Nacho Abad, autor del «thriller» «El candidato»: «Me preocupan las acusaciones que al final se quedan en nada»
Esta es la tercera novela del conocido periodista de televisión, Nacho Abad.

Nacho Abad, autor del «thriller» «El candidato»: «Me preocupan las acusaciones que al final se quedan en nada»

|
24/12/2020 01:00
|
Actualizado: 23/12/2020 23:38
|

Después de sus dos exitosas novelas «La verdad está equivocada» y «Sé que estás viva» –esta segunda continuación y conclusión de la primera–, Nacho Abad ha vuelto a las andadas.

Su último producto es un «thriller» que ha titulado «El candidato», y acaba de ver la luz.

Arranca como un puñetazo directo en el estómago de la curiosidad de cualquier lector, mediante la acusación, a un hombre que va a ganar irremisiblemente las próximas elecciones que van a tener lugar en tres días.

Una acusación muy seria: Violación de una mujer.

La lectura se antoja una montaña rusa en la que Abad juega en el lector, adelantándose a cualquier conjetura, para sorprenderle cuando menos se lo espera en un auténtico juego de espejos.

El contexto en el que enmarca la trama es el actual. Con un PSOE, un Podemos y el resto del arco parlamentario. De esto hablo con el autor en esta entrevista.

Su novela es rigurosa con la realidad de cómo funcionan las cosas, por encima de todo. ¿Ha sido una necesidad en el marco de la ficción para conferirle la mayor veracidad?

Sí, he dotado de un contexto real a «El candidato» para centrar al lector exclusivamente en la trama, que era lo que me interesaba.

En la portada de su libre dice que es un thriller político. Pero no es verdad. Es una mezcla de thriller político, periodístico y policial. ¿Cómo nació la idea?

Quería retratar nuestra sociedad actual centrándome en varios de los ejes que nos vertebran: la política, los medios de comunicación y para darle misterio, la policía, de la que me gusta siempre reivindicar su trabajo, porque se lo merecen.

El planteamiento no puede ser más impactante: Lázaro, el carismático líder de un nuevo partido verde, emergente, cuya bandera es la transparencia y una nueva forma de hacer política, es acusado por un medio de comunicación 72 horas antes de las elecciones que va a ganar, de haber violado a una mujer. Empieza usted muy fuerte. 

Me preocupan las acusaciones que al final se quedan en nada, esas que destruyen la fama, la vida y el entorno de quien las recibe. Esas que hacen sufrir al señalado y luego cuando es absuelto o se demuestra la inocencia ya no es noticia ni a nadie le importa. Algo de eso quería reflejar.

«Creo que la violencia de género es una lacra. La cárcel es el único lugar válido para los hombres que ejercen violencia sobre las mujeres», afirma Nacho Abad en esta entrevista.

¿Por qué ha elegido a un empresario de éxito, atractivo, soltero y rey del reciclaje y de lucha por el medio ambiente como un el candidato?

Creo que, si no existiera virus, el medio ambiente debería ser el centro de la preocupación política a largo plazo. Es la pandemia del futuro y habría que declarar la emergencia internacional. Estamos destruyendo el planeta y eso va a afectar a nuestra forma de vida, pero también a la economía y a la salud.

Por supuesto, su defensa es la existencia de la mano negra, de los poderes que mueven los hilos, que no quieren que gane. Mete usted una velocidad de 300 km por hora a la historia en las primeras páginas. Una apuesta muy arriesgada…

Me planteé como reto que el lector que agarrase la novela se quedase pegado a cada página. Sin ser frenético, buscaba que la lectura avanzase ágil, con la idea de que siempre sucediera algo hasta el final. Quería repetir esa sensación que yo he tenido leyendo a otros autores de quedarme enganchado y hacer un esfuerzo por soltar la novela, para ir a trabajar, o dormir menos, con la idea de regresar pronto a leer. Ojalá lo haya conseguido.

Su novela es la clase de las de “nada es lo que parece”. ¿Su intención ha sido reflejar la realidad de la vida?

Mi intención ha sido entretener. Las novelas son productos de consumo y deben producir disfrute y para eso hay que llegar al final con sorpresas. Además, detrás de la trama he construido un retrato de la sociedad que yo veo.

En su libro dice: “El arte de la política consiste en decir una cosa y la contraria dependiendo de las circunstancias. En un mundo que va a toda velocidad, la verdad y la mentira se funden. Pero es que, además, no existe memoria. Todo es ahora”. No parece que tenga muy buena opinión de la clase política…

Leí una encuesta reciente en el que la generalidad opinaba como yo. La vida y la forma de hacer política ha cambiado mucho. El marketing y saberse vender es a veces más importante que el trabajo o el desarrollo de una idea.

Deberíamos analizar y ser más críticos.

