Mano dura del Gobierno británico contra sus turistas por las denuncias falsas que hacen a los hoteles españoles
Uno de los hoteles de baleares afectados por las denuncias falsas de los turistas británicos.

Mano dura del Gobierno británico contra sus turistas por las denuncias falsas que hacen a los hoteles españoles

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05/9/2017 05:00
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Actualizado: 05/9/2017 09:56
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El Gobierno británico ha retirado la licencia a una empresa que asesoraba legalmente y animaba a turistas que habían pasado sus vacaciones en hoteles de las costas españolas a inventarse enfermedades digestivas por supuestamente haber ingerido alimentos en mal estado con el fin de embolsarse una indemnización fraudulenta.

La información recopilada por el ente Regulador de Gestión de Reclamaciones (Claims Management Regulator o CMR, por sus siglas en inglés) ha sido determinante en esta cuestión, según ha informado el Consulado británico en Madrid.

Allsure Ltd. es la primera empresa que ha echado el cierre por orden del Gobierno de ese país, alarmado por el espectacular crecimiento de las reclamaciones falsas contra los hoteles españoles que todos los años llegan a los tribunales británicos.

«No se va a tolerar la conducta de fomentar la interposición de demandas fraudulentas», ha remarcado.

El CMR, que pertenece al Ministerio de Justicia británico, gestiona a las empresas que ofrecen su ayuda a particulares para obtener indemnizaciones por daños personales o venta indebida de productos financieros.

«No se va a tolerar la conducta de fomentar la interposición de demandas fraudulentas», declar-o Kevin Rousell, jefe del CMR.

Precisamente, la presión de las asociaciones de hoteleros de nuestro país, y de los tour operadores británicos ha sido determinante para que el Ejecutivo británico, que preside Theresa May, haya tomado cartas en el asunto.

El pasado mes de agosto el embajador británico en España, Simón Manley, informaba a los actores clave del sector turístico español sobre las medidas tomadas por  su gobierno para abordar las denuncias falsas por intoxicación, un tema que ha afectado seriamente tanto a los hoteleros en España como a la industria turística del Reino Unido.

“Tal y como decimos en nuestras recomendaciones de viaje, hacer reclamaciones falsas puede tener como consecuencia un procedimiento judicial en el Reino Unido o en España», afirmó Manley.

Se estima que el 90 por ciento de las cerca de 10.000 reclamaciones realizadas por turistas británicos en nuestros hoteles costeros a lo largo del último año carecían de fundamento.

“El 10 por ciento restante reconoce que estos consumidores enfermaron durante sus vacaciones pero por causas naturales, exceso de comida, bebida también sol y no una mala praxis por los alimentos en el hotel” y solo un uno por ciento tendría justificación indican desde HOSBEC, patronal hotelera de la Costa Blanca, adscrita a la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT).

Solo durante el pasado año, los hoteles de Baleares habrían pagado cerca de 50 millones de euros en este tipo de denuncias falsas.

Los turistas británicos, asesorados por empresas como la citada, denunciaban situaciones irregulares ficticias para buscar una compensación económica a sus vacaciones.

El Gobierno británico a sus ciudadanos: “Tal y como decimos en nuestras recomendaciones de viaje, hacer reclamaciones falsas puede tener como consecuencia un procedimiento judicial en el Reino Unido o en España”

Nuria Montes, secretaria general de la patronal de la Asociación Empresarial Hotelera de Benidorm y la Costa Blanca (HOSBEC), considera que este asunto de las denuncias falsas parece haber entrado en un momento de control: “Este cambio en la situación se ha visto desde la última Semana Santa hasta este momento. Creo que la presión conjunta hecha entre el sector hotelero español y los tour operadores británicos empieza a dar sus frutos”.

Nuria Montes, secretaria general de la patronal de la Asociación Empresarial Hotelera de Benidorm y la Costa Blanca.

Para Montes “es una buena noticia que el Gobierno británico haya retirado licencias de trabajo a empresas gestoras de reclamaciones como el caso de Allsure Ltd., que amparada en algún vacio legal, animaba estas prácticas fraudulentas”.

El asunto, ya en visos de arreglarse, podría haber generado un problema económico importante sabiendo que una reclamación media oscilaba en unas 6.000 libras (6.515,16 euros) y 10.000 reclamaciones gestionadas, con lo cual, el montante podría haberse ido a los 60 millones de libras (65.151.600 euros)”.

Solo una pequeña parte fue pagada por los hoteleros al principio, pero aseguran que desde septiembre del 2016 apenas se han abonado alguna de ellas.

