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Opinión | El impacto del «Compliance» en las organizaciones: cambios en el comportamiento y valores de los empleados
16/9/2024 05:34
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Actualizado: 15/9/2024 23:21
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Cuando una persona se introduce en un modelo de cumplimiento normativo, experimenta una serie de cambios que afectan a su conocimiento, a su actitud, a su comportamiento, a sus habilidades, y, también a sus valores.
El primer factor de cambio a analizar es el que se produce con relación a la cercanía y a la comprensión, que se deriva de la adquisición de conocimientos específicos, concretamente, en lo que se refiere a las normativas y las políticas internas vigentes en la persona jurídica, y sobre las que el empleado experimenta una serie de cambios muy profundos y notables, tanto en lo personal, como en lo profesional.
Esto incluye al mismo tiempo, un conocimiento más profundo y un «expertise» más desarrollado sobre las normativas locales, y sobre las de carácter nacional e internacional.
Durante la orientación inicial, los nuevos empleados deben recibir una presentación detallada sobre el programa de cumplimiento de la empresa, sus objetivos y su importancia, y con ello poder explicar y transmitir los valores y principios contenidos en el código de conducta de la misma, destacando los principios y valores éticos, que guían las operaciones y decisiones que se adopten dentro de dicha organización.
SESIONES INFORMATIVAS NECESARIAS PARA LOS EMPLEADOS
Para ello se hace necesario diseñar sesiones informativas por temas específicos, como la privacidad de los datos, la prevención del blanqueo de capitales, las normas de seguridad y salud laboral, entre otras muchas materias propias del «Compliance».
Al hilo de ello, la participación en estos programas formativos de expertos internos y externos es importante a los efectos de que impartan estas sesiones, proporcionando una perspectiva más profunda y muy práctica de las normativas aplicables en cada caso; siendo conveniente en este orden de cosas, que se provea al trabajador o empleado de un manual comprensivo de todas las normativas y políticas relevantes que deba conocer, con el máximo detalle posible.
Este manual debe estar disponible en formato físico y digital, y complementariamente a ello, es conveniente crearlas correspondientes guías rápidas o resúmenes, que aborden los aspectos más críticos del cumplimiento normativo para una consulta rápida y fácil por parte del trabajador.
Todo ello requiere de manera complementaria una formación continua y una actualización permanente, lo que determina, que el empleado sea partícipe y se involucre en programas de formación continua para mantenerse al día con los cambios en las normativas, y con un mejor conocimiento de las mejores prácticas de la industria y de la actividad económica donde se encuentre inserto.
En este sentido, debe recordarse que esta formación continua proyectada en el tiempo también lleva consigo un mayor acceso a certificaciones profesionales por parte del trabajador, y de esta manera, poder completar cursos especializados en el ámbito del cumplimiento normativo.
EVALUACIÓN PERIÓDICA DEL IMPACTO
Adicionalmente a ello, es necesario evaluar periódicamente el impacto que tiene la formación en la inserción del trabajador en el modelo de cumplimiento, lo que conlleva la necesidad de evaluar con cierta periodicidad a los empleados, y realizar revisiones detalladas de los resultados de las evaluaciones y controles producidos, destacando, tanto los aciertos, como las áreas que necesitan mejora, y para ello se hace preciso el desarrollar planes de crecimiento personalizados basados, precisamente, en los resultados de las evaluaciones, y con ello, ofreciendo una formación adicional y los consiguientes recursos específicos, en el caso de que ello sea necesario.
Este proceso debe ir unido al de definir metas claras y medibles para el conocimiento y comprensión de las normativas, y con ello, tal como se ha señalado anteriormente, realizar un seguimiento continuo del progreso hacia estas metas predeterminadas.
La consecuencia de todo ello es la priorización en el llamado ajuste de estrategias, fundamentalmente en lo que atañe a la formación y a la comunicación, en función de los resultados del seguimiento, asegurando una mejora continua en la efectividad del programa de cumplimiento.
En este orden de cosas, otro factor importante que considerar, es el que se refiere al cambio en la actitud del propio trabajador, el cual es habitual que desarrolle una mentalidad de cumplimiento clara y diferenciada, lo que conlleva un compromiso en primer término, con la ética.
En este sentido, se produce un proceso en el cual los valores se internalizan y consecuentemente con ello, la persona empieza a valorar de una manera más profunda los valores éticos de la organización, comprendiendo la importancia que tienen tanto la integridad, como la transparencia en todas sus acciones y dimensiones.
Ello conlleva el desarrollo de un sentido de la responsabilidad personal hacia el cumplimiento normativo, entendiendo que el mismo es parte integrante de una determinada persona jurídica, y que su comportamiento afecta de una manera directa y significativa a la organización y a sus «stakeholders», generándose a través de la interiorización de estos valores, unos sentimientos de proactividad en favor de los mismos.
