La trata de blancas: la esclavitud del siglo XXI

La trata de blancas: la esclavitud del siglo XXI

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01/11/2015 00:00
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Actualizado: 01/11/2015 00:00
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Yolanda Díez Herrero, CNP; experta en ciberdelincuencia

La trata de personas, comercio de personas o tráfico de personas constituye un delito internacional de lesa humanidad y viola los derechos humanos de la persona, también se lo denomina la esclavitud del siglo XXI.

Es una violación a los derechos humanos, que como más adelante se hará referencia, atenta contra la libertad y la dignidad de las víctimas, especialmente de las más vulnerables: las mujeres y las adolescentes.

La trata de blancas y la esclavitud sexual son una realidad lacerante de nuestros días.

Pocas son las mujeres que logran escapar de las mafias que las explotan y menos aún las que se atreven a contar su experiencia. La trata de seres humanos es un grave delito que atenta contra los derechos humanos, es una forma de esclavitud que convierte al ser humano en una simple mercancía.

Es una realidad que ha adquirido preocupantes dimensiones en la actualidad, debido a los grandes beneficios que proporciona.

Es, de hecho, uno de los tres negocios ilícitos más lucrativos junto al tráfico de drogas y el de armas.

No perdona a ningún país y constituye una triste y desafiante realidad de nuestro mundo. Este crimen hace que muchas mujeres y niñas motivadas por sus sueños y por la expectativa de una vida mejor, sean sometidas a situaciones de explotación de todo tipo, similares a la esclavitud. 

De acuerdo con la definición de trata de seres humanos elaborado con motivo de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional en diciembre del año 2000, más conocido como el Protocolo de Palermo, la trata de blancas se caracteriza por ser el «reclutamiento, transporte, embarque o recepción de personas, por medio de amenaza, uso de la fuerza, coacción, fraude, engaño, abuso de poder o de situaciones de vulnerabilidad, o mediando pago o beneficio económico en la obtención del consentimiento de una persona para que ceda el control sobre otra con el propósito de su explotación».

La explotación incluye, como mínimo, la derivada de la prostitución y de otras formas de explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas similares, servidumbre y extracción de órganos».

Esta definición de trata de seres humanos establece tres elementos fundamentales:

a) La acción. Consiste en la captación, transporte, embarque o recepción de personas.

b) Los medios empleados. Habitualmente se utilizan las amenazas, la fuerza, el engaño, el abuso de poder, la vulnerabilidad, el pago o la remuneración a alguien para que ejerza un control previo sobre la víctima.

c) La finalidad. Hay que recordar que el propósito de la explotación tanto de tipo sexual, como mediante trabajos forzados, conlleva la esclavitud y las prácticas similares o la  extracción de órganos.

La trata de mujeres para la explotación sexual atenta contra diversos derechos fundamentales como pueden ser: el derecho a la vida, a la libertad, a la integridad física y moral, a la libertad sexual, a la salud, a la intimidad y a la dignidad humana, entre otros.

Este fenómeno social, cultural e incluso jurídico y económico, constituye una realidad, que ha tratado de permanecer oculta e invisible durante mucho tiempo, sin embargo, no se puede obviar como tal fenómeno, presenta unas características muy concretas, que son las que se indicant a continuación:

a) Constituye una violación de los derechos humanos. Vulnera la dignidad de la persona, su libertad y la igualdad.

b) La mayoría de las víctimas son mujeres, porque la trata está directamente relacionada con la posición de las mujeres en la sociedad y la feminización de la pobreza.

c) Es una de las formas más crueles de violencia ejercida contra las mujeres. En general, debe tenerse presente, que las mujeres se encuentran más afectadas que los hombres por las desigualdades de género en multiples aspectos, como puden ser: en la educación, en la formación o en el ámbito laboral, caracterizados todos ellos, por la segregación ocupacional, y, además, por una representación desproporcionada en los sectores informales de empleo. Todo ello propicia que las mujeres se sitúen en una posición social y económica de vulnerabilidad y más proclive para su captación en el ámbito de este “negocio”.

