Gabriel Ariza, director de InfoVaticana: «Hemos sido implacables con la corrupción económica, moral y sexual dentro de la Iglesia»
El director de InfoVaticana, Gabriel Ariza, con el Vaticano de fondo. Carlos Berbell/Confilegal.

Gabriel Ariza, director de InfoVaticana: «Hemos sido implacables con la corrupción económica, moral y sexual dentro de la Iglesia»

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11/3/2018 06:20
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Actualizado: 11/3/2018 09:36
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El despacho internacional Baker and McKenzie ha recibido el encargo de despojar, ante los tribunales, al diario digital católico InfoVaticana de la marca y del dominio, aduciendo que induce a los lectores a creer que es una publicación oficial del Vaticano, entre otras argumentaciones legales.

La razón de esta decisión se basa en la información crítica y molesta hacia el «establishment» de la Iglesia Católica que InfoVaticana viene publicando desde su nacimiento, hace 5 años.

Información que proviene de sacerdotes, obispos y cardenales que, según cuenta el joven director de InfoVaticana, Gabriel Ariza, de 30 años, en esta entrevista, «aman a la Iglesia y saben que esto no es aquello que dijo Jesús de ‘Yo digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia'».

Según Ariza, la Iglesia ha tratado de modular la información de su publicación a través de la publicidad, pero él ése ha negado.

«La Iglesia Católica no tiene que gastar dinero en comprar medios de comunicación», afirma.

«La libertad de información, la libertad de expresión, la transparencia, son esenciales para la vida interna de la Iglesia Católica.

El mismo Papa Francisco ha denunciado repetidas veces el clericalismo, que protege la oscuridad. El clericalismo consiste en que si un sacerdote dice que las cosas tienen que ser de una forma el creyente, el laico, tiene que asumirlas sin rechistar. Y es precisamente lo contrario. En el espíritu crítico está la salvación de la Iglesia. En que se hagan las cosas bien. Nosotros representamos ese espíritu crítico», añade el director de InfoVaticana.

¿Cuál es la razón por la cual el secretario de Estado del Vaticano y el presidente de la Conferencia Episcopal española hayan unido fuerzas, según usted, para enfilar a su medio de comunicación, para acallarlo, despojándolo, por la vía legal, de su nombre, InfoVaticana? ¿Por qué son ustedes tan ‘molestos’?

Porque es la primera vez que hay un medio católico, que es de los suyos, que en vez de seguirles el juego de tapar las cosas, no lo hace.

Nosotros denunciamos el encubrimiento de la pederastia y de la corrupción económica de la Iglesia Católica desde la fe. También denunciamos que un obispo sacó una fuerte cantidad del fondo de misiones para pagarle a su amante homosexual un negocio ruinoso.

Nosotros hemos sido implacables con la corrupción económica, la corrupción moral y la corrupción sexual dentro de la Iglesia.

Lo que no puede ser es la hipocresía existente. Que haya gente que viva de predicar una cosa, con el sacrificio de los demás, y que haga lo contrario con su vida.

La Iglesia Católica no es una empresa que produzca y que tenga unos réditos. Es una institución que vive de lo que los católicos le dan renunciando a lo propio para sostener algo que es bueno.

El dinero que el Vaticano está pagando al despacho de abogados Baker and Mckenzie para callarnos, para despojarnos de nuestros nombre, viene de ahí.

El dinero que el Vaticano está pagando a Baker and McKenzie para callarnos viene de lo que los católicos le dan a la Iglesia

¿Pero, cuál cree que ha sido la palanca que ha puesto en marcha este mecanismo legal?

Yo tengo la certeza de que esto nace de una denuncia del presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, en la Nunciatura por la queja de varios obispos.

Una de mis fuentes me lo contó hace unos meses. ‘¿Habéis tenido algún problema con la marca, porque me consta que el cardenal Blázquez…?’.

¿Cuantos usuarios únicos tienen?

Tenemos 60.000 visitas diarias. En España somos líderes en información religiosa. De hecho, la COPE nos puso una demanda de rectificación de información, hace un año, que ganamos. En la misma, una de las cosas que decía la COPE era que le había hecho un especial daño esa información porque ese medio de comunicación, o sea InfoVaticana, era leído asiduamente por las altas instancias vaticanas.

Era como decir, por su culpa, mi jefe se ha enterado de lo que estoy haciendo.

Ganamos el juicio de rectificación. Por cierto, todavía no nos han pagado las costas. Hemos tenido que ejecutarle a una empresa que gana 6 millones de euros. Y yo, un humilde trabajador, he tenido que ejecutarle 4.000 euros de costas con un proceso de ejecución porque se niegan a pagarlas.

Nos leen. Sí, nos leen los obispos, nos leen los cardenales, nos leen los sacerdotes y nos leen los creyentes. No creo que el Papa Francisco nos lea, porque no usa ordenador, pero estoy seguro de que todos los que le rodean, sí.

Según la documentación que nos ha facilitado, es la Secretaría de Estado del Vaticano la que ha contratado al despacho Baker and McKenzie. Pero esa Secretaría de Estado la ocupa una persona. ¿Cómo se llama?

Es el cardenal Pietro Parolin, italiano. Fue nuncio en Venezuela.

¿Qué dicen sus abogados sobre la demanda de Baker and McKenzie, en la que le exige que renuncie a su nombre, InfoVaticana?

Mis abogados dicen, primero, que la marca InfoVaticana no tiene ninguna reivindicación posible por parte de la Ciudad del Vaticano porque no hay causa contra un tooponimo utilizado como sufijo, que el logo anterior…

Que contenía las llaves del Vaticano.

Así es, y que ya hemos cambiado, ahora es una pluma. Con eso ya no hay base para la reclamación.

Nosotros les propusimos en su momento poner claramente en nuestro diario, de la manera que ellos quisieran, que no era una web oficial.

Por ejemplo, les dije, InfoVaticana.com, y debajo, en inglés, o en español, «Established in Madrid, 2013», o «Establecida en Madrid en 2013».

Ellos nos dijeron que taxativamente no.

Que el único acuerdo pasaba por el renuncio absoluto al dominio y su transferencia a nombre del Vaticano.

¿Qué piensa usted de esa ‘inflexibilidad’?

Ellos lo que buscan es no tener un medio de comunicación incómodo que esté denunciado cómo algunos, en vez de servir a la Iglesia, la utilizan para sus intereses personales. Y se sirven de la Iglesia.

A mí, como católico, que en el Partido Popular o en Comisiones Obreras haya corrupción, me da lo mismo. Me puede dar más o menos rabia. Pero no que eso ocurra dentro de la Iglesia Católica, que es por lo que yo moriría y por lo que vivo.

De todas las exclusivas que han publicado ustedes, ¿hay alguna que haya sido particularmente molesta?

Sí, claro. Hay una, en particular, que no nos perdonan. Fue hace dos años. Publicamos que el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, había puesto en su curriculum que tenía cuatro licenciaturas.

Era, según él, licenciado en Filosofía, en Teología, en Psicopedagogía y en Ciencias Exactas.

Publicamos que no tenía ninguna de las cuatro. Que es instructor