Carlos Rueda, de Gómez-Acebo & Pombo: “El cambio interno que hemos acometido nos ayudará a ser más competitivos”
Carlos Rueda, socio director de Gómez-Acebo & Pombo.

Carlos Rueda, de Gómez-Acebo & Pombo: “El cambio interno que hemos acometido nos ayudará a ser más competitivos”

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26/3/2018 06:00
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Actualizado: 25/3/2018 22:15
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Gómez-Acebo & Pombo eligió a Carlos Rueda, un abogado muy comprometido con el despacho desde primeros de los años noventa,  para gestionar el cambio de la firma y seguir haciéndolo competitivo. Hablamos con él, en ese segundo año de su gestión donde la facturación de la firma superó los 60 millones de euros siendo un 6% mayor que en el 2016.

“Mirando la vista atrás estoy satisfecho de cómo están yendo las cosas. Durante el primer año, fue un ejercicio más de transición, de aterrizaje y de gestionar el cambio. En el 2017 hemos consolidado y materializado muchos de los temas que teníamos en mente. Los números señalan que el balance del último año ha sido bueno. Hay además un ánimo positivo en la firma”, confiesa el socio director de Gómez-Acebo & Pombo a CONFILEGAL.

En ese cambio interno del despacho donde la transformación digital y la convivencia de varias generaciones de abogados serán claves. En el 2017  redujo el número de abogados  un 5%, hasta los 260. La plantilla también se ajustó un 6% quedando en 398. Sobre los socios hubo una reducción de 69 a 64 durante el último año otro 7% “Somos ahora más productivos”.

En este año 2018 el despacho se planteó crecer de un forma muy ordenada y selectiva y enfocada a un crecimiento con rentabilidad. Eso ha hecho que la firma haya reforzado el área de real estate, inmobiliario con la presencia de Enrique Isla y parte de su equipo de Kim Wood Malleson en España.  “Con estas incorporaciones aspiramos a liderar las prácticas jurídicas en el sector inmobiliario estando alerta para cualquier otra incorporación si fuera necesaria”.

También habrá cambios a nivel internacional, donde la firma fue pionera en abrir oficinas en ciudades emblemáticas como Bruselas, Londres y Nueva York. «En este momento de repensar la estrategia internacional. Hemos nombrado a una socia local, Mafalda Barreto, responsable de la oficina de Lisboa en Portugal. Apostamos en una oficina consolidada por gente joven con ganas de hacer cosas”.

¿Ha costado mucho gestionar ese cambio interno dentro del despacho?

Creo que hemos logrado una transición ordenada. Veníamos de una época prolongada de una anterior gestión. Pero dicho cambio lo estamos haciendo con orden y tranquilidad y con buena sintonía.  También he de reconocer que he contado con la ayuda de Manuel Martín, anterior socio director, de las nuevas generaciones que me han ayudado a transformar algunas direcciones de área con la ayuda de esta gente más joven.

Usted conoce muy bien la firma, no en vano lleva más de veinticinco años en ella. ¿Cómo va a evolucionar ahora Gómez-Acebo & Pombo?

Esta es mi casa, salvo un pequeño momento que estuve en un banco, he desarrollado toda la trayectoria profesional en este despacho. Creo que lo conozco muy bien y todo el mundo me conoce. Soy además de una generación intermedia, entre los socios más tradicionales y la nuevas generaciones, lo que me permite conoce bien lo que quieren unos y otros. Al final se trata de gestionar ese cambio hacia los nuevos tiempos que llegan.

Hay detalles que han llamado la atención en su labor, cómo ha sido el cambio de imagen corporativa del despacho….

Creo que era importante. Aunque pueda parecer anecdótico no lo es. La imagen que se transmite al exterior era importante a la hora de empaquetar el cambio. Se trataba de presentar una imagen más moderna de la firma y quizá más tecnológica. Siempre al hilo de lo que son los tiempos.

La aceptación ha sido buena. Lo hemos utilizado como palanca visual de lo que es el cambio en el despacho de cara al exterior. A nivel interno, nos ha ayudado a reorganizarnos internamente y que fuera un revulsivo. Te hace replantearse cosas, desde las propias presentaciones que hacíamos a nuestros clientes hasta la propia imagen interna.

«En estos últimos años la abogacía ha cambiado, pero la forma de estructurar una firma sigue siendo muy parecida a la de años atrás».

Da la sensación que este despacho, como realidad viva que es, está más activo que nunca.

La verdad es que sí. Hoy en día, con lo que deprisa que va todo si te despistas un poco puedes quedarte fuera del mercado en un espacio muy corto de tiempo.  Nuestro entorno requiere mucha atención y dinamismo y generar valor añadido en nuestros clientes.

Los despachos somos estructuras poco proclives al cambio, en general. Creo que se habla mucho de tecnología e innovación y a veces no se tiene una idea clara de hacia dónde se va

No podemos olvidar que los clientes también están cambiando mucho. Lo ideal es que sus abogados cambien con ellos, formen equipos de trabajo donde la relación entre abogado y asesor interno sea muy estrecha, una relación de partner jurídico diferente a la actual. Esto te hace estar más alerta y conocer mejor su negocio.