Una víctima de trata con fines de explotación sexual es una persona en situación de grave riesgo, cuya integridad e incluso su vida se encuentran amenazas. En este sentido, no deja de ser una persona que entra en contacto directo con delincuentes que, en muchas ocasiones, pertenecen a complejos grupos delictivos organizados.

Ante la situación de grave amenaza en la que se encuentran estas mujeres y adolescentes, es necesaria una intervención rápida de la sociedad en la que se garantice la seguridad de la posible víctima y su acceso a los medios y a los recursos de asistencia adecuados, lo que implica la participación de profesionales especializados, tanto de organizaciones de asistencia a las víctimas y a las mujeres, que cuenten con experiencia en la atención a víctimas de trata con fines de explotación sexual;  como e profesionales pertenecientes a los cuerpos de seguridad con formación específica en esta materia.

Hay diferentes formas de trata o formas de esclavitud, donde la mujer y la niña son victimas. A título de ejemplo podemos señalar las más representativas:

a). Explotación sexual forzada. Se produce cuando una mujer o niña es obligada a la pornografía y a prostituirse en sitios públicos o privados. Se caracteriza por el hecho consistente en que de manera habitual las mujeres son trasladadas a un lugar para ser violadas, como por ejemplo, en zonas de conflictos armados, o por donde se llevan a cabo migraciones de personas de manera clandestina.

b). Matrimonios forzados y\o serviles. Esta situación se produce en aquellos casos en los que una mujer o una niña es vendida o forzada a casarse para pagar una deuda económica o de honor de su familia. Una situación análoga se produce cuando la mujer se casa con un extranjero y vive en condiciones de esclavitud, violencia y aislamiento. Generalmente el contacto se inicia por internet, a través de una agencia matrimonial, o, simplemente porque estamos ante lo que se suele denominar como un matrimonio de conveniencia, donde la mujer ha pagado una cantidad de dinero concreta para casarse con la persona que formalmente le hace obtener los documentos necesarios para vivir legalmente en el país.

c). La extracción de órganos. Este supuesto se caracteriza por el hecho consistente en la utilización de mujeres a los efectos de esclavizarlas, y así proceder a la extracción en contra de su voluntad órganos o partes de su cuerpo para ser vendidos o comercializados (v.gr.: hígado, riñón, óvulos, sangre, tejidos etc). En este apartado se debería incluir aquellos casos en los que la mujer es violada, a los efectos de que quede embarazada, con la finalidad de quitarle posteriormente el hijo, una vez que de a luz, y poder comercializar a su propio hijo a los efectos de su venta

d). Los trabajos forzados en régimen de esclavitud. Se puede afirmar que los trabajos forzados en régimen de esclavitud se caracterizan porque las condiciones de vida y trabajo son ciertamente violentas e inhumanas. A las mujeres no se les retribuyen los servicios que llevan a cabo. En este sentido, simplemente no se les paga o se les paga poco. Son, en definitiva, obligarlas a ejercer la mendicidad, a robar o vender cualquier clase de drogas u otras sustancias análogas.

Así, debe recordarse que son unas 45.000 mujeres y adolescentes las que son víctimas de trata en España, un negocio que mueve unos cinco millones de euros cada día.

En España, la Policía identificó el año pasado a unas 14.000 víctimas de trata con fines de explotación sexual, la mayoría de países de procedencia como Rumania, Nigeria o Bulgaria, según los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, y que según el Instituto Nacional de Estadística (INE), solo la prostitución representa el 0,35 or ciento del PIB, lo que supone cerca de 3.700 millones de euros al año, como también se ha hecho ha recordado desde dicho departamento ministerial.

Del mismo modo, también más de 20 millones de personas son víctimas de esta lacra social según Naciones Unidas, y dentro de este colectivo, más del 80 por ciento son fundamentalmente mujeres o niñas.

Por ello, puede afirmarse que es un problema latente, que esta ahí en nuestras calles y aunque este parcialmente oculto, a veces entre luces de neón, no podemos mirar hacia otro lado.

 

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