Pablo Iglesias convierte su intervención en la Comisión de Justicia en una suerte de «interrogatorio fiscal» al ministro Catalá
Iglesias entregando las siete preguntas al ministro Rafael Catalá. Carlos Berbell/Confilegal.

Pablo Iglesias convierte su intervención en la Comisión de Justicia en una suerte de «interrogatorio fiscal» al ministro Catalá

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11/5/2017 04:59
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Actualizado: 11/5/2017 00:24
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El líder de Podemos, Pablo Iglesias, aprovechó la comparecencia del ministro de Justicia, Rafael Catalá, en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados para convertir su intervención -sustituyendo a Jaume Moya, portavoz habitual de su grupo- en una suerte de «interrogatorio fiscal», por la técnica y el tono, centrado alrededor de 7 preguntas que luego, personalmente entregó en mano, en un folio, ante un ministro que le devolvió una mirada divertida.

Porque los dos, tanto Catalá como Iglesias, eran conscientes de que el segundo acababa de teatralizar, de la forma más dramática posible, su intervención de fiscal incisivo. Elaborando un relato conspirativo -con planteamiento, nudo y desenlace- gestado por el PP, en la que el fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, aparece como pieza central de una supuesta trama.

Una narración que basó en las grabaciones realizadas por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil en el marco de la Operación Lezo y en las que aparecen el expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, el expresidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, y el propio Catalá, a través de un SMS.

Un relato estructurado sobre una columna vertebral de 7 preguntas que culminaron con la de «¿Qué cree que pasaría si se escuchara a dos terroristas o narcotraficantes mencionar el nombre de un fiscal que les interesa?. Le recuerdo que esto está siendo grabado».

Es muy grave acusar a un fiscal de prevaricación

Catalá, en su turno de respuestas, no perdió la compostura, a pesar de que todos los partidos de la oposición siguieron, en mayor o menor medida, el guión de la teoría conspirativa de la Operación Lezo.

Al contrario, en tono comedido, defendió las decisiones tomadas por Moix y advirtió a los diputados de la gravedad de sus palabras.

«Acusar a un fiscal de dificultar la investigación y de impedir que se lleven a cabo actuaciones es de lo más grave que se puede acusar a un fiscal. Eso es prevaricación. Yo no sé si ustedes miden bien las palabras, quizá la inmunidad parlamentaria les ayuda, pero acusar a un fiscal de no hacer su trabajo y de impedir que se desarrollen procesos de investigación me parece muy serio», afirmó rotundo el ministro.

«¿Cuáles son las dificultades que se han puesto a las investigaciones? Yo a la señora Capella [Ester Capella, de ERC] le he oído decir que el fiscal Moix quería impedir la detencion de Ignacio González. Eso es ir muy lejos. Eso yo ya no lo he leído estos días, y mire que hemos leído cosas», añadió Catalá.

«¿Cual ha sido la injerencia? ¿En qué se ha imposibilitado la investigacion del caso Lezo, señorías? ¿Por qué insisten algunos en mandar este mensaje a los ciudadanos? ¿Qué ha pasado en la investigacion del caso Lezo que a ustedes les hace andar tan inquietos? ¿Qué están en prisión provisional los investigados? ¿Que se han hecho entradas y registros en más de sesenta domicilios? ¿Qué está funcionando todo conforme a los fiscales que estaban llevando a cabo la investigación? ¿Que el fiscal jefe hizo un par de consideraciones de técnica jurídica y cuando vio que no tenía consenso cedió en su posición, cuando podía haberla sostenido, y les dio la razón a sus colaboradores», preguntó a los diputados presentes, para concluir apoyando el trabajo de Moix.

 

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