Opinión | «Love scammers», estafas amorosas: hay más de las que pudiéramos pensar

Hace unos meses entró en mi despacho un asunto de los que últimamente estamos viendo en medios de comunicación, las denominadas “estafas amorosas» , y dado que se producen con más asiduidad de lo que creemos, es necesario conocer cómo se realizan, y que, quienes puedan estar inmersos en algo parecido, tomen nota y estén ojo avizor, por si las moscas.

Por centrar el asunto, en lo que a mi patrocinada se refiere (la llamaremos Lucía), fue contactada por una persona a través de Instagram en donde se mostraba una foto de un varón, en edad próxima a la jubilación, adinerado, cara amable y nacionalidad extranjera, pero que contacta en español.

Esta persona comienza interesándose por Lucía, y a los pocos días, ya pasan a comunicarse por WhatsApp. La comunicación se hace mucho más continua, todos los días, a todas horas y cada vez va siendo más absorbente, por la mañana, por la tarde, por la noche, intentando dar la sensación de que disfruta mucho contactando con ella, aunque sea solo con mensajes.

Cada vez se va haciendo más personal la comunicación, comentando en que trabaja, en nuestro caso, en una naviera relacionada con el petróleo, que es ingeniero, da detalles del alto nivel de vida que lleva. Pero de forma indirecta (a través de alguna foto en un jet privado, facilitando que entre en su propia cuenta bancaria para que vea que tiene mucho dinero, etc.),y que se encuentra en un barco en mitad del océano.

Día a día, él va ampliando su información personal, lo que obliga también a Lucía a irle comentando en que trabaja, con quien, y donde vive, etc.

«TODO ELLO ADEREZADO CON PALABRAS COMO QUERIDA, MI AMADA…»

El estafador, en pocas semanas, sabe mucho de la vida de Lucía. En que trabaja, que familia tiene, que propiedades tiene, si está sola, etc., todo ello aderezado con palabras como querida, mi amada, o comentarios como, eres la mejor persona que he conocido, gracias por todo lo que haces por mí, quiero pasar el resto de mi vida contigo, etc.

Una vez se ganó la confianza de Lucía, comenzó a involucrarla más aún en la vida del estafador, diciéndole que tenía problemas, que necesitaba dinero, y que no puede acceder a su cuenta dado que la tenía bloqueada hasta que no acudiera personalmente a su banco y, en definitiva, angustiar a Lucía con sus problemas económicos.

El estafador le dijo a Lucía que, amigos suyos le iban a ayudar y que, si no le importaba, le ingresarían dinero a ella, para que se encargara de mandárselo a él, a través de operaciones con bitcoin o a través de entidades como Binance.

Entonces, en la cuenta, aparecen ingresos de decenas de miles de euros, de diversas personas, lo que hace que Lucía confíe en que todo lo que le dice su ya, querido amigo a distancia, es cierto.

Lucía fue siguiendo los pasos que le dictaba por WhatsApp, remitiéndole el dinero de otras personas y su propio dinero, quien ve, incluso, que eso le une más a su querido futuro novio, quien quiere compartir sus días con ella y que se va a jubilar viniendo a España.

En nuestro supuesto, una de estas personas que le hizo transferencias, por importe de casi 100.000 euros, al ver que su también querido amigo no le devolvía el dinero que le había entregado, presentó una denuncia, y entonces conocimos que, con ella, una persona, empleando el mismo modus operandi, le había pedido que ese dinero lo ingresara en la cuenta de Lucía, a la que se le cita como investigada.

EL TOTAL ESTAFADO SUPERA LOS 200.000 EUROS

Tuvimos que demostrar que Lucía, había caído en la misma estafa, y al parecer no solo ella, sino el resto de personas que también habían ido realizando trasferencias, que al final habían llegado al estafador, a través de ella. El total estafado supera los 200.000 euros.

Tras solicitar el sobreseimiento respecto a Lucía y demostrar que ella era una víctima más, el Juzgado lo acordó y además archivó el proceso, dado que no se había conseguido localizar al autor material de los hechos, obviamente, era prácticamente imposible poder dar con el responsable de la estafa.

Hace unos días conocí el caso de una amiga, que empezó a tener contacto con una persona, y descubrió que lo hacía desde un país africano, y que no le daba “buena espina”.

No pensemos que amigos o conocidos no pueden caer también. Otra cosa es que nos enteremos, dado que resulta muy difícil admitir que has sido estafado de esta forma.