Tan solo hace unos días un tribunal del Reino Unido desestimaba una reclamación interpuesta por una familia británica a instancia de una empresa de gestión de reclamaciones sin escrúpulos. Alegaban que enfermaron de gastroenteritis durante unas vacaciones en Gran Canaria en 2013.

Tras haber desestimado la causa como poco probable, dado que no había pruebas médicas ni se había comunicado la circunstancia de la enfermedad al personal del hotel ni a los representantes del tour operador, el juez dictaminó que los denunciantes corrieran con los elevados costes legales y se los abonaran al tour operador.

El Gobierno británico también pidió recientemente a la Asociación de Agentes de Viaje Británicos (ABTA) y otros representantes del sector turístico que faciliten más información sobre el volumen y coste de las estas reclamaciones de cara a que el Gobierno y la industria puedan tomar más medidas para abordar este tema.

Los tour operadores británicos han colaborado

Según Esther Montalvá, socia directora de la firma jurídica Legal Travel, “el gran volumen de ocupación de los touroperadores británicos hace que consigan hasta el 80 por ciento del aforo de muchos hoteles. Eso hacía que firmasen contratos con condiciones a veces muy leoninas. Los casos de Thomas Cook y Tuy en sus contratos integraban una cláusula de descuento. Se trataba de descontar del importe total que se ofrecía al hotel el de las reclamaciones recibidas porque el propio touroperador pagaba esas indemnizaciones fijadas de forma aleatoria”.

En esa situación Montalvá describe que “el hotel se enteraba que había tenido un siniestro cuando le pasaban la factura con los descuentos, muchos de ellos reclamaciones de turistas británicos”.

Para esta jurista “el cambio de tendencia tiene que ver con el trabajo de la industria turística y sus asociaciones que han sabido ver el problema y comprobar que esa cláusula que firmaban los hoteleros españoles era abusiva”.

Esther Montalvá, socia directora de Legal Travel.

De acuerdo con Montalvá, “también es cierto que los propios touroperadores han colaborado en la lucha contra las denuncias falsas. En el caso de uno de ellos, Thomas Cook, señaló recientemente en Palma que habían frenado cerca de 3.000 reclamaciones falsas de turistas británicos. Pero años atrás llegaban a acuerdos con sus clientes y los abogados de estos para pagarles una indemnización sin exigirles ningún tipo de prueba. En Benidorm se llegaron a ver furgonetas que anunciaban algo así de pon una reclamación y paga tus vacaciones gratis”.

Curiosamente la mayor parte de las reclamaciones no se interponen en el propio hotel durante esos días de vacaciones que disfrutan los turistas tramposos.

“El hotelero tiene conocimiento de la reclamación cuando el touroperador le informe de la misma y de lo que le piden. El caso típico es una gastroenteritis, que genera supuestamente vómitos y colitis complicado de demostrar”, cuenta.

La consecuencia más directa de esta situación es que los hoteleros subieran sus precios para compensar las pérdidas generadas por esas reclamaciones.

Denuncia falsa, una estafa en el Código Penal

Como ya anticipó CONFILEGAL el pasado mes de julio, las llamadas «claims firms», empresas de reclamaciones y algunos despachos de abogados británicos se dedicaron a fomentar estas reclamaciones falsas y ganar importantes beneficios.  “El propio verano pasado estas entidades desplazaron comerciales a las principales zonas turísticas españolas para que pusieran una reclamación falsa.”

Se trataba de que tuvieran el dinero de sus vacaciones aunque ellos ganaban más del 80 por ciento.  

Así de una reclamación básica de dos días, por un importe de 6000 libras, 800 libras (868,69 euros) recibía el cliente y el resto la empresa instigadora.

“Dejaron de actuar cuando vieron que la industria hotelera española estaría dispuesta a denunciar via penal estas prácticas, al ser en el Código Penal una estafa. Eso hizo que se descendiera el número y las que llegaban los propios touroperadores las rechazaban de forma sistemática”, indica la secretaria general de HOSBEC.

La industria británica de paquetes turísticos, junto con los hoteleros españoles, también ha adoptado una postura firme y está endureciendo sus procedimientos internos y sus programas de detección de fraudes, gracias a los cuales algunas reclamaciones no justificadas han terminado en los tribunales y los turistas involucrados han sido procesados.

“Si este Gobierno ajusta los precios en el sector es muy posible que ya no sea atractivo para determinados despachos de abogados con lo cual, dejaremos de padecer esta lacra”, concluye Montes.

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