Esa es una de las preocupaciones que le hemos escuchado a usted en diferentes mesas redondas donde ha participado, que el abogado haga equipo con su cliente…

No queda otro remedio, además de estas pautas te las marca el cliente, es una manera más eficiente de que los propios abogados hagamos nuestro trabajo. Ya no es lógico que mantengas distancia con el cliente. Lo natural es hacer equipo. Es mucho más productivo y gratificante y el cliente lo valora y aprecia realmente. Es la mejor manera de crear lazos de confianza con él, siendo su asesor estratégico.

Esta forma de ver el negocio abre otras vías a la abogacía. Se sale de algo que era un específico y técnico para convertirse en una actividad más global, donde son importantes los conocimientos de mercado, del sector de actividad y de la necesidad de tener conocimientos empresariales para asesorar al propio cliente. Creo que este camino que estamos hablando no tiene vuelta atrás.

Por lo que comenta ,esta forma de ver el negocio fue lo que hizo que reorganizasen el despacho por sectores de actividad…

Claro. Aunque mantenemos a efectos de vertebración las áreas tradicionales del derecho, el enfoque comercial ha cambiado notablemente y nos hemos organizado en distintas áreas sectoriales. Esta es una idea que los clientes la han visto muy bien y valorado positivamente. Además sirve mucho para integrar el despacho. Cada área sectorial integra varias áreas de práctica jurídica tradicionales, lo que genera una forma distinta de interacción.

El cliente, entonces lo que quiere es un equipo multidisciplinar que conozca bien el sector de actividad y su negocio. Ya no solo quiere nuestros dictámenes jurídicos sino que debemos ayudarles a tomar decisiones estratégicas desde una valoración más global de lo que hacen. Quieren que nos involucremos en su negocio y que conozcamos como toman sus decisiones para dar ese asesoramiento más allá del informe técnico.

Sobre la tecnología en los despachos. ¿No cree que se está hablando demasiado y que no queda claro de la desaparición casi en la totalidad de los abogados por las máquinas?

Estoy de acuerdo en que se va a trabajar de otra manera. Ayudará a que determinado trabajo menos complejo lo hagan estas tecnologías pero al final la tecnología es un elemento facilitador de la eficiencia en el trabajo pero no va quitar trabajo de valor añadido a los abogados.

Hay mucho valor en el elemento personal y no creo que haya una revolución donde las máquinas sustituyan plenamente a los abogados. Para ello hay que integrar la tecnología en la firma como un elemento más, y hacerlo con sentido común. De esta forma puede mejorar la gestión interna y la rentabilidad de los despachos.

Ahora que se habla de dicha transformación digital ¿ Hasta qué punto va a afectar a la estructura tradicional de los despachos, hasta ahora muy rígida y vertical?

En estos últimos años la abogacía ha cambiado, pero la forma de estructurar una firma sigue siendo muy parecida a la de años atrás. Ahora es un momento clave en los despachos donde las firmas deben hacer a sus profesionales partes activas e integrantes del negocio.

Serán despachos más horizontales y de un menor tamaño de una gran estructura. En firmas como la nuestra, el abogado joven está en seguida trabajando en operaciones. Creo que la gestión de los despachos va a ir evolucionando con los tiempos actuales.

Veremos cambios en la gestión de los despachos en los próximos años. Las firmas serán más horizontales donde las firmas harán participes del negocio a sus profesionales

Otro debate es el de la  desconexión digital, esto es, el profesional fuera de horario deja de recibir consignas de su empresa. ¿Esto será aplicable a la abogacía?

Yo no veo que podamos desconectarnos digitalmente como en otros sectores. El elemento personal y la disponibilidad del abogado son dos factores que refuerzan la accesibilidad y la confianza con su cliente. Eso se valora mucho y no es sustituible.  Si queremos hacer equipo con el cliente hay que hacerlo desde la disponibilidad y accesibilidad. Hoy por hoy, es insustituible esta forma de ver el negocio.

Usted que es experto en mercado de capitales y banca. ¿Cree que al final se van a regular las criptomonedas en la práctica financiera?

La avalancha de nuevas tecnologías, que poca gente entiende, ha situado a las criptomonedas en primer plano. No creo que a medio plazo sustituyan a las monedas de tipo corriente. Veremos realmente si cambian nuestra vida diaria. Tengo mis dudas al respecto.

Sobre la regulación que se debate, en algún momento si se generaliza su uso creo que tendría que tener ese control normativo que ya algunos expertos reclaman. De esa forma se frenaría cualquier riesgo sistémico que se pudiera generar.

La llegada de MIFID II, directiva bancaria parece que no ha encajado bien en nuestro sistema financiero…

Los bancos españoles aún tienen trabajo por hacer para adaptarse a este marco comunitario que hará más transparente su gestión. Es complicado la implementación de estas directivas y llevará un tiempo la implementación real.  MIFID II debe ayudar a mejorar la reputación de las entidades bancarias porque mejorará la confianza del consumidor. Eso esperan todos los expertos que el sector bancario goce de más seguridad que repercuta en sus clientes.

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