Los presos políticos y de conciencia en Cuba son obligados a realizar trabajos forzosos
La ONG, con base en Madrid, afirma que los presos son obligados a trabajar sin medidas de seguridad, durante jornadas extenuantes, sin pausas adecuadas y sin recibir compensación alguna. Foto: EP.

Los presos políticos y de conciencia en Cuba son obligados a realizar trabajos forzosos

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29/8/2024 05:32
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Actualizado: 29/8/2024 20:44
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El relator espacial sobre las Formas Contemporáneas de la Esclavitud de Naciones Unidas, Tomoya Obokata, ha adoptado el documento elaborado por la ONG «Prisioners Defenders», titulado “Breve informe sobre el trabajo forzoso en las cárceles en Cuba” en el que se relata la situación de los presos políticos y de conciencia en Cuba.

En el mismo se denuncia la existencia de trabajos forzosos en las prisiones cubanas, especialmente dirigidos a aquellos ciudadanos que expresan opiniones políticas contrarias al régimen.

El tema será abordado en la 57ª sesión ordinaria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que tendrá lugar el próximo mes de septiembre.

El Consejo de Derechos Humanos es un organismo intergubernamental dentro del sistema de las Naciones Unidas compuesto por 47 Estados responsables de la promoción y protección de todos los derechos humanos en todo el mundo.

Condiciones de esclavitud moderna en las prisiones cubanas

El informe revela una alarmante desconexión entre la normativa legal cubana y la realidad de los reclusos, especialmente aquellos considerados presos de conciencia o políticos.

A pesar de que la Ley de Ejecución Penal Cubana (Ley 152/2022) y el Código de Trabajo Cubano (Ley 116/2013) estipulan que el trabajo debe respetar la dignidad humana y garantizar condiciones seguras, los testimonios y evidencias recabados por «Prisoners Defenders» indican que los presos son sometidos a condiciones inhumanas y explotadoras.

Entre los ejemplos más destacados se encuentran los casos de presos como Dariel Ruiz García, Walnier Luis Aguilar Rivera y Taimir García Meriño, quienes han sido obligados a realizar trabajos forzados bajo condiciones extremadamente duras, sin el debido respeto a sus derechos humanos.

En muchos casos, los presos trabajan en la producción de carbón vegetal de marabú o en la zafra azucarera, sin equipo adecuado y bajo amenazas constantes.

El trabajo forzoso como herramienta de represión

El trabajo forzoso se utiliza en Cuba no solo como un castigo, sino también como un medio para reprimir la disidencia política.

Según el informe, la imposición de trabajos forzados a presos políticos y de conciencia se realiza bajo la amenaza de represalias y sanciones adicionales.

Esto incluye la denegación de beneficios penitenciarios y la imposición de sanciones disciplinarias fabricadas.

A los presos que se niegan a trabajar se les amenaza con peores condiciones de reclusión y con el traslado a prisiones de máxima seguridad.

Un ejemplo notable es el de Alexander Díaz Rodríguez, un preso político que fue trasladado a un campamento de trabajo forzoso conocido como ‘El 25’ en Pinar del Río, lejos de su lugar de residencia, como represalia por negarse a retractarse de sus denuncias sobre las condiciones inhumanas en las que se encontraba.

La explotación laboral y las violaciones de derechos humanos

El informe de «Prisoners Defenders» también documenta varias violaciones sistemáticas de los derechos humanos relacionadas con los trabajos forzosos en las prisiones cubanas.

Estas incluyen la falta de medidas de seguridad y salud en el trabajo, la ausencia de contratos laborales, la falta de pago de salarios, y la explotación de menores.

Además, los presos son obligados a trabajar jornadas extenuantes de más de 9 horas diarias, sin pausas adecuadas y sin vacaciones pagadas, en un claro abuso de sus derechos.

Uno de los casos más estremecedores es el de César Antonio Granados Pérez, un preso político obligado a producir medio centenar de sacos de carbón al mes, bajo la amenaza de ser trasladado a una prisión de máxima seguridad si no cumple con la cuota.

Este tipo de explotación laboral sin garantías de seguridad y salud constituye una clara violación de los derechos fundamentales de los reclusos.

El comercio del carbón de marabú y la complicidad internacional

Una de las actividades más lucrativas realizadas por los presos es la producción de carbón de marabú, un producto que se exporta principalmente a países europeos como España, Portugal, Italia y Turquía.

El informe señala que más del 93% de este carbón, producido bajo condiciones de esclavitud moderna, se comercializa en estos países, sin que los compradores sean conscientes de las condiciones en las que se produce.

Esto convierte a estos países en cómplices involuntarios de la explotación y violación de los derechos humanos en Cuba.

La respuesta internacional y la necesidad de acción

A raíz del informe del Relator Especial de la ONU, se espera que haya un cambio significativo en la forma en que se aborda el comercio de productos realizados con trabajo forzoso en Europa.

Recientemente, el Parlamento Europeo aprobó una Resolución Legislativa que prohíbe la entrada al mercado de la Unión de productos realizados con trabajo forzoso, incluyendo aquellos procedentes de Cuba.

Esta medida podría marcar un antes y un después en la lucha contra la esclavitud moderna y la explotación laboral en el continente.

De acuerdo con esta ONG, la comunidad internacional debe actuar con firmeza para denunciar y sancionar estas prácticas, garantizando que los productos procedentes de la explotación y el abuso no tengan cabida en los mercados globales.

La adopción del informe de «Prisoners Defenders» por parte de Naciones Unidas es un paso importante en esta dirección, pero aún queda mucho por hacer para erradicar todas las formas de esclavitud moderna en el mundo.

Prisoners Defenders tiene su sede en Madrid. Está dedicada a la a la defensa de los derechos humanos, especialmente en contextos de persecución política y prisión injusta.

Su principal objetivo es proteger a los presos políticos, prisioneros de conciencia y otros individuos que son encarcelados arbitrariamente debido a sus creencias políticas, religiosas o por ejercer su libertad de expresión.

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