La Guardia Civil no esposó a Ángel María Villar para minimizar la «pena de telediario»

El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, no apareció en ningún momento esposado en los traslados a los que fue sometido ayer por los hombres de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil a pesar de que había sido detenido, para minimizar la llamada «pena de telediario».

Los hombres de la Benemérita fueron exquisitos en el trato para no vulnerar la presunción de inocencia a través de las imágenes que los medios de comunicación grabaron cuando cubrieron el acontecimiento.

La UCO se condujo de la misma manera durante la detención y el traslado de Ignacio González, expresidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, el pasado 19 de abril, mostrando así una «conciencia comunicativa» de la que antes se había adolecido, producto de la reflexión por las críticas anteriores levantadas por este tipo de situaciones.

Como es preceptivo y establece la Ley de Enjuiciamiento Criminal, Villar estuvo presente en el registro de su domicilio, durante la mañana, y en el de la tarde, en la sede de la Real Federación Española de Fútbol de Las Rozas, lugar habitual de concentración de la Selección Española de fútbol que, durante el mandato del directivo, consiguió ganar el Mundial (2010) y dos Eurocopas (2008 y 2012). En todo momento estuvo acompañado por su abogado defensor.

Villar, presidente de la RFEF, es también vicepresidente de la UEFA y de la FIFA, los máximos organismos de fútbol asociado del mundo.

Tanto a él, como a su hijo Gorka, también detenido, Juan Padrón, vicepresidente de la RFEF, y Ramón Hernández Boussou, secretario general de la Federación Tinerfeña, se les imputan los presuntos delitos de administración desleal, apropiación indebida, corrupción entre particulares y falsedad documental.

Durante el operativo, la Guardia Civil ha llevado a cabo diversos registros en la sede de la RFEF, en la Federación Tiñerfeña de fútbol, en sedes de empresas y varios domicilios privados vinculados a los detenidos, según ha informado el Instituto Armado en un comunicado.

La investigación de la llamada Operación Soulé fue iniciada a principios de 2016 tras una denuncia formulada por el Consejo Superior de Deportes.

El magistrado competente es Santiago Pedraz, juez decano de la Audiencia Nacional y titular del Juzgado Central de Instrucción 1. Por parte de la fiscalía anticorrupción, Inmaculada Violán y Esther González son las responsables de la investigación.

Durante las pesquisas se ha  podido determinar que Villar -presidente de la RFEF desde hace 29 años- «pudo haber impulsado la celebración de partidos entre la Selección Española de Fútbol y otras selecciones, consiguiendo de esta manera contraprestaciones para la contratación de servicios y otras relaciones comerciales en beneficio de su hijo, abogado especialista en derecho deportivo, detenido igualmente en la operación«.

Según la Guardia Civil, la UCO ha determinado que el vicepresidente económico de la RFEF, Juan Padrón, se habría excedido presuntamente en sus facultades de administración del patrimonio de la Federación, causando perjuicio a la misma. Padrón también habría favorecido la contratación de sociedades de las que habría obtenido un beneficio propio, en forma de contraprestación económica.

Para ello participó junto al secretario general de la Federación Tinerfeña, Ramón Hernández Boussou, en una operativa continuada de apropiación de fondos de dicha Federación, a través del desvío de estos a una sociedad gestionada por ambos. El sumario ha sido declarado secreto.

Villar, al término del registro de la RFEF durante el día de ayer, fue llevado al cuartelillo de Las Rozas, donde pasó la noche. La ley establece que el presidente de la RFEF puede permanecer detenido durante un máximo de 72 horas, al término de las cuales tiene que se puesto a disposición del magistrado Pedraz para que éste decida, tras interrogarle, si decretar su prisión preventiva, la libertad bajo fianza, la libertad con cargos y sin fianza o la libertad sin cargos.

Los agentes de la UCO han bautizado al operativo como ‘Soule’ en referencia al deporte practicado durante la Edad Media en algunos reinos de Europa que algunos historiadores del deporte señalan como antecedente tanto para el fútbol como para otras disciplinas como el rugby y el fútbol americano, según han explicado a Europa Press fuentes de la investigación.

El soule se jugaba en grandes extensiones de campo. El objetivo era llevar una pelota al final del campo contrario, sin establecer otras reglas para los integrantes de los dos equipos que, en una lucha encarnizada, competían moviendo el balón con cualquier parte del cuerpo. CONFILEGAL/EP.