Firmas
La que se nos viene encima
09/11/2020 06:44
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Actualizado: 08/11/2020 22:40
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Con la proclamación otra vez del estado de alarma vuelven a surgir exactamente mismos los problemas que aparecieron en marzo, pero esta vez, agravados. Ahora no va a ser un bache, va a ser un terrible socavón. Esta hecatombe quebrará gran parte de las PYMES de nuestro país.
Además de los ya sobradamente conocidos problemas de UCIS llenas y hospitales absolutamente desbordados, se suma una crisis económica histórica. Es triste ver como los comercios intentan salir a flote y no parando en ningún momento de pedir auxilio.
Las empresas y el pequeño comercio tienen un aguante determinado, es decir, pueden soportar algún mes sin ingresos o poca venta.
Pero seguro que no van a poder aguantar otro cierre, esta vez, se habla ya, nada más y nada menos que 6 meses.
Y es perfectamente normal que no puedan aguantar, o ¿usted sería capaz de aguantar en su casa al mismo nivel de vida, cuantos de los lectores serían capaces de aguantar sin un ingreso en 6 meses?
Esta situación acarrea numerosos problemas legales, como la declaración del concurso de acreedores o la quiebra directa de los negocios entrando directamente en liquidación.
Sueños, esfuerzo, sacrificio e infinidad horas trabajo que han hecho miles y miles de personas diariamente en nuestro país para poder salir adelante para construir un país más fuerte y una vida mejor que se escapan inevitablemente de los dedos de la mano.
Sin liquidez o financiación los negocios están abocados a la quiebra.
CUATRO CONSECUENCIAS
A esta quiebra le acompañan cuatro consecuencias fundamentales que son catastróficas, a saber: En primer lugar, la limitación de acceso a financiación, se “cierra el grifo”.
No porque no quieran dárselo, sino porque las leyes de la lógica dictan que se perderá.
¿Usted prestaría dinero a un negocio que va a cerrar?
Nadie deja dinero para perderlo.
Segundo y como consecuencia del anterior, si no generas negocio, ni tienes acceso a financiación, te ves obligado a cesar en la actividad. Se produce el cierre de un negocio que, hasta la llegada del Covid funcionaba, generando riqueza y creando trabajo pero que con esta situación es completamente insostenible.
A la “bajada de persiana” le acompaña la correspondiente quiebra del empresario o autónomo, personas que habían apostado por una vida mejor, luchado por mejorar, por crecer, invirtiendo lo que tenían y ahora por razones ajenas a su voluntad y su trabajo, lo pierden.
Tercero, los despidos del personal, probablemente el más conflictivo y la decisión más dolorosa, tener que despedir a trabajadores válidos y cualificados por cese de negocio.
Personas con familia que van a tener que buscarse la vida porque pasarán a engrosar las filas, ya de por sí numerosas del paro Cuarto y no por ello menos importante, las deudas a terceros que nunca se pagarán.
UNA REACTIVACIÓN ECONÓMICA QUE NO VA A SER FÁCIL
Aunque una empresa goce de una buena salud financiera, existe la posibilidad de que las mercantiles con las que trabaje, se vean envueltas en esta situación concursal y terminen dejándoles deudas impagadas, perjudicando gravemente a las primeras, porque se ha de recordar que en pocas ocasiones se cobran deudas que no tienen carácter privilegiado.
La reactivación económica no va a ser nada fácil, menos aún si se produce una subida del tipo impositivo, es muy triste observar como llegados a un momento en el que parecía que la sociedad levantaba un poco la cabeza y comenzaba el crecimiento después de la espantosa crisis del 2008, llega ahora una crisis económica mucho peor que la anterior.
Por todo ello, van a surgir con toda seguridad, infinidad de reclamaciones extrajudiciales y judiciales, las cuales se alargarán en el tiempo debido a la cantidad de asuntos y a la reducción de personal.
Los despachos de abogados estaremos al pie del cañón, dando el do de pecho para internar mejorar la salud y viabilidad de las empresas desde el punto de vista legal, trabajando para que puedan salir adelante el máximo número de ellas y defendiendo en todo momento a todos aquellos trabajadores que se queden por el camino.
Es nuestro trabajo y es de justicia arrimar el hombro en estas situaciones tan difíciles e injustas.
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