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Porqué es esencial para Catalá que Quim Torra sea elegido hoy presidente de la Generalitat

Porqué es esencial para Catalá que Quim Torra sea elegido hoy presidente de la Generalitat
Carlos Berbell es director de Confilegal.
14/5/2018 06:15
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Actualizado: 14/5/2018 01:24
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Los máximos representantes de las asociaciones de jueces y fiscales están hartos de reunirse con el ministro de Justicia, Rafael Catalá, o con su secretaria de Estado, Carmen Sánchez-Cortés, y no llegar a nada.

«Otro día de la marmota», cuentan antes y después de las reuniones. La última, la sexta, desde principios de año, se celebró el pasado viernes.

Ni los tres paros, ni la manifestación de jueces y fiscales del pasado 4 de mayo, que reunió a casi 400 venidos de todos los puntos de España, incluyendo Ceuta y Melilla, Galicia, País Vasco o Cataluña, parecen afectar a Catalá o a Sánchez-Cortés.

Tampoco la amenaza de huelga de próximo 22 de mayo, cosa que dejó perplejos a los líderes asociativos. Y es que pocos se dan cuenta de que lo que están jugando es una partida de póker, o de mus, si lo ponemos en clave de juego nacional.

El ministro de Justicia está ganando tiempo, como todo el Gobierno del Partido Popular.

Porque no les queda otra.

Con unas encuestas de opinión de desastre, en las que Ciudadanos parece emerger como fuerza preeminente, el PP sabe que la única forma de darle la vuelta a la tortilla es ganando tiempo y eso pasa por aprobar las Presupuestos Generales del Estado.

El PNV, que sale muy beneficiado tras las negociaciones con los populares, le puso una única condición: que el 155 dejara de estar vigente en Cataluña.

Esto pasa porque el Parlament elija a Quim Torra hoy. Sí o sí.

La aprobación de los Presupuestos Generales del Estado tienen una importancia capital porque supone un oxígeno para el PP de casi dos años para llegar al final de la actual legislatura, con la esperanza de rectificar el rumbo y volver a ganar en 2020.

Una prueba de la voluntad del Gobierno popular de que esto suceda es la renuncia expresa a impugnar, ante el Tribunal Constitucional, las resoluciones del Parlamento de Cataluña que han admitido como válidos los votos a distancia de los diputados autonómicos electos -y huidos-, Carles Puigdemont y Toni Comín, al no haber tomado posesión del cargo presencialmente, como exige el artículo 108.8 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General.

Es cierto que los cuatro diputados del PP en Cataluña, Xavier García Albiol, Santiago Rodríguez i Serra, Andrea Levy Soler y Alejandro Fernández Álvarez han interpuesto un recurso de amparo, por su parte. 

Pero es un brindis al sol. Todos lo saben.

Porque no es lo mismo. La impugnación del Gobierno hubiera tenido efectos suspensivos automáticos, punto muy importante.

Torra necesita los dos votos de Puigdemont y de Comín para ser elegido.

Actualmente el bloque separatista suma 66 votos (34 por parte del PdeCat y 32 por parte de ERC) frente a los 65 del bloque constitucional (36 por Ciudadanos, 17 por el PSC, 8 por CatComú-Podem, y 4 por el PP).

En el medio queda la CUP, con 4 diputados autonómicos, que ha decidido este fin de semana que se va a abstener.

Por lo tanto, si todo sucede como está previsto, hoy Quim Torra será elegido presidente de la Generalitat, cosa que no habría sucedido si el Gobierno hubiera pedido la intervención del Constitucional, prolongando así el 155.

El PP sabe que de haber forzado la legalidad ante el Constitucional las consecuencias habrían sido unas elecciones generales anticipadas este otoño-invierno, para las que no está preparado.

Por el contrario, con esta elección se habrá terminado con el desbloqueo de los Presupuestos Generales del Estado y el «maná» de los dineros comenzará a fluir.

Catalá, y todo el Gobierno del PP, respirarán aliviados.

Una vez que eso suceda, o antes, con toda probabilidad, el ministro convocará la tan reivindicada Mesa de Retribuciones y se producirá un acelerón en las negociaciones en los términos pactados durante los «días de la marmota» celebrados.

¿Impedirá este nuevo escenario la huelga prevista para el 22 de mayo próximo?

Los ánimos entre jueces y fiscales están muy calientes. Sin duda incidirá.

No soy la pitonisa Lola, pero, casi con toda probabilidad, habrá división entre los que apuesten por apretar el acelerador y los que prefieren el freno de mano.

La elección de Torra, por otra parte, no significa que el nuevo presidente de la Generalitat tenga patente de corso para reiniciar la ruta de la independencia.

Rajoy, que a veces habla claro, ya lo ha avanzado: «Ya tenemos experiencia en la aplicación del 155».

Y no sería un 155 blando, como el que se ha aplicado desde octubre de 2017. No con las elecciones generales delante. Sería duro. Por eso.

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