Fernando Riaño, director de Sostenibilidad/ ESG y Relaciones Institucionales del Grupo Social ONCE. Foto: La Rioja.
Fernando Riaño: «Contemplamos las oportunidades que trae la transición sostenible para las personas con discapacidad»
Director de Sostenibilidad/ ESG y Relaciones Institucionales del Grupo Social ONCE
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19/6/2023 06:30
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Actualizado: 18/6/2023 20:25
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Las consideraciones de sostenibilidad se han vuelto una prioridad para todas las compañías públicas y privadas, que no pierden de vista las oportunidades laborales y económicas que representan estas iniciativas, además de los beneficios medioambientales a los que apuntan tales acciones.
Fernando Riaño ha detallado en conversación con Confilegal los objetivos de sostenibilidad del Grupo Social ONCE, donde ejerce el cargo de director de Sostenibilidad/ ESG y Relaciones Institucionales, así como los matices que dibujan el panorama general de estas decisiones a lo largo del tejido empresarial.
¿Cómo enfoca la ONCE sus acciones de sostenibilidad?
Desde el Grupo Social ONCE, formado por la ONCE, la Fundación ONCE e ILUNION, entendemos la sostenibilidad desde la triple perspectiva ASG (Ambiental, Social y Gobernanza). Desde un punto de vista interno, trabajamos para tener un buen desempeño en las tres dimensiones.
La dimensión social es nuestra razón de ser, pero no por ello podemos dejar de lado la relevancia de las otras dos esferas, y tenemos el objetivo último de que la sostenibilidad se consolide como una cuestión transversal para toda la organización.
Desde una perspectiva externa, trabajamos para subrayar la importancia de la «S» de los aspectos ASG en las agendas de otras organizaciones, públicas y privadas, de manera particular en relación con la discapacidad. Tenemos el convencimiento de que no puede haber un futuro sostenible sin incorporar la dimensión de la inclusión a la agenda de la sostenibilidad.
¿Cuáles son sus iniciativas y objetivos?
Nuestro objetivo es estar cerca de la sociedad, como lo venimos haciendo desde hace más de 80 años. También para afrontar los importantes desafíos en el ámbito de la sostenibilidad. Nuestra misión es lograr la igualdad de oportunidades real de las personas con discapacidad, evitando que nadie quede atrás.
En este camino integramos también la dimensión ambiental en todo lo que hacemos, con iniciativas en marcha encaminadas a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la eficiencia energética o el consumo sostenible de recursos; y la de buen gobierno, adoptando los principios de ética y transparencia, así como las mejores prácticas en materia de gobernanza.
También contemplamos las oportunidades que trae la necesaria transición sostenible de nuestras sociedades y economías para las personas con discapacidad, en términos por ejemplo de generación de nuevos empleos en sectores “verdes”, con importantes proyectos en este sentido.
Uno de ellos, destacable, es el proyecto Recycling4all, un proyecto conjunto de ILUNION y la Fundación Repsol, centrado en el reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y mediante el que se favorece el empleo para personas con discapacidad.
«La presión regulatoria pone a las empresas en un contexto cada vez más exigente y retador, entre otros en materia de transparencia de sus impactos en la sociedad y el medio ambiente»
¿Cómo observa el panorama de las iniciativas de sostenibilidad?
Actualmente estamos ante un cambio de paradigma en el sector de la sostenibilidad, con un nivel de exigencia creciente para las organizaciones. Los importantes retos que debemos afrontar colectivamente, como la emergencia climática o el crecimiento de las desigualdades, y las hojas de ruta globales fijadas para abordarlos como el Acuerdo de París o la Agenda 2030 y los ODS, conllevan un papel destacado para las empresas y otras entidades.
Los grupos de interés (clientes, inversores, empleados, etcétera) demandan, cada vez en mayor medida, un comportamiento sostenible a las organizaciones. Esto se refleja en un destacado avance de la regulación en este ámbito, impulsado en buena medida desde Europa, que ha adoptado un papel de liderazgo y ambición respecto a los retos globales en la materia.
Esta presión regulatoria pone a las empresas en un contexto cada vez más exigente y retador, entre otros en materia de transparencia de sus impactos en la sociedad y el medio ambiente.
