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Opinión | Absentismo laboral en España

Opinión | Absentismo laboral en España
Francisco Barrionuevo es abogado y profesor de Economía Secundaria y Bachillerato y CEO del Grupo Novaschool.
18/12/2024 05:35
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Actualizado: 18/12/2024 01:09
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En España el indicador de absentismo empieza a ser muy preocupante, y este hecho hace saltar por los aires el presupuesto de cualquier empresa que soporta esta situación. La media de absentismo en España según (Randstad Research, 2024) alcanza el 6,6% durante el segundo trimestre de 2024.

Es un porcentaje muy alto si lo comparamos con Estados Unidos que anda por un 2%. De hecho, el absentismo rompe cualquier estimación de la partida gasto de personal en la empresa y la pone en franca tesitura.

En la actualidad se suelen dar casos inauditos de peticiones de trabajadores al departamento de Recursos Humanos, preguntando cuántos días le corresponden si ha fallecido el abuelo del primo de su mujer, o bien, cuántos días de permiso tiene un supuesto trabajador para cuidar a su hijo de 20 años que le han operado de fimosis.

Las anteriores, son situaciones inventadas, pero estoy convencido de que las empresas de hoy tienen que responder a peticiones de sus trabajadores igualmente absurdas.

Las causas de baja laboral vienen establecidas en el Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, Ley General de la Seguridad Social. Las que suelen conllevar mayor nivel de fraude están bajo el paraguas de las bajas por enfermedad común y los permisos por cuidado de familiares enfermos.

Ciertamente, los permisos y bajas por enfermedad buscan garantizar el equilibrio entre la vida personal y laboral, protegiendo a los empleados en circunstancias de necesidad. Llegados a este punto, mi posición es clara, estando a favor de los derechos sociales, sin embargo, muy en contra de quienes se aprovechan de forma ilegítima de la bondad del sistema.

ABSENTISMO DEL CARADURA

El “absentismo del caradura” lo termina pagando la empresa, ya que este especialista del engaño se da de baja solo en periodos cortos, para así evitar que esta baja llegue a costarle dinero de su bolsillo. 

No podemos pasar por alto que corresponde al empleador, es decir a la empresa, soportar el gasto del trabajador al 100% durante los primeros 3 días de baja por enfermedad (norma extendida en la mayoría de los convenios, no en todos).

Sin contar con las mejoras de número de días que recogen la mayoría de los convenios colectivos, de modo que el trabajador cobre el 100% de su salario en el caso de baja por enfermedad o cualquier otra causa.

La economía española no suele caracterizarse por tener un alto nivel de productividad, más bien todo lo contrario. Estoy seguro de que uno de los motivos que provoca esta mala situación es sin duda el alto nivel de absentismo que soportan las empresas, y que actúa como una gota malaya (más bien gota china que es como se denomina la tortura) en sus cuentas de resultados.

Podemos aseverar, sin riesgo a equivocarnos, que las causas del absentismo de corta duración es la que provoca un mayor nivel de fraude y, sin perseguirlo, el sistema sanitario se convierte de facto en una apoyatura perfecta para el absentista profesional.

El medico frente a frente con el paciente que le pide una baja no puede hacer otra cosa que acceder a su petición, en la mayoría de los casos.

Los médicos critican el poco o nulo apoyo de los inspectores y del sistema en general, por lo que prefieren no correr riesgos, y no se cuestionan el posible fraude.

Cierto sería que les estamos dando la responsabilidad a un profesional, el médico, que está saturado y presionado por la cola de pacientes que esperan impacientes en la puerta de su consulta.

Otra de tantas circunstancias sobrevenidas es cuando al empresario se le queda cara circunspecta cuando uno de sus trabajadores decide casarse con su actual pareja con la que ya tiene varios hijos y lleva años conviviendo.

El permiso retribuido por matrimonio se ha establecido en España a favor del trabajador y a cuenta de la empresa, y este permiso conlleva 15 días retribuidos que la empresa deberá asumir.

Aunque, esta situación es un derecho del trabajador, no es de recibo que a veces se aplique un cierto tacticismo matrimonial interesado.

Todas estas prebendas que se han ido concediendo desde los diferentes gobiernos y, a cargo de las empresas, incrementan la partida de gasto de personal en las meritadas, pues no les es posible trasladar estas subidas de costes laborales in crescendo a las tarifas de venta al público de sus productos y servicios que comercializan.

Así, que, la erosión de sus márgenes y la viabilidad se empieza a poner en entredicho.

A veces olvidamos que un país sin empresas competitivas difícilmente alcance el tan ansiado estado de bienestar. Según la teoría filosófica monista y, por extensión llevado a la Economía, todo se reduce a la empresa, sin empresas no habría recaudación de impuestos a sus trabajadores y a las propias empresas, ergo, los gobiernos de turno no recaudarían impuestos.

Llegado el caso, el estado de bienestar desaparecería, con las consecuencias directas para los ciudadanos.

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