Y "vejatorio de una injustificable y manifiesta desigualdad, dentro y fuera de la familia y el matrimonio y, asimismo, en el mundo de las relaciones sociales, laborales, profesionales y políticas”, dijo Miguel Ángel Cadenas Sobreira en su discurso ante la Real Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación con el que abrió el Nuevo Curso Académico el pasado 29 de octubre. Foto: RAGJYL.
Miguel Ángel Cadenas Sobreira: «Hasta la Constitución el estatus jurídico de la mujer fue discriminatorio»
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01/11/2023 06:30
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Actualizado: 31/10/2023 21:11
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El expresidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) y académico de número de la Real Academia Gallega de Jurisprudencia y Legislación (RAGJYL), Miguel Ángel Cadenas Sobreira, realizó un exhaustivo recorrido por las leyes y normas que desde el siglo XVII refirieron el concepto de igualdad en nuestro país, hasta la reciente norma del 2022, la Ley Integral para la igualdad de trato y la no discriminación.
Fue en el marco del discurso con el que la RAGYL abrió el Nuevo Curso Académico en el que recordó que hasta la ley de mayo de 1975, que reformó profundamente el Código Civil, y hasta la Constitución de 1978 “el estatus jurídico de las mujeres respecto al del varón siguió siendo en este país radicalmente discriminatorio, en verdad vejatorio, de una injustificable y manifiesta desigualdad, dentro y fuera de la familia y el matrimonio y, asimismo, en el mundo de las relaciones sociales, laborales, profesionales y políticas”.
En el caso de la realidad del género femenino el ponente viajó incluso mucho más atrás para relatar el papel tutelar del hombre sobre la mujer en el matrimonio, recogido ya en las Leyes de Toro de 1505 y cómo esta situación evoluciona, poco, hasta el Código Civil de 1889.
LA MUJER, DISCRIMINADA BAJO LA SEGUNDA REPÚBLICA
Y más allá, tal y como destacó Cadenas Sobreira, pues ni siquiera la Constitución de la Segunda República “edulcoró la discriminación que entonces imperaba en la sociedad y que especialmente sufrían las mujeres en todos los ámbitos de sus vidas (personal, conyugal, familiar, profesional, social)».
«No puede extrañar, por tanto» -explicó el magistrado- «que la mujer no pudiera acceder al voto, como derecho de participación política (el sufragio universal no se implantó hasta los tiempos de la Segunda República)».
Ni tampoco que sufriera vetos por su condición, como el que propició, por ejemplo, que, “sin norma concreta que lo impidiera y si bien con sobrados méritos literarios, no hayamos podido ver ingresar en la Real Academia de la Lengua a ninguna mujer hasta 1978”, una institución que fue fundada dos siglos y medio antes.
“La discriminación y la desigualdad emanaban de las propias leyes, estando institucionalizadas, en especial la degradante consideración de la condición de mujer, y así llegaban a la sociedad, a las mujeres mismas, con un efecto asolador”, refirió el ponente.
LA IGUALDAD EXIGE QUE SE COMBATAN LAS DISCRIMINACIONES
El expresidente del TSXG concluyó refiriéndose a la Ley 15/2022 Integral para la Igualdad de trato y la no discriminación recordando que la igualdad exige la adopción de posturas de colaboración social efectiva frente a las desigualdades y las discriminaciones.
“Es necesario que toda la ciudadanía haga un ejercicio de soberanía activa al respecto porque sin él, la norma que protege la igualdad y penaliza la discriminación devendrá en papel mojado”, aseveró. “Tan necesaria es la aptitud de las normas que desarrollen el valor de la igualdad como la actitud de la sociedad a quien se dirigen; se trata, en fin, de convicción democrática”.
La apertura del nuevo curso Académico se celebró bajo la presidencia de José Luis Seoane Spielberg, magistrado de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo; al que acompañaron José María Gómez y Díaz-Castroverde, actual presidente del TSXG, Francisco Ordoñez Armán, vicepresidente de la institución y Miguel Ángel Pérez Álvarez, secretario general de la entidad.
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