Miguel Soldán, de IE Law School: «La reforma laboral contribuyó a minimizar la sangría de destrucción de empleo»
Miguel Soldán, socio director de Interlaboris y codirector del Programa de Gestión Estratégica de Relaciones Laborales de Ie Law School.

Miguel Soldán, de IE Law School: «La reforma laboral contribuyó a minimizar la sangría de destrucción de empleo»

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14/2/2017 05:58
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Actualizado: 16/2/2017 12:31
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Miguel Soldán, socio director de Interlaboris y codirector del Programa de Gestión Estratégica de Relaciones Laborales de IE Law School analiza para Confilegal el impacto de la Reforma Laboral en su quinto aniversario.

¿Qué valoración realiza sobre la reforma laboral que se aprobó en España en 2012?

Para contestar a esa pregunta es preciso recordar cual era la situación del mercado laboral en España en esa fecha, que podríamos resumir en una cifra de desempleo del 25 por ciento de la población activa y en una legislación laboral en donde era más sencillo despedir a una persona que bajarle el salario o modificarle sus condiciones, aunque ello fuere para salvar su puesto de trabajo.

Si a ello sumamos que la única industria con un cierto peso en España –como era la construcción – venía sufriendo desde 2008 un auténtico tsunami y la incipiente industria de energías renovables había iniciado un año antes su particular vía crucis, nos podemos imaginar el panorama tan desolador que teníamos encima.

Si la pregunta que me hace es si esos problemas han quedado solucionados con la reforma laboral aprobada en 2012, tendré que hacer mías las palabras de un exministro de Trabajo del PSOE, cuando se le ocurrió decir que la reforma laboral recién aprobada- en este caso allá por 2010- no iba a crear empleo y casi le cuesta un linchamiento…

A lo que me estoy refiriendo es a que los problemas del mercado laboral de este país son problemas estructurales que tienen su origen muchos años atrás y no los soluciona ni esa ni ninguna otra Reforma.

¿Lo positivo de la reforma ha sido que contribuyó a minimizar la sangría de destrucción de empleo?

Si nos atenemos a la frialdad de las cifras y tenemos en cuenta que ese porcentaje del 25 por ciento de desempleo incluso empeoró un año después, hasta situarse en más de un 27 por ciento y seis millones de parados, y lo comparamos con los datos actuales que sitúan la tasa de desempleo en el 18,5 por ciento y en el entorno de cuatro millones de desempleados, pues cabría señalar que la reforma ha sido positiva, pero más allá de las cifras, lo positivo de la reforma ha sido que contribuyó a minimizar la sangría de destrucción de empleo que se hubiera seguido produciendo si nuestra legislación laboral no hubiese avanzado en facilitar la senda de la flexibilidad interna de las empresas.

Es cierto que la contrapartida de esa menor destrucción de empleo ha sido una acentuación en la precarización del empleo y sobre todo una importante devaluación salarial, que ha permitido al país recuperar la competitividad perdida durante la crisis inmobiliaria y de la construcción y que dentro del Euro, es la única solución para un país como España, que ya no podía recurrir como antaño, a la devaluación de su moneda.

Reitero que el problema de España es estructural y por muchos cambios que haga dentro del marco laboral y muchas reformas que apruebe esto no va a mejorar la calidad de los bienes y servicios que se producen en España, que seguirán siendo de bajo valor añadido. La industria lleva perdiendo peso en el PIB de España desde los años 70 y de esto desgraciadamente parece que no habla nadie…

Y centrándonos en materia laboral, al menos tenemos ahora una legislación más moderna y que pueda dar respuesta a los retos del futuro o ¿cuál es su valoración al respecto?

La línea iniciada en 2012 es correcta, pero seguimos teniendo una legislación laboral orientada a la fábrica, pensada todavía para las cadenas de montaje de la Segunda Revolución Industrial y eso provoca que incluso hoy en día, los cambios en las normas laborales siguen orientados a modificar los actuales tipos de contratos –más de 40 en España– a reducir el coste del despido y a tratar de recuperar para empresarios y Sindicatos la autonomía de la Negociación Colectiva.

Si por legislación moderna, que es lo que me pregunta, entendemos capacidad para dar respuesta a los retos de la Revolución Digital, ese fenómeno que ha transformado el concepto “trabajo” en 10 años como no había sucedido desde la máquina de vapor o la cadena de montaje, debo contestarle con rotundidad que el actual Estatuto de los trabajadores se queda a años luz de poder hacerlo, pero lo peor no es eso, sino que seguimos insistiendo en querer “curar el catarro con antibióticos”, es decir, en utilizar las viejas teorías de concurrencia o no de las notas típicas de la relación laboral para juzgar el encaje legal de esas nuevas formas de relación laboral que la llamada “gig economy” o economía colaborativa ha venido introduciendo y que algunos parecen desconocer que han llegado para quedarse.

Pero una vez más el problema fundamental no es la legislación laboral, sino aspectos estructurales como por ejemplo el hecho de que casi un 40 por cien de la población activa de este país apenas tiene formación. Pese a ello no dejamos de oir a nuestros políticos que España estará preparada para la Revolución digital, lo cual me parece una auténtica utopía.

Es necesario afrontar de una vez por todas una nueva regulación, con mentalidad abierta, ambiciosa y sin complejos

El IE Campus se encuentra en pleno centro de Madrid.

¿Qué opina de la llamada «uberización» del mercado de trabajo? ¿Cree que llegará «la sangre al río»?

No me gusta el termino Uberización del mercado de trabajo porque hace referencia a una parte muy pequeña de los cambios que se avecinan.

Es necesario afrontar de una vez por todas una nueva regulación, con mentalidad abierta, ambiciosa y sin complejos, en donde tengan cabida todas estas nuevas realidades que como antes decía, han llegado para quedarse. Los protagonistas de la relación laboral ya no son solo el empleador y el empleado, sino que cobra creciente importancia la figura del “mediador”.

Hay que incorporar nuevos elementos para analizar esta nueva economía, quizá allende de la regulación laboral al uso, y sobre todo no podemos olvidar que el mercado laboral es como cualquier otro mercado y está sujeto a la ley de la oferta y la demanda.

Si nos decantamos, como hasta ahora parece ser la tendencia, por la opción de la excesiva regulación aumentaremos artificialmente el precio de contratar a alguien y el resultado es sencillo; a mayor precio, menor demanda, es decir, cuanta más regulación laboral menos demanda por trabajadores tendremos y por tanto más desempleo.

Y ante esa nueva realidad, ¿cómo deberían ser los nuevos profesionales de relaciones laborales?

En este contexto tan cambiante, los nuevos profesionales de relaciones laborales ya no sólo deberán ser expertos conocedores de la “ley laboral”, en su más amplio sentido, sino que será imprescindible que conozcan cuales son las claves de la gestión empresarial y para ello deberán poseer un buen número de habilidades negociadoras y de gestión que les permitan acometer con éxito en el día a día esta nueva etapa.

La formación de élite constituye un buen acelerador para reciclarse y adaptarse a estas nuevas exigencias y en este sentido desde finales del presente mes de febrero IE Business School pone en marcha en Madrid la V Edición del Programa Superior de Gestión Estratégica de Relaciones Laborales, un programa que le permitirá no sólo adquirir un conocimiento práctico del cambiante y complejo marco jurídico laboral en el que nos encontramos, sino que le otorgará la posibilidad de estar al tanto de las últimas novedades legales y jurisprudenciales en materia laboral y conocerá de la mano de auténticos expertos cuales son las claves de la gestión empresarial para sobrevivir de manera exitosa en este nuevo escenario.

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