Despachos de abogados tienen su propio «turno de oficio» para defender a los más vulnerables sin recibir un euro

Despachos de abogados tienen su propio «turno de oficio» para defender a los más vulnerables sin recibir un euro

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07/2/2024 06:33
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Actualizado: 07/2/2024 10:45
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La figura del «pro bono» es una de las grandes desconocidas dentro de los despachos de abogados. Una estructura que permite a estos bufetes atender y asesorar jurídicamente a las personas más vulnerables, especialmente a nivel económico, sin cobrar un solo euro.

Una especie de «turno de oficio» desde los bufetes de abogados que supone una herramienta más para garantizar la seguridad jurídica de todos los ciudadanos.

Marcos García-Montes es claro. Los casos pro bono de los despachos de abogados pueden entenderse como una especie de «turno de oficio».

Eso sí, gestionado de forma privada.

Algo que, para el socio director del bufete jurídico Marcos García Montes, es una cuestión clave en su forma de entender la profesión.

«Si la filosofía bascula entre que el abogado tiene que ser jurídicamente potente, humano y vocacional, tienes que hacer un equilibrio», destaca el abogado en conversación con Confilegal.

«Hay personas que te llaman, que no tienen recursos económicos, y llevas el caso a un precio mínimo, o corres tú con los gastos. Es una filosofía personal de vocación que me gustaría que todo el mundo atendiera», explica.

Filosofía que él mismo cumple en su bufete, donde el 10% de sus casos acaban siendo pro bono al tratarse de personas humildes. «Tienes que ser igual de feliz defendiendo a una persona con pocos recursos, como al más rico de todos», asegura.

Un planteamiento que concuerda con lo que afirma la abogada Emilia Zaballos, socia directora de la firma Zaballos Abogados y presidenta de la Fundación Zaballos.

Emilia Zaballos, socia directora de Zaballos Abogados. Foto: Daniel Carpio.

«Para mí, el ejercicio de la profesión ha sido mi forma de realizarme a nivel profesional y personal», explica la abogada a este medio.

Un trabajo en el que la faceta humana de los casos pro bono es indispensable. «Lo que buscamos es la defensa del ser humano desde la esencia, sin entrar en estereotipos. Cambiamos una realidad social».

«Si eres agradecido, el universo siempre te devuelve una sonrisa», asegura la letrada, también presidenta de la Fundación Zaballos, desde la que gestionan grandes acciones colectivas de vulneración de derechos constitucionales, como en el caso de la pandemia del Covid-19 o abusos de las entidades bancarias.

Todo ello, de forma gratuita. «Todas las acciones que hemos llevado a cabo son con abogados voluntarios. Nunca se ha cobrado ni un euro».

Sensación que comparte el abogado José María Garzón, socio director de Garzón Abogados. «Son los momentos positivos de la profesión», asegura. «Es nuestra contribución a la sociedad. Y tiene un carácter absolutamente solidario».

Casos pro bono que marcan a los profesionales de los despachos

Unos casos en los que, a pesar de que no hay remuneración alguna para los profesionales, sí hay un valor inigualable. El factor humano.

«Para mí, el caso de Romina Celeste fue un antes y un después«, recuerda Emilia Zaballos a Confilegal. «No ganas un cliente, es que acaban siendo amigos. Vives muy de cerca el problema, y acabas siendo la abogada, la psicóloga, la amiga».

«Una de mis mayores satisfacciones para mí fue un chico con 25 años que vino con su madre para reclamar la paternidad. El juez obligó al padre a reconocer al hijo. Me querían pagar 100 pesetas, porque no tenían más. Y como les dije que no les cobraría, bajaron a una pastelería y me trajeron una tartaleta para todos. Y fue la tarta más gustosa que me he comido en mi vida», destaca, por su parte, García-Montes.

¿Sabías que, en el pasado, a los abogados se les llamaba boceros, con b de Barcelona?
En la foto el letrado Marcos García Montes, socio director de uno de los bufetes más conocidos de la capital de España. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Una satisfacción ante la que no hay dinero que sea capaz de igualar la sensación de las cosas bien hechas. «Hay casos que me han costado hasta 3 millones de euros. Y los he hecho con mucho gusto», asegura el conocido abogado.

En el caso de Garzón, la satisfacción llegó después de liberar a un joven inocente después de 12 meses en prisión preventiva. «Una chica dijo que se parecía al joven que le había agredido sexualmente en el portal de su casa. Y le metieron en prisión preventiva durante meses. Fue un caso pro bono, muy conocido. Lo ganamos, y su hermano me llamó llorando porque le habían puesto en libertad».

Sin embargo, no siempre todas las experiencias son igual de positivas. Y es que, tal y como explica Emilia Zaballos, a veces, la falta de reconocimiento llega a pesar sobre los profesionales que se entregan a la causa gratuitamente.

«Después de cuatro años trabajando durísimamente, no recibes agradecimiento ni por parte de los afectados o familiares», explica la abogada sobre un caso real que gestionaron. «Al final, presentamos la renuncia».

El turno de oficio debe ser defendido, pero regulado

«Uno de los problemas del turno de oficio es su rigidez. Y su obligación. No puedes elegir el caso; y a mí me gusta poder seleccionarlos», explica José María Garzón a Confilegal.

“Una parte del problema de las ocupaciones son los jueces porque no todos aplican la ley de igual forma”, según el abogado José María Garzón
José María Garzón, autor de estas declaraciones, es socio director del despacho Garzón Abogados. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Un turno de oficio que, para Zaballos, no siempre está bien reconocido. Tampoco bien pagado. Y que te pone en situaciones complicadas de gestionar.

«Yo fui la abogada del asesino de Anabel Segura. Y me pagaron por el caso 37.000 pesetas [67,07 euros]. Solo las fotocopias del expediente fueron 40.000 pesetas [72,51 euros]. Eso ya fue un caso pro bono. Y gran parte de lo que hacen los abogados de oficio es pro bono; no están bien pagados ni bien reconocidos», lamenta la conocida abogada.

Un apoyo que García-Montes también muestra a los abogados del turno de oficio. Pero que, sin embargo, llega a matizar.

«Yo estoy al 100% con los abogados del turno de oficio. Pero habría que revisar muchas veces la actuación de cada uno de ellos. Porque creo que el Colegio y el Consejo General de la Abogacía tienen que prever que el turno de oficio sea digno y controlado. Ha habido abogados a los que el turno de oficio les cuesta dinero. Pero también ha habido abogados de oficio que han ido una mañana a una comisaría a atender a cinco detenidos, les han recomendado no reclamar, y han querido cobrar por cada asistencia 1.000 euros», explica el letrado.

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