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Independencia judicial e idealismo imperturbable: la Plataforma Cívica por la Independencia Judicial
Manuel Ruiz de Lara en la Sala Ernest Lluch del Congreso de los Diputados; es magistrado de lo Mercantil de Barcelona y portavoz de la Plataforma. Carlos Berbell/Confilegal.
25/2/2018 06:15
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Actualizado: 03/12/2021 13:16
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Vivimos tiempos difíciles, huérfanos de referencias de liderazgos ideológicos asistimos a una parálisis legislativa donde los principales partidos políticos , poniendo como excusa la falta de consenso, se niegan a acometer las reformas esenciales que necesita el Poder Judicial y nuestro Estado de Derecho.
La realidad es que no hay voluntad política en reformar la Ley Orgánica del Poder Judicial para terminar con la politización del sistema de elección del CGPJ y para evitar que se repita la farsa institucional que determinó la actual composición de nuestro órgano de gobierno.
El actual CGPJ ha incrementado las dudas sobre la objetividad de los nombramientos de altos cargos judiciales, las deficiencias en la motivación de los nombramientos, la falta de amparo al juez ante ataques políticos a su independencia o incluso ha utilizado de forma espúrea y ridícula la potestad disciplinaria para acallar voces críticas.
Urge una modificación de la configuración y del sistema de elección del CGPJ, tal como ha señalado el reciente informe GRECO, tal como aconsejó la STC 108/1986, tal como reclaman las asociaciones judiciales y la carrera judicial, para evitar de éste modo que ante la opinión pública se extrapole de forma injusta la politización del sistema de elección de nuestro órgano de gobierno al excelente trabajo que de forma independiente , sin margen de dudas sobre su imparcialidad, desarrollan los Jueces y Magistrados que componen la carrera judicial.
Para evitar en definitiva que por esas grietas del sistema promocionen el escaso número de “políticos togados” que pretenden hacer del apadrinazgo político el estandarte de su proyección profesional.
Nefasta gestión
Reconocer la independencia de la actuación jurisdiccional de quienes componemos la carrera judicial, no va reñida en modo alguno con denunciar de forma valiente la nefasta gestión que ha encarnado el actual Presidente del CGPJ, designado por el poder político antes de su elección formal por los vocales del CGPJ.
La transparencia de la que hace gala el Presidente Lesmes ha revelado precisamente una opacidad en la motivación de nombramientos y la génesis de algunos de ellos en meras relaciones personales, ajenas a los principios de mayor mérito y capacidad como ha ocurrido en el reciente nombramiento para la Sala Tercera de uno de los promotores esenciales del sistema de elección politizada del CGPJ y de la configuración presidencialista del mismo, el magistrado Fernando Román.
La materialización de la cadena de favores en aras de la promoción profesional y recompensa por los servicios prestados.
Ante ese panorama se alza , junto al excelente trabajo de las asociaciones judiciales, una voz crítica no silenciable fundamentada en el idealismo imperturbable que encarna la Plataforma Cívica por la Independencia Judicial.
Ese idealismo radica en una denuncia permanente de actuaciones de nuestro órgano de gobierno o de reformas legislativas que pretenden comprometer la independencia judicial y erosionar la credibilidad del sistema favoreciendo situaciones de apadrinazgo político o cadenas de favores como pilar de la promoción profesional en la Judicatura.
La Plataforma, asociación civil formada por magistrados/as, fiscales, ex vocales del CGPJ, notarios, abogados del estado, abogados y catedráticos de universidad desarrolla un sólido e incensante trabajo a base de propuestas normativas para dotar de una mayor objetividad a nombramientos judiciales y a los nombramientos en fiscalías, diseño del sistema de elección de vocales CGPJ , reforma de régimen disciplinario de jueces, informes técnicos exhaustivos sobre nombramientos de altos cargos judiciales por el CGPJ, celebración de coloquios con las 4 asociaciones judiciales y actos públicos de denuncia sobre intentos de politizar nuestro órgano de gobierno….
Críticas a la Plataforma, bienvenidas
Evidentemente desde esa visión crítica la Plataforma y su actuación debe estar sometida a críticas, incluso cuando proceden de quienes se erigen en el impúdico altavoz de la más rancia contradicción y cobardía.
Todas son bienvenidas porque contribuyen a mejorar.
También las de aquellos que sin mayor esfuerzo intelectual tratan de minusvalorar de forma inane a la misma para seguidamente asumir como propias precisamente las propuestas y actividades de la Plataforma, de los que proclaman públicamente algo y en la intimidad ejercen la contraria promoviendo influencias a modo de cadenas de favores.
También las de aquellos que siembran dudas a escondidas en aras de desacreditar la actuación altruista de magistrados que luchan por cambiar las cosas, incluso las de aquellos que silencian de forma interesada determinadas carencias y deficiencias de nuestro régimen disciplinario que suponen una amenaza latente a la independencia judicial.
Y finalmente también las de aquellos que hoy son presa de la más absoluta soledad y sus obsesiones les impiden verlo.
Bienvenidas sean porque todas contribuyen a mejorar y a reafirmarnos en nuestro idealismo imperturbable.
Valentía frente a cobardía
La valentía radica en denunciar de forma razonada y con informes sólidos las actuaciones arbitrarias de quienes en momentos puntuales encarnan el poder en aras del único objetivo que a la Plataforma le mueve, la mejora de nuestro Estado de Derecho.
La cobardía tiene su esencia en silenciar dichas actuaciones, en centrar el enfrentamiento con el aparentemente débil (aquel sin alto cargo) y en ser servil con quien ejerce el poder en aras de lograr la correspondiente retribución en forma de cadena de favores.
Desde la Plataforma Cívica por la Independencia Judicial continuaremos realizando propuestas de bases de reglamento para mejorar la objetividad de nombramientos judiciales y reivindicaremos, en consonancia con las 4 asociaciones judiciales, la elección de vocales judiciales por nuestros compañeros/as jueces y magistrados porque nosotros sí creemos, al contrario que otros, que quienes desarrollan de forma independiente y con un excelente trabajo su función jurisdiccional, tienen la suficiente madurez institucional para elegir a su órgano de gobierno mediante el sistema de un juez/un voto.
En estos tiempos difíciles y aún a sabiendas que las acciones públicas de quienes formamos parte de la plataforma socavarán nuestras perspectivas de proyección profesional, convertiremos cada foro en ágoras de debate efervescente y lo haremos en la convicción de que la mayor felicidad te la otorga ser fiel a aquello en lo que crees sin más recompensa que el único patrimonio que obtendremos nuestro honor y una vocación infinita por cambiar las cosas sin nada a cambio.
Ahí seguiremos le pese a quien le pese y nos cueste lo que nos cueste.
Algo nunca entendible por quien perdió la esencia idealista y la sustituyó por una cadena de favores.
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