El Parlamento Europeo quiere combatir el acoso sexual en el territorio de la Unión
En la foto la eurodiputada italiana Pina Pidieron, del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, impulsora del proyecto legislativo. UE.

El Parlamento Europeo quiere combatir el acoso sexual en el territorio de la Unión

Una resolución propone normas más específicas para combatirlo
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23/9/2018 00:15
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Actualizado: 23/9/2018 00:55
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Con objeto de prevenir y combatir el acoso en el entorno laboral, los espacios públicos y la vida política de la UE, el texto del reglamento, preparado por Pina Picierno (Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas, Italia), insta a la Comisión Europea a presentar un proyecto legislativo que incluya definiciones comunes y actualizadas de “acoso sexual” y “acoso psicológico”, estableciendo también que las víctimas de acoso sexual deben denunciar y los responsables han de ser sancionados.

Las autoridades locales, las empresas y sindicatos tienen que entender mejor los obstáculos a los que se enfrentan las víctimas a la hora de denunciar y establecer mecanismos para garantizar que pueden hacerlo sin sentirse amenazadas, indica el reglamento.

Para atajar el acoso en el ámbito político, los eurodiputados de la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género plantean una política de tolerancia cero y sanciones.

También apuestan por la formación obligatoria para los empleados y miembros de los parlamentos nacionales, regionales y locales, así como del Parlamento Europeo. 

Pina Picierno, en declaraciones a la oficina de prensa del Parlamento Europeo explicó que el movimiento #Metoo demostró “que el problema es más amplio de lo que nadie imaginaba: el 55% de las mujeres en la UE han sido acosadas sexualmente y más del 20% de las jóvenes (de entre 18 y 29 años) en la UE han experimentado acoso cibernético al menos una vez. Si tenemos en cuenta que la mayoría de las mujeres y niñas no denuncian el acoso, las cifras reales son en realidad mucho más altas. Por eso necesitamos un enfoque europeo. Necesitamos una definición clara de acoso; sin una definición en toda la UE, será muy difícil erradicar este problema, ya que las percepciones varían. Una vez que hayamos establecido qué es el acoso (sexual) y qué no es, podemos abordar mejor el problema y apoyar a las víctimas”.

MIEDO A DENUNCIAR

Ante el hecho de que la mayoría de las veces las mujeres y las niñas tienen miedo de denunciar la violencia, por sentirse avergonzadas o temer que se las culpe o, como sucede con el acoso sexual en el lugar de trabajo, por tener miedo de perder su trabajo o de ser penalizadas, “una solución es intensificar la capacitación de las autoridades policiales y judiciales, así como desarrollar procedimientos seguros e independientes en el trabajo y en las universidades y escuelas, para que las mujeres puedan denunciar más fácilmente los casos de violencia o acoso”, dijo la eurodiputada.

En cuanto al fenómeno del acoso a través de las redes sociales, cada vez más extendido y preocupante, Picierno opina que es necesaria la definición clara de un espacio público, “con el fin de incluir espacios virtuales como redes sociales, blogs, chats, etc., donde el hostigamiento ocurre dentro de las reglas».

«Eso facilitará que las autoridades procesen a los perpetradores y ayuden a las víctimas. La distribución de pornografía en un contexto de venganza, o de material explícito sin el consentimiento del individuo, tiene terribles consecuencias psicológicas, incluido el suicidio, en los casos más extremos. Por eso propongo la inclusión en el próximo presupuesto de la UE de un proyecto piloto para un servicio de ayuda en línea de fácil acceso, para brindar apoyo a cualquier niña o mujer que sufra acoso en línea, acoso sexual o distribución de pornografía por venganza”.

Por último señaló que también solicitan a la Comisión que amplíe la definición de discurso de odio ilegal, en línea y fuera de línea, para incluir la misoginia, así como una recopilación exhaustiva y sistemática de datos comparables sobre el acoso, desglosados por sexo y edad, con el fin de tener una visión clara de su evolución.

VIOLENCIA FÍSICA O SEXUAL

Según los datos de que se dispone, una de cada tres mujeres europeas ha sufrido violencia física o sexual durante su vida adulta y hasta el 55% han sido acosadas sexualmente, según una encuesta paneuropea efectuada por la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) en 2014. En concreto, se calcula que 3,7 millones de mujeres en la UE experimentaron violencia sexual durante los 12 meses previos a las entrevistas de la encuesta.

La mitad de todas las mujeres de la UE (53 %) procura evitar ciertos lugares o situaciones, al menos en ocasiones, por temor a ser víctimas de agresiones físicas o sexuales.

Las pruebas que proporciona el estudio de la FRA sobre la violencia contra las mujeres a nivel de la Unión Europea, indican que la mayoría de las mujeres víctimas de violencia no denuncian sus experiencias ni a la policía ni a una organización de apoyo a las víctimas de este tipo de delitos.

En consecuencia, la mayoría de las mujeres víctimas de la violencia no recurren al sistema judicial ni a otros servicios, lo que pone de manifiesto que las necesidades y los dere­chos de muchas mujeres en la UE no se abordan en la práctica actualmente.

Los resultados de la encuesta de la FRA sobre la violencia contra las muje­res se basan en entrevistas personales realizadas a 42.000 mujeres en los 28 Estados miembros de la UE, con una media de 1.500 entrevistas por país. La selección de las encuestadas se hizo por muestreo aleato­rio.

Los resultados son representativos de las experiencias y las opiniones de mujeres con edades entre los 18 y los 74 años residentes en la UE.

Las entrevistas normalizadas del estudio comprendían preguntas sobre violen­cia física, sexual y psicológica, victimización durante la infancia, hostiga­miento y acoso sexual, incluidos nuevos medios para cometer abusos, como Internet.

Se solicitó a las encuestadas que facilitaran información sobre su experiencia personal de diversas formas de violencia, la frecuencia con la que habían sufrido ciertos tipos de violencia y las consecuencias que la vio­lencia había tenido en sus vidas.

La encuesta recopiló también información sobre la presentación o no de denuncia a la policía, y sobre el uso por parte de las mujeres de otros servicios que ofrecen asistencia a las víctimas.

 

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