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El Turno de Oficio y la vocación de abogado

El Turno de Oficio y la vocación de abogado
15/7/2017 04:58
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Actualizado: 15/7/2017 02:11
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El pasado 12 de Julio de 2017 celebramos en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) el VII Día de la Justicia Gratuita y del Turno de Oficio. La temática fue la “Asistencia Jurídica Gratuita y Turno de Oficio: La calidad de un servicio público”. Tras la exposición de los ponentes se abrió un debate sobre la necesidad de la Excelencia en la prestación del servicio, los requisitos de acceso, la formación, etc.

Durante el debate se realizaron comentarios que, en mi opinión, estaban fuera de lugar: “ganamos una mierda”, “cobramos muy poco, es penoso”’ o “‘hay incidencias en la justificación”. Estas manifestaciones no respondían a las cuestiones planteadas (acceso, requisitos, formación, excelencia) y estaban fuera de lugar y contexto. Así, estimé necesario intervenir haciendo hincapié en los siguientes puntos:

1.- “Gracias” fue la primera palabra, con el corazón pronunciada, porque es una satisfacción poder pertenecer a un Colegio como el de Madrid y estar en el Turno de Oficio, en nuestra especialidad, Penal; ayudar a la gente que tiene insuficiencia de recursos para litigar; colaborar con un pequeño “granito de arena” en la sociedad; ser una minúscula parte de los operadores jurídicos, consiguiendo que entre todos y todas se pueda cumplir con el derecho constitucional (artículo 119 de la Constitución Española) de la Asistencia Jurídica Gratuita. Y, además, está remunerado.

2.- Es muy necesaria la necesidad de estar formado, actualizado, reciclado en leyes, reformas, poniendo como ejemplo las recientes reformas del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. También en otras materias complementarias, como las que imparte Francesc Domínguez, consultor de marketing jurídico.

3.- Realizamos una labor o función social de ayuda al prójimo, de devolver a la sociedad lo mucho que nos da o, por ejemplo, también a mis Padres, que me dieron la oportunidad de estudiar la Carrera que quería, la de Derecho. Me pude centrar en ella para después poder Trabajar (con mayúscula) en lo que me gusta y en lo que, con modestia, intento ser útil, competente, constante, empático y eficaz.

Todo ello porque, además de otros factores fundamentales (hechos, imputabilidad o no, autoría, circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, jueces, fiscales, magistrados, médicos forenses, funcionariado, etc.) la persona física o jurídica que tengo frente a mí se está jugando su libertad, su vida, su trabajo, su reconocimiento, su condena o absolución, su reputación o su tranquilidad. Y yo me tengo que centrar en servir a la persona, sin pensar, quitando de mi mente, que voy, como decía la compañera, a “cobrar una mierda”.

4.- Ejercitamos el Derecho de Defensa, consagrado y enunciado en el artículo 24.2 de la Constitución Española. Aquí, en concreto, sería “…a la Defensa, y a la Asistencia de Letrado…” o, incluso: … “a utilizar los medios de prueba pertinentes para su Defensa”, etc. Tenemos que defender, asistir, asesorar, litigar, aconsejar, preparar, recurrir, mediar, “ponernos en su piel”.

5.- No era el momento ni el lugar, y mi indignación por escuchar lo referente a ‘emolumentos’ y calificarlos así, era otro de los “hechos” o fundamentos jurídicos (por así decirlo) expuestos. Y pido disculpas, porque también opiné que se dedicaran a otra cosa, porque si una defensa y asistencia jurídica se centra en lo que se cobra, mal vamos… Lo esencial es servir.

6.- Por último expuse que los profesionales del Departamento del Turno de Oficio del ICAM siempre están allí cuando se les necesita. Gracias, Jesús Rueda, las dos Victorias, Carlos Rueda o Marisol Cuevas. También que pertenezco al ICAM como abogado colegiado ejerciente, y del Turno de Oficio Penal, pero no como trabajador del Colegio.

Quizá la vocación es la diferencia. La sensación de poder ayudar, de resolver un problema, o prevenir para que lo evite, como Letrado particular o del Turno. La satisfacción de hacer todo lo posible por tener el deber cumplido. La pasión de litigar, de luchar por la Justicia. La adrenalina antes de los juicios o vistas. O cuando se Gana. Incluso, a veces, ante un muy alto Tribunal que crea y marca Jurisprudencia en su Sala 2ª, además de los demás juzgados y tribunales, con gran valor también.

O cuando se pierde, pero con dignidad y entrega total, aprendiendo, para intentar ganar en la próxima, y condicionados también por muchos elementos, como el justiciable (cliente), si se ha cometido o no el presunto delito, sus elementos, etc.

El poder aprender del alumnado al que se da clase. Transmitir los conocimientos adquiridos y recibir un correo que dice que “ha aprobado su oposición, su examen; o un ascenso en su Trabajo, y que Gracias’.

Gracias.

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