Fallece Javier Martínez Lázaro, magistrado de la Audiencia Nacional
Javier Martínez Lázaro en una foto de 2012. Carlos Berbell.

Fallece Javier Martínez Lázaro, magistrado de la Audiencia Nacional

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17/9/2017 22:39
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Actualizado: 17/9/2017 22:39
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Javier Martínez Lázaro, de 63 años, magistrado de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, falleció ayer en Madrid a consecuencia de una larga enfermedad. Sus restos se encuentran en el Tanatorio de la M-30 en Madrid, en la Sala 18.

Será incinerado mañana lunes a las 20.30 en el Cementerio de la Almudena pero antes, en el Tanatorio, se celebrará un acto de recuerdo hacia su persona.

«Me llamo Javier Martínez Lázaro, aunque se me conoce por Tito. Soy magistrado en la Audiencia Provincial de Madrid. Pertenezco a nuestra asociación desde hace más de 16 años, los mismos que llevo en la carrera judicial». Así comenzaba, en 2001 «Tito» Martínez Lázaro, una persona afable, amable y directa, la carta abierta que dirigió a sus compañeros de la asociación Jueces para la Democracia (JpD), a la que pertenecía, en su campaña para ser seleccionado como candidato al órgano de gobierno de los jueces.

«Creo que el Pacto por la Justicia suscrito por los partidos mayoritarios e impulsado en la medida de nuestras posibilidades por Jueces para la Democracia abre importantes esperanzas de cambio y mejora en la Justicia. Es verdad que todo puede quedar en mera palabrería y humo, pero las fuerzas políticas han adquirido un compromiso fuerte con la sociedad y quien no cumpla, previsiblemente, sufrirá las consecuencias», añadió.

«Tito» Martínez Lázaro, que también era periodista de formación, creía en la fuerza de la política para cambiar las cosas.

Desde el Consejo General del Poder Judicial, donde sirvió como vocal entre 2001 y 2008, fue uno de los impulsores -entre otras muchas cosas- del Reglamento de Aspectos Accesorios de la Carrera Judicial por el que, a partir de 2005, se permitía el acceso de los medios de comunicación acreditados a los juicios.

Creía en la fuerza de la transparencia para fomentar la confianza de los ciudadanos, de donde tenía muy claro que emanaba la Justicia.

«No sería ninguna mala idea que los plenos del Consejo se televisaran en directo. Todo sería más transparente», le dijo al autor de este artículo en una ocasión. No le importaba ir contra corriente, si eso es lo que pensaba de verdad.

Por eso no le importó no sólo defender públicamente a Baltasar Garzón sino que declaró que el Tribunal Supremo había cometido una injusticia al inhabilitarlo.

Antes de formar parte de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional fue magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid y después de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

«Tito» Martínez Lázaro estaba casado con Ana Ferrer, magistrada de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, con la que tenía dos hijos.

Su vacío, para los que le conocíamos, será muy difícil de llenar porque era una de esas personas que se hacía querer por su carácter y su temperamento.

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