La Directiva de información corporativa de Sostenibilidad (próxima a su trasposición en el ordenamiento jurídico español), los Estándares Europeos de Reporte en Sostenibilidad que están aún en elaboración, la futura Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad Corporativa de la UE, y el reglamento de Taxonomía, ya vigente, son algunos ejemplos.
Esto se traduce para las organizaciones en la necesidad de conocer, gestionar, controlar y reportar sobre sus impactos en la sociedad y el medio ambiente, no solo de manera directa sino a lo largo de toda la cadena de valor, aguas arriba y aguas abajo. Sin duda se trata de un reto relevante, para el que las organizaciones se están (nos estamos) preparando, entre otras cuestiones desarrollando sistemas de control interno de la información de Sostenibilidad.
¿Se corresponden los mensajes de las diferentes entidades con acciones concretas para avanzar en sostenibilidad? ¿En qué sectores económicos sí se observa y en qué otros son ‘greenwashing’?
Dada la dimensión de los retos, todos los esfuerzos suman. Además, vemos que se están dando avances importantes y, si bien no todas al mismo ritmo, las organizaciones están acelerando la acción. Desde el Grupo Social ONCE observamos a diario que hay muchas empresas comprometidas que trabajan para consolidar organizaciones más inclusivas y sostenibles, y nos lo demuestran a través de las alianzas que forjamos.
Por otra parte, es claro también que la función de sostenibilidad se sitúa cada vez más en el centro de las organizaciones, más vinculada al nivel de toma de decisiones, demostrando su capacidad para la creación de valor.
Las figuras responsables de sostenibilidad dentro de las organizaciones tienen hoy retos distintos respecto a los que tenían hace unos años, como la necesidad de desplegar una agenda y trabajo conjunto con las áreas financieras o de riesgos, entre otras. No obstante, hay retos que siguen vigentes, como la necesidad de continuar impulsando y consolidando el cambio cultural interno.
En este contexto, y en línea con lo comentado anteriormente, las prácticas de ‘greenwashing’ e ‘impactwashing’ tienen cada vez menos espacio. La hoja de ruta marcada por la regulación europea contribuye a avanzar a contracorriente de estas prácticas, y es un hecho que la información sobre sostenibilidad se basa cada vez más en datos sólidos y verificados.
¿Dónde hay espacio para la mejora y cómo se puede acometer?
Destacaría la necesidad de continuar trabajando en el desarrollo de métricas vinculadas a la dimensión social de la sostenibilidad, tras un importante desarrollo de la dimensión ambiental. La construcción de una economía inclusiva es vital para un futuro sostenible, y como decía, debemos tener en cuenta que no habrá sostenibilidad sin equidad e inclusión.
Además, sin desde luego desdeñar la necesidad de avanzar de manera urgente, es importante habilitar mecanismos para permitir que las organizaciones puedan dar respuesta progresiva a las nuevas exigencias regulatorias en sostenibilidad, facilitando así que puedan adaptarse internamente atendiendo a su tamaño, sector, capacidad, etcétera.
En este contexto de importantes desafíos por delante, emergen algunos catalizadores relevantes. La digitalización será una palanca central en todo este camino de transformación en las organizaciones. Igualmente, la gestión del talento en el sector de la sostenibilidad se ha vuelto un asunto central, y ya estamos viendo cómo crece la demanda de los perfiles de profesionales en este ámbito.
Por último, no podemos olvidar el papel central de las alianzas y colaboraciones con otras organizaciones como fuerza impulsora necesaria para abordar los desafíos que tenemos por delante. Sin duda un panorama interesante y desafiante a partes iguales el que tenemos por delante.
La mejor de las noticias es que todas aquellas organizaciones que avanzan y dan pasos en el ámbito de la sostenibilidad en general, y en discapacidad en particular, ninguna retrocede, al contrario, todas avanzan, dan nuevos pasos y se plantean nuevos retos en su estrategia (cada vez más conectada con su actividad y negocio). En este sentido, me gusta hablar de sostenibilidad y discapacidad y su impacto en las tres R; en rentabilidad, en responsabilidad y en reputación.
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