El patrón de los abogados, San Raimundo de Peñafort, fue un maestro inquisidor
San Raimundo de Peñafort en una talla antigua junto al galardón que lleva su nombre y que otorga el Ministerio de Justicia.

El patrón de los abogados, San Raimundo de Peñafort, fue un maestro inquisidor

San Raimundo de Peñafort era un dominico que vivió casi 100 años en los que llegó a ser un hombre con gran poder e influencia y que participó muchos asuntos eclesiásticos y civiles. Uno de ellos -de los menos conocidos- fue la creación e instauración de Inquisición en el Reino de Aragón en el siglo XIII.

Aprovechando su cercanía al Rey Jaime I el Conquistador (1208-1276), rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgel y señor de Montpellier y de otros feudos de Occitania (el sur de Francia), Raimundo de Peñafort le conminó a solicitar del Papa inquisidores que ‘desinfectaran’ sus dominios de herejes.

Y colaboró con la Santa Sede en la redacción de instrucciones inquisitoriales y las mencionadas ‘Decretales’, como bien cuenta Nicolás González-Cuellar en su libro «Ecos de la Inquisición», recientemente publicado.

«También redactó la reglamentación de la organización y el funcionamiento del Tribunal del Santo Oficio en Aragón aprobada por el Concilio de Tarragona en 1242», precisa González-Cuellar. 

Gregorio IX encargó a dominicos y franciscanos la instauración de la inquisición papal en 1238 para combatir las infiltraciones heréticas del catarismo, la brujería el culto al demonio y los conversos judíos.

Un trabajo que san Raimundo llevó a cabo con gran eficacia. 

Los suyos, los que le conocían bien, lo llamaban cariñosamente «Pater Pauperum», el padre de los pobres.

Algunos estudiosos de su obra le han atribuido un importante papel en la fundación de la Orden de la Merced, los Mercedarios, dedicados al rescate de los pobres cautivos -los que recuperaron a Miguel de Cervantes en Árgel y que hoy se ocupan de los presos en nuestras cárceles- , como asesor de san Pedro Nolasco.

Hijo de un noble

Dice la historia que Raimundo de Peñafort fue hijo del señor de castillo de Peñafort -de ahí el apellido-, en el condado de Barcelona, y de su esposa Sara. Los primeros datos que se tienen de él son del año 1204, siglo XIII, cuando empezó a ejercer de clérigo y escriba de la catedral de Barcelona.

No fue, por lo tanto, el primogénitode su familia.

En aquel tiempo, el primero de los hijos heredaba todo y el resto seguían la carrera militar o la eclesiástica.

Raimundo de Peñafort estudió teología en la Universidad de Bolonia, en la actual Italia, donde ejerció de profesor entre 1217 y 1222.

Después regresó a Aragón, donde reinaba Jaime I.

A san Raimundo de Peñafort siempre le acompañó una fama de santidad, debido, con seguridad, a la multitud de milagros que se le atribuyeron en vida. Quizá el más famoso ocurrió cuando el Rey, de quien se convirtió en confesor, le prohibió partir hacia el convento barcelonés de santa Catalina, donde vivió 35 años, cuando se encontraba en Mallorca.

Jaime I amenazó de muerte, además, a quien se atreviera a sacar al santo de la isla.

«Voló» sobre el mar montado en su túnica

Dice la tradición que el santo no se dio por vencido y le espetó al monarca: «Los reyes de la tierra pueden impedirnos la huida, pero el Rey del cielo nos dará los medios para ello».

Y dicho y hecho, san Raimundo se dirigió al mar, extendió su túnica negra sobre las olas y se montó sin temor en aquella improvisada «barca» con la que llegó a Barcelona tras seis horas de travesía.

Tradición «dixit».

Hoy en día, el trayecto por barco entre Palma de Mallorca y Barcelona está entre las 7 horas y 30 minutos y las 8 horas. Es decir, San Raimundo de Peñafort supuestamente tardó entre una hora y media y dos horas menos que en la actualidad.

En el mundo del Derecho, san Raimundo es conocido principalmente, por haber redactado la colección de las ya citadas «Decretales», en la que, por encargo del Papa Gregorio IX, puso en orden parte del derecho canónico, siendo durante casi siete siglos la norma jurídica de la Iglesia católica.

En honor a este santo patrón, en 1944 se creó en España la Orden de la Cruz de San Raimundo de Peñafort, en sus distintas modalidades.

Todas ellas las otorga el Ministerio de Justicia.

Con ella se premian los servicios prestados por los funcionarios de la Administración de Justicia y cuantos hayan contribuido al desarrollo del Derecho.

Y también a los autores de publicaciones de carácter jurídico.

Esta distinción se concede también al número uno de todas las promociones de jueces.

Su onomástica se celebra cada 7 de enero, como se ha indicado antes. Un día después de su muerte, ocurrida el 6 de enero de 1275, en Barcelona. A los 95 o a los 100 años. Como también dice la tradición.

En Iberoamérica los abogados tienen otros patronos

En Iberoamérica cada país celebra el día del abogado un día diferente. En la República Dominicana es el 3 de febrero, cuando se celebra el «Día Nacional del Profesional del Derecho».

En Ecuador es el 20 de febrero, recordando el día del nacimiento del jurista Luis Felipe Borja Pérez. Dos meses más tarde, el 2 de abril se celebra en Perú, en honor al día en que nació el abogado Francisco García-Calderón Landa.

En Honduras es el 30 de abril, fecha instituida en 1942. En el país vecino de Costa Rica es el 19 de mayo. Ellos también celebran a San Ivo de Kermatín.

Chile lo conmemora el 21 de mayo, en recuerdo de la muerte del militar y abogado Arturo Pratt, fallecido el 21 de mayo de 1879. Cuba lo celebra el 8 de junio, cuando Ignacio Agramante -en 1865- expuso su tesis.

En Colombia es el 22 de junio -Día del Abogado-; en Venezuela, el 23 de junio, el día que nació el desaparecido presidente y abogado Cristóbal Hurtado de Mendoza.

Puerto Rico -el 29 de junio- y El Salvador -30 de junio- celebran el Día del Abogado.

Cada 12 de julio México conmemora el día en que se impartió la primera cátedra de derecho en el país.

Paraguay, como España o Costa Rica, tiene un patrón: San Expédito, patrón de las causas justas y urgentes. Es el 2 de agosto.

En Panamá es el 9 de agosto, en recuerdo del letrado Justo Arosemena, nacido ese día en 1817, que es considerado «el más ilustre de los panameños y padre de la nacionalidad panameña.

El 11 de agosto le toca a Brasil, con su Día del Abogado.

Argentina, el 29 de agosto. En honor al nacimiento del abogado Juan Bautista Alberdi, en 1810.

En Guatemala es el 24 de septiembre -por acuerdo del entonces gobernante Enrique Peralta Azurdia, en 1964-; en Nicaragua, el 29 de septiembre, por ley en recuerdo del nacimiento del jurista Miguel Larreynaga (1772); y en Bolivia, el 13 de octubre, para celebrar la fundación de la primera facultad de Derecho en el país, en 1681.

 

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