ACTITUD PREVENTIVA DEL TRABAJADOR: BUSCA IDENTIFICAR Y MITIGAR RIESGOS
Ello se materializa en una actitud preventiva del trabajador, el cual busca identificar, y mitigar riesgos antes de que se conviertan en problemas de una mayor trascendencia y calado para la propia organización.
Al mismo tiempo, debe destacarse, que el empleado va a desarrollar una mayor colaboración dentro de la empresa, propiciando una participación más activa en iniciativas de cumplimiento, colaborando con colegas y compañeros, y reportando cualquier sospecha de incumplimiento o de irregularidad de la que pueda tener conocimiento, a través de los canales de denuncia establecidos por la propia persona jurídica.
Todo ello se traduce en un más que evidente cambio en el comportamiento y en la mentalidad del trabajador, lo que conlleva una mayor probabilidad de que adopte comportamientos, sin lugar a duda, más éticos y responsables.
Esto conduce, en primer término, a un mayor conocimiento y a una mejor evaluación de los riesgos que comporta el desarrollo de su actividad por parte del empleado, ya que se encuentran a disposición del mismo herramientas y técnicas específicas que posibilitan un mejor análisis, y una gestión más eficaz, ante la posible existencia de posibles incumplimientos o actuaciones irregulares de todo tipo.
«Todo ello se traduce en un más que evidente cambio en el comportamiento y en la mentalidad del trabajador, lo que conlleva una mayor probabilidad de que adopte comportamientos, sin lugar a duda, más éticos y responsables»
En análogo sentido a lo ya comentado, es necesario resaltar, que el trabajador habitualmente colabora activamente en la implementación de controles y medidas preventivas para asegurar con ello, el cumplimiento continuo de las normativas y el mejor funcionamiento del «Compliance» implantado en su organización.
Complementariamente a ello se ha de hacer puntual referencia al llamado “reporte de incidentes”.
Es habitual, que el empleado cada vez más utilice de manera efectiva los canales de denuncia establecidos por la organización para reportar incidentes de incumplimiento de todo tipo, o la realización de consultas éticas que mejoren los niveles de cumplimiento existentes.
VERIFICACIÓN DE LOS CONTROLES Y DE LAS AUDITORÍAS
En este orden de cosas también constituye un factor a tener en cuenta, la participación que el trabajador lleva a cabo en la verificación de los controles y de las auditorías, tanto internas como externas que se lleven a cabo dentro de la organización, proporcionando en todo momento una información más precisa y exacta, para lo cual el trabajador debe mostrar su máxima colaboración con la organización, y en su caso con los auditores, colaborando activamente con ellos en la realización de su actividad.
Dentro de este conjunto de factores que llevan consigo la transformación del empleado en el ámbito de la organización debe traerse a colación el desarrollo de habilidades específicas en materia de cumplimiento normativo.
Concretamente, en lo referente a la toma de decisiones y en el análisis de dilemas de carácter ético, es importante considerar, que de manera habitual el trabajador aprende a analizar los dilemas de naturaleza ética, utilizando para ello marcos y herramientas, que propician la toma de decisiones en este ámbito de actuación.
De manera simultánea a ello, es relevante considerar el desarrollo que se produce de su capacidad para evaluar las consecuencias éticas de sus decisiones, considerando el impacto que ello conlleva en todos los «stakeholders».
Consecuentemente con ello, debe valorarse la importancia que tienen en este proceso la comunicación y la transparencia, ya que constituyen unos factores muy importantes y transcendentes que hay que considerar.
En este sentido, hay que mencionar la situación que tiene la comunicación y que esta sea realmente efectiva, ya que ello lleva consigo una mejora considerable en las habilidades de comunicación por parte del trabajador, siendo capaz de explicar de una manera más nítida y clara el contenido de las políticas y las normativas a sus colegas y compañeros.
Ello trae como consecuencia, una más que evidente transparencia en el desarrollo de sus actividades, ya que fomenta la misma en todas sus acciones y decisiones, documentando, reportando, y justificando de manera clara y precisa las que se hayan adoptado.
En definitiva, todo ello conlleva un proceso de cambio y transformación en los valores del trabajador en el seno de la empresa, y este proceso supone fundamentalmente un refuerzo de los valores corporativos, especialmente, en lo que hace referencia a la integridad y la transparencia.
COMPROMISO DEL TRABAJADOR CON LA VERDAD
En este orden de cosas, hay que señalar que se produce un compromiso del trabajador con la verdad, ya que por el mismo generalmente se desarrolla una fuerte vinculación con la integridad y la transparencia, actuando con honestidad en todas las situaciones; y al mismo tiempo, debe resaltarse la adhesión que se produce por parte del mismo a los principios que conforman un modelo de cumplimiento normativo, ya que se alinea con los principios y valores de la organización, promoviendo un entorno de trabajo ético y responsable.
