El Gobierno gastará casi 340.000 euros en la apertura de 25 piscinas de cárceles
Piscina climatizada de la cárcel de Archidona, Málaga 2.

El Gobierno gastará casi 340.000 euros en la apertura de 25 piscinas de cárceles

SEGÚN INFORMA FRANCISCO LLAMAZARES, PRESIDENTE DE LA APFP
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01/8/2018 06:15
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Actualizado: 07/6/2022 15:48
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El Gobierno gastará 339.411 euros en la puesta a punto y apertura de 25 piscinas de cárceles para el disfrute de los internos entre hoy y el próximo 15 de septiembre, según ha informado a Confilegal Francisco Llamazares, presidente de la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP).

Así se lo trasladó la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (SGIIPP) el pasado 30 de julio, a petición del sindicato el 26 de julio al Portal Transparencia.

“Son casi 56 millones y medio de las antiguas pesetas”, subraya Llamazares, que está que trina «con este Gobierno y con el anterior, que también desembolsó 175 millones en la privatización de la seguridad exterior de las cárceles con la excusa de la colocación de los escoltas que dejaban de trabajar en el País Vasco” cuando, sin embargo, «lo incumplió». Pero no se atiende a las reivindicaciones de los sindicatos de escasez de personal.

¿Y qué aporta la privatización de la gestión de la seguridad exterior? Juan Fernández, portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), manifiesta que “supone que vigilantes, guardias civiles y policías están desempeñando los mismos cometidos de modo duplicado”.

En los presidios dependientes de la SGIIPP hay más de 59.400 presos y, según informa Llamazares, trabajan 21.000 funcionarios y unos 1.600 laborales (cocineros, electricistas, celadores, fontaneros…).

Otros 8.400 reclusos cumplen condena en Cataluña, la única comunidad que tiene transferidas las competencias en materia penitenciaria, y cuyos funcionarios de prisiones “cobran unos 400 euros más de media que los del resto de España”.

Los sindicatos denuncian escasez de personal y plantillas envejecidas, además de agresiones a manos de los internos.

Respecto a la falta de personal, Francisco Llamazares asegura que en el conjunto de los centros penitenciarios dependientes de la SGIIPP hay un déficit de 3.479 plazas vacantes, pero el Gobierno aprobó una Oferta de Empleo Público para este año de sólo 831 plazas para el Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias, que para este sindicato es “insuficiente y ridícula”.

“Los trabajadores penitenciarios ven que sí hay dinero para poner una parte de las piscinas en funcionamiento, mientras se les deniega las mejoras económicas que llevamos tiempo demandado, como son la subida de niveles, el pase del cuerpo de ayudantes al grupo B, las mejoras económicas del complemento específico, y la reordenación y actualización de las actuales categorías de los centros penitenciarios dependientes de la SGIIPP”, también lamenta.

Asimismo, señala que la apertura de estas piscinas, además del gasto que conlleva, requiere destinar a funcionarios en la vigilancia y custodia de la misma durante el tiempo que se encuentre abierta, cuando en  estos momentos “los servicios se están cubriendo bajo mínimos, y los centros no pueden perder o destinar funcionarios a la vigilancia y control de los internos y a su vez a la piscina, con lo que esto supone para la seguridad y convivencia ordenada de los centros”.

SÓLO LAS PRISIONES CONSTRUIDAS A PARTIR DE 2012 TIENEN PISCINA

En la actualidad hay 69 centros penitenciarios, 3 unidades de madres y 2 psiquiátricos, y no todos ellos disponen de piscina, sino los construidos a partir de 2012. En total, la tienen unas 30 cárceles.

Y en algunas la piscina es climatizada, como en las prisiones de Málaga II, Murcia II, Sevilla II, y Aláva (País Vasco).

Llamazares recuerda que el anterior Gobierno, dirigido por Mariano Rajoy, ordenó en 2012 cerrar las piscinas de todas las cárceles, al considerarlo “un gasto importante e innecesario”.

