Según el secretario de ASCOM, Francisco Bonatti, "hay que construir confianza, ser predecibles, ser ejemplares. Eso exige gobernanza. Y la gobernanza exige Compliance”. Foto: Confliegal.
Francisco Bonatti en el Congreso Compliance en la actividad empresarial de ASCOM: «El Compliance es el elemento central de la gestión»
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01/7/2025 15:35
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Actualizado: 01/7/2025 15:55
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Con una afirmación rotunda que resonó entre los asistentes —“el Compliance no es solo importante, es el eje mismo de la gestión empresarial”—, Francisco Bonatti, secretario de la Junta Directiva de la Asociación Española de Compliance (ASCOM), quien hoy abrió el Congreso de Compliance en la actividad empresarial con una intervención que combinó perspectiva histórica, análisis estratégico y una visión clara del futuro.
Fue en la sede de la sede de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), en Madrid, entidad a la que ASCOM se incorporó recientemente para mejorar las prácticas empresariales y fomentar la transparencia y el buen gobierno corporativo, ante un público de 150 personas. Lleno completo.
Bonattí ofreció una intervención inaugural que fue mucho más que una exposición académica: fue una llamada al despertar de las conciencias directivas, un manifiesto sobre la necesidad urgente de transformar la empresa en un verdadero ciudadano corporativo sostenible.
De la calidad al compromiso ético en ASCOM
Bonattí inició su discurso con una mirada histórica lúcida y precisa. Viajó a los años 70, cuando las organizaciones comenzaban a expandirse más allá de sus territorios naturales, abriendo paso a una economía globalizada y a estructuras empresariales cada vez más complejas.
Este nuevo escenario, explicó, trajo consigo la necesidad de un mayor control y responsabilidad, no solo legal, sino también social.
“La autorregulación no nació de la nada —señaló—. Fue una respuesta al vacío que la regulación, la presión social y las exigencias del mercado empezaron a dejar entre líneas”.
En ese proceso, la ética corporativa —primero como formulación académica, luego como exigencia práctica— se convirtió en un pilar fundamental del nuevo modelo de empresa.
Y ese modelo, insistió, ya no puede sostenerse solo en la calidad del producto o la eficiencia del servicio. “La empresa del siglo XXI debe demostrar compromiso, integridad, sostenibilidad. No es suficiente con cumplir: hay que construir confianza, ser predecibles, ser ejemplares. Eso exige gobernanza. Y la gobernanza exige Compliance”.
Gobernanza, sostenibilidad y futuro: el nuevo ecosistema del cumplimiento
El secretario de la Junta Directiva de ASCOM estructuró su intervención en tres grandes pilares que, según él, definen el presente y futuro del Compliance: gobernanza, transversalidad y transformación.
En primer lugar, subrayó que el buen gobierno corporativo —concepto que ganó fuerza tras la crisis financiera de 2007— se ha consolidado como el marco desde el cual debe operar cualquier organización responsable. Pero advirtió que un modelo de gobernanza sin un sistema de Compliance sólido es como una brújula sin aguja: carece de dirección.
En segundo lugar, habló de cómo el Compliance ha dejado de ser una función aislada y reactiva para convertirse en una disciplina transversal que dialoga —y muchas veces lidera— cuestiones como la inteligencia artificial, la sostenibilidad, la libre competencia o la protección de datos.
“Allí donde hay riesgo ético, reputacional o normativo, el Compliance tiene algo que decir. Y cada vez más, tiene la obligación de intervenir”, afirmó.
Finalmente, dirigió la mirada hacia el futuro. Un futuro donde la empresa deberá rendir cuentas no solo ante sus accionistas, sino ante la sociedad entera. “Ese futuro no es una hipótesis: ya ha comenzado. Y el Compliance es su columna vertebral”.
Una hoja de ruta para el Congreso y para la empresa del mañana
La intervención de Bonattí no solo sirvió para enmarcar los temas del Congreso —dividido entre la gobernanza del Compliance y su aplicación práctica en la organización—, sino también para trazar una hoja de ruta sobre cómo debe operar una empresa que quiera estar a la altura de su tiempo.
“No hablamos de moda ni de tendencias pasajeras”, concluyó. “Hablamos de una transformación estructural. El Compliance no es el guardián que llega después del fallo. Es el arquitecto que evita que el edificio se derrumbe. Y por eso, hoy más que nunca, está llamado a ser el verdadero centro de la gestión”.
Con este mensaje potente y articulado, Francisco Bonattí no solo inauguró un Congreso. Encendió una conversación que continuará mucho después de que se apaguen los focos del evento.
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