Las personas, en muchas ocasiones nos sentimos solas, y cuando alguien se fija en ti, te dice que eres maravillosa o maravilloso, que ha iniciado una amistad que quiere que sea algo más, que quiere compartir su vida contigo, es difícil no caer en esa trampa, incluso aunque nos cueste dinero.

LA CAPACIDAD DE SEDUCCIÓN DE ESTAS PERSONAS ES ENORME

Pero ojo, la capacidad de seducción de estas personas es enorme, y aun cuando incluso pienses que podrían estar engañándote, sigues adelante, y tratas de autoconvencerte de que no, que no es cierto, que esa persona te aprecia, y que hay muchas cosas a las que agarrarse para no reconocer que te han estafado, no solo económicamente, sino emocionalmente.

En esos momentos de debilidad, el estafador busca recuperar su credibilidad, y a lo mejor hace una videollamada, con la que recupera la confianza que sabe que está perdiendo, y entonces es un nuevo momento para pedir más dinero, si es posible.

Para Lucía, para todos quienes han pasado por esta situación, han jugado con sus sentimientos, y se han vuelto a quedar solos y se ha diluido ese príncipe azul. Es difícil asumir que, esa persona, que les prometió amor, en realidad, no existía, ni tan siquiera es esa persona que aparecía en la foto, o, aunque lo sea, no tenía ningún interés en ti, sino en tu dinero.

Los demás podremos pensar que como puede haber gente que cae en estas estafas, y se sorprenderían de que no son unos pocos y que lo son por profesionales de la estafa.

Nadie está libre de caer en estas redes de personas especializadas en estas estafas. De hecho, en 2020 la Agencia Estatal de Comercio de EE.UU. alertó del incremento de estafas de este tipo, en donde se calculaba que más de 200 millones de dólares se habían desembolsado el año anterior.

EL TRIPLE ASESINATO DE MORATA DE TAJUÑA TUVO SU ORIGEN EN UNA ESTAFA AMOROSA

Uno de los asuntos más dramáticos que recientemente hemos visto, es el de los tres hermanos que fueron asesinados en Morata de Tajuña.

Este asunto también parte de una estafa amorosa, ya que, con dos de las hermanas, contactaron dos supuestos militares americanos que fueron poco a poco enredándolas, y que consiguieron que les dieran enormes cantidades de dinero, que llevaron a que los tres hermanos, se distanciaran y se enfadaran con sus familiares, a los que también les pedían dinero, llegando incluso a vender una de sus propiedades.

«Nadie está libre de caer en estas redes de personas especializadas en estas estafas. De hecho, en 2020 la Agencia Estatal de Comercio de EE.UU. alertó del incremento de estafas de este tipo, en donde se calculaba que más de 200 millones de dólares se habían desembolsado el año anterior»

En este tipo de estafas, son víctimas tanto hombres como mujeres. Si nos llega un comeNtario agradable de una persona que no conocemos, un “hola me gustaría contactar contigo”, ese mensaje ha llegado a cientos o miles de personas más, y no somos algo “especial” para el que está al otro lado de Instagram o de cualquier otra red social, porque, ese lenguaje cariñoso, que pensamos que es único, en realidad no lo es.

Habitualmente estos estafadores contactan con sus víctimas a través de Facebook, Instagram o webs dedicadas a buscar parejas y utilizan direcciones de correo gratuitas como Yahoo!, Hotmail o Gmail.

Una forma de intentar descubrir el engaño, es preguntarles en que empresa trabajan, y pedirles que manden un correo con el mail corporativo. No suelen mandar documentos de identidad, alegando que no es seguro, o que lo han perdido, y si los mandan, como en mi caso, da la sensación de ser originales, por lo que siguen dando una imagen de confianza y credibilidad que no es real.

Pero, cuando yo examiné con detalle la foto del pasaporte que el estafador mandó a Lucía, pude comprobar que la foto más pequeña era de otra persona distinta, era falso, pero Lucía, que en el fondo quería dar credibilidad a su “amigo”, para agarrarse como a un clavo ardiendo, a que no había perdido miles de euros y que él le iba a devolver el dinero, ni tan siquiera se había fijado en ello.

También hay que pedirles que hagan una videollamada, y si dicen que no pueden, por cuestiones de seguridad, bien porque están en un lugar en que no se puede, o porque en su trabajo no se lo permiten, dando excusas para ello, es otro dato más para desconfiar.

Debemos estar al tanto de este tipo de actuaciones, de los que, aunque pienses que no puedes caer, el riesgo está en la red.

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