Otro factor que hay que ponderar, es el que hace referencia a la responsabilidad social, y en este sentido, debe valorarse que con la implantación de un modelo de cumplimiento normativo, el trabajador contribuye de una manera mucho más activa con la comunidad, entendiendo la importancia que tiene la responsabilidad social corporativa, y ello provoca el efecto que dicho trabajador se involucre en aquellas iniciativas que beneficien a la misma, y, al entorno en que dicha comunidad se desenvuelve.
De manera análoga, este efecto lleva consigo una promoción de las prácticas sostenibles y éticas, al comprenderse por parte del trabajador el impacto que a largo plazo tienen sus acciones en la sociedad y el medio ambiente, especialmente en lo que se refiere a la sostenibilidad.
Cuando se reflexiona sobre el impacto personal y profesional que tiene la implantación de un modelo de cumplimiento normativo en una organización sobre la figura de sus trabajadores, de manera necesaria debe hacerse referencia al crecimiento personal y profesional que ello conlleva sobre los mismos, tal y como se viene indicando.
Así, debe ponerse en valor su realización personal, ya que su inserción en dicho modelo encuentra un sentido en el hecho de contribuir a la integridad y a la sostenibilidad de la organización, sin que ello constituya un óbice significativo, para que, en paralelo, se produzca un crecimiento como personal dentro del ámbito de la empresa y el desarrollo de su carrera profesional.
Debe tenerse presente, que las habilidades y conocimientos adquiridos en el ámbito del cumplimiento normativo son altamente valorados en general por la sociedad, abriendo nuevas oportunidades dentro del ámbito de las carreras profesionales de los empleados, mediante la constitución de roles, que principalmente, tienen su razón de ser en los ámbitos del liderazgo y de la especialización.
OPORTUNIDADES DE AVANCE PERSONAL Y PROFESIONAL
Es evidente, que con este proceso en la persona del trabajador se produce a través de un reconocimiento profesional basado fundamentalmente en la reputación que el mismo ha logrado mediante su esfuerzo y empeño personal, en el respeto conseguido por el mismos dentro de la organización, y, sobre todo, por la actividad llevada a cabo en la actividad desarrollada dentro de la persona jurídica, obtenido, básicamente, por su compromiso con el cumplimiento y con la ética.
Esto trae consigo importantes oportunidades de avance personal y profesional, ya que el desarrollo de una sólida reputación en materia de cumplimiento normativo puede abrir oportunidades de avance profesional, y con ello, la atribución de roles y cometidos con una mayor responsabilidad.
Por todo ello, la inserción de una persona en un modelo de cumplimiento normativo concreto y determinado supone de hecho un cambio significativo en su conocimiento, en su actitud, en su comportamiento, en sus habilidades y en sus valores, tal y como se indicó anteriormente, y todo esto debe ser efectivamente valorado, pues supone a la postre un cambio muy significativo en la persona del trabajador.
Procede reiterar, que este proceso transforma a la persona en un profesional ético y responsable, comprometido con la integridad y la transparencia, y con ello, es capaz de contribuir activamente al desarrollo de una cultura de cumplimiento de la organización, donde los valores éticos, los comportamientos adecuados, las relaciones laborales y profesionales encuentren un marco adecuado de comprensión y de adecuado desarrollo.
Los beneficios de esta transformación son amplios, impactando positivamente tanto en la vida personal como profesional de la persona, y contribuyendo fundamentalmente a la sostenibilidad y reputación de la propia organización.
Todo ello, lleva a la consideración consistente en que este proceso de transformación individual en el conocimiento y comprensión de las normativas y políticas dentro de un modelo de cumplimiento normativo es un proceso continuo y multidimensional.
Este proceso incluye una educación inicial sólida, una formación continua, una accesibilidad a la información, un entrenamiento práctico, un apoyo y un asesoramiento continuo, y una medición y evaluación regular de la comprensión de los valores que hacen propia y característica a una organización.
Cada uno de estos componentes es esencial para garantizar que los empleados no solo comprendan las normativas y políticas, sino que también las apliquen de manera efectiva en su trabajo diario, implicándose de manera decisiva en este proceso de cumplimiento normativo, contribuyendo así, a esa transformación personal del trabajador en el ámbito de la empresa, teniendo en consideración que si el modelo de cumplimiento normativo transforma la empresa, a la postre impacta de una manera mucho más directa y poderosa en las personas que integran dicho modelo, y a las que debe prestarse de manera continuada una especial atención y consideración por parte de la organización.
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