los correspondientes servicios sociales relativos a la violencia de género
e). Regulación de una vez por todas, y de manera definitiva del aborto
f). Denunciar las políticas en materias de sanidad, educación, dependencia, y ver en que medida las mismas están incidiendo en el aumento de violencia contra las mujeres.
g). La conciencia y sensibilización en la utilización de un lenguaje igualitario inclusivo y no sexista para visibilizar en nuestros discursos y pensamientos tanto a mujeres como a los hombres.
h). La promoción de medios para potenciar medidas de conciliación de la vida personal, familiar y laboral.
i). El desarrollo de programas de coeducación y corresponsabilidad.
j). Potenciar los programas de prevención, apoyo psico-social y empoderamiento con perspectiva de género, a través del voluntariado y las Asociaciones de Mujeres.
k). Las mejoras económicas en favor de la mujer, especialmente en lo que se refiere a las pensiones de viudedad.
l). La aplicación de medidas que apliquen el derecho constitucional a la igualdad salarial y laboral.
m). La promoción de la participación de mujeres en el diseño de las políticas de igualdad para el progreso social y económico.
A modo de conclusión, cabe señalar, la importancia que tienen las asociaciones de mujeres como agentes de cambio, así como la importancia del papel fundamental que desempeñan como intermediarias ante las administraciones nacionales e internacionales para llevar la voz de las mujeres, sus necesidades, sus reivindicaciones y sus propuestas, algo que sería imposible llevar a cabo a nivel individual, lo que ha determinado que se hayan producido cambios y avances muy significativos favorables a la mujer en materia de igualdad, pero aunque esa igualdad es una realidad a nivel legislativo, ello todavía no constituye una realidad social, pues en la vida diaria de muchas mujeres, se siguen sufriendo manifestaciones de situaciones de desigualdad, que es preciso con el esfuerzo de todos erradicar.
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