Cuenta que el pasado junio, el nuevo secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luís Ortiz, encargó a los directores de los centros que disponen de piscina que redactaran un informe sobre el estado y situación de las mismas. Dice que hasta conocer el coste de ponerlas en funcionamiento Ortiz no tomó la decisión de dar luz verde, a 25, de momento.

El presidente de la APFP informa de que no todas las piscinas van a estar en funcionamiento a partir de hoy, sino que algunas debido al tiempo que se han mantenido cerradas, solamente se podrá hacer una puesta a punto y no llegarán a abrirse esta temporada, quedarán preparadas para el próximo verano.

Cuenta que durante estos 6 años sin funcionamiento, en la mayoría de las cárceles se han deteriorado las piscinas o se han estropeado las instalaciones, comenzando por las depuradoras, que se han oxidado o se encuentran en mal estado. Además, tienen sin actualizar los correspondientes permisos oficiales o las concesiones de agua.

Según los datos que ha proporcionado la Secretaría General a la APFP, los 25 primeros centros que se pretenden poner en algunos casos en funcionamiento hoy, y en otros a lo largo de este verano o el próximo son los siguientes:

Destaca que a estos gastos hay que añadirles también el coste de los cursillos de socorristas para los internos que se encargarán de esas funciones.

DOS PLATOS, POSTRE Y UN VASO DE LECHE

¿Y cómo viven los presos en las cárceles españolas? Tienen un menú compuesto por un primer plato, segundo y postre, y por la noche, además, un refuerzo de un vaso de leche. Duermen la siesta, disponen de biblioteca, polideportivo, gimnasio y piscina –en los penales construidos después de 1992–, y pueden trabajar o apuntarse a cursos y talleres.

Un preso cuesta al Gobierno “entre 60 y 65 euros al día, unos 1.800 euros al mes, y en torno a 21.600 euros al año, si se tienen en cuenta todos los gastos que conlleva una prisión”, informa el presidente de la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones.

Cuenta que a partir de las 9.00 comienzan los cursos y talleres, pueden ir al polideportivo, estudiar en la biblioteca, y empiezan su jornada laboral, hasta las 13.00 horas, cuando disponen de una hora para comer.

“De primero suele haber lentejas, garbanzos, arroz y pasta; de segundo carne o pescado, y de postre fruta y yogurt”, detalla Francisco Llamazares.

Después, descansan en sus celdas hasta las 16.30, las 17.00 los fines de semana; y a las 16.30 disponen de actividades hasta las 20.00 horas; de 20.30 a 21.00 cenan.

El primer plato suele ser pasta, verdura o sopa; el segundo, carne, pescado y pizza; tienen postre y un vaso de leche en días alternos.

A las 21.30 ya están en sus celdas y el funcionario hace el recuento y da el relevo.

Las visitas las reciben los fines de semana, normalmente por ventanilla o vis a vis, si bien en casos excepcionales las pueden tener cualquier día de la semana. Los abogados y jueces pueden realizarlas cuando quieran.

Galerías de pasillos y celdas. Cámaras de seguridad, guardias y funcionarios. Presos más o menos peligrosos con historias que esconden víctimas anónimas de crímenes y robos de los que sólo los familiares se acuerdan en la mayoría de los casos.

Puertas de celdas de apertura automática o manual. Camas estrechas, taquillas, biblioteca, enfermería y luces de seguridad. Jardines, aulas, instalaciones deportivas, talleres, módulos… Rutina, disciplina, ejercicio, trabajo, televisión y convivencia.

Es el marco genérico de una cárcel española. Ni cadenas, ni uniformes naranjas ni pasillos de la muerte. Esto no es América ni Hollywood. Es España, donde la reinserción prima sobre el castigo, como queda recogido en el artículo 25.2 de la Constitución, que dicta los principios que rigen la vida carcelaria.

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