Mirar bajo la a apariencia o la superficie. Pero para ser críticos o discrepantes hace falta tiempo y vivimos en una sociedad donde el consumo siempre es rápido: comida rápida, compras compulsivas, teléfonos y ordenadores de última generación que se sincronizan en un segundo entre ellos…

Y la política también es de consumo rápido, por eso no me gusta. Nuestra vida está marcada por el frenesí.

Ya puestos espero que mi libro sea un «fast book» y se lea rápido. (risas).

Uno de sus protagonistas describe las redes sociales como “pozos de rumores y veneno”. “Desde que existen Facebook y Twitter la gente no se informa a través de los medios tradicionales sino que bebe de ahí”. La prensa de toda la vida no ha tenido más remedio que lanzarse al barro, y amparándose en la denuncia de la corrupción, fomenta, a veces, el linchamiento de inocentes. A eso le llamo yo pensamiento crítico y profundo.

Las redes sociales lo han cambiado todo. El problema es que cualquiera puede hacer ya periodismo. Tengo la sensación que hay gente que es de un partido político o de una tendencia y sólo lee lo que fortalece su creencia, cuando en realidad lo que habría que hacer es leer todo.

También lo contrario para formar una opinión libre.

Ahora los mensajes en las redes son cortos y rápidos y como consumimos a toda velocidad, uno tras otro, los creemos y los repetimos. Confieso que tengo que hacer un esfuerzo para no caer en ese error a diario.

¿Opina, usted, entonces, que hoy más que nunca está más vigente la vieja frase -cínica frase- ‘no dejes que la realidad te fastidie una buena historia’?

Es una frase histórica que hoy permanece vigente.

Algunos policías también se llevan lo suyo en “El candidato”, en lo que a la investigación se refiere. Gente abonada a la formulación de conclusiones antes de poseer todos los datos… Da miedo que ese tipo de gente esté al frente de investigaciones, la verdad.

La gente que se dedica a investigar suele reunir primero los indicios y luego lanza hipótesis basadas en esas pruebas. En el libro, he humanizado a algunos de los policías para que sean más como nosotros, opinar sin apenas datos, que es deporte nacional.

¿Todo lo que cuenta está basado en informaciones reales?

No, todo no.

Sobre la violencia de género, pone palabras críticas hacia el sistema judicial en la voz de un juez de instrucción: “La doctrina del Supremo en cuanto a la declaración de la víctima, no es infalible y en ocasiones conduce a errores imperdonables en un Estado social y democrático de derecho”. ¿Lo cree usted así?

Creo que la violencia de género es una lacra. La cárcel es el único lugar válido para los hombres que ejercen violencia sobre las mujeres. Frente a ese pensamiento siempre he creído en ese viejo aforismo que dice prefiero diez culpables en libertad, que un inocente en prisión. Imagínese que es usted.

Uno deduce, por su narración, que está abonado a los grises. Ya sabe, las cosas no son blancas ni negras…

El gris no es mi color favorito, pero en la vida, que no en la ropa, suele ser el más común.

«Quería repetir esa sensación que yo he tenido leyendo a otros autores de quedarme enganchado y hacer un esfuerzo por soltar la novela, para ir a trabajar, o dormir menos, con la idea de regresar pronto a leer. Ojalá lo haya conseguido»

Algunos de sus personajes son psicópatas integrados y otros psicópatas criminales, gente sin empatía, lobos con piel de cordero o de corderitos. ¿Personajes basados en personas reales?

He conocido a unos cuentos, aunque a ninguno que saltase al mundo del crimen.

Las protagonistas principales de “El candidato” son mujeres. ¿Quizá porque hay más lectoras que lectores?

No, porque en general creo que las mujeres son más inteligentes que los hombres. Se merecen el papel que tienen en el libro. Aunque también he conocido a alguna que no cumple el perfil (risas).

En su novela inventa un curioso término, frontalizar, que se asemeja mucho al de epifanía. Cuando uno encaja todas las piezas y toman un sentido…. 

Se lo escuche a una investigadora inteligentísima en el campo sanitario, Laura García, durante una comida con mascarilla en una terraza y se lo copie, con su permiso, ¡eh!

Me explicó que muchas veces tienes una idea o una conclusión en la cabeza que da vueltas hasta que decide frontalizarse. Es decir, pasar a idea consciente. Creo que la RAE debería aceptarlo. Me parece una palabra que no existe y describe algo que nos sucede a todos.

Dicen que la literatura, que la ficción, es la forma más directa y libre de contar una verdad dándole sentido. ¿Ha sido su caso?

Jajaja, no pienso responder a eso.

Por último, ¿comparte usted la idea de que la verdad es como una olla con dos asas, depende del asa con que se coja?

A mí las ollas siempre me ha gustado cogerlas con firmeza, de las dos asas.

Noticias Relacionadas:
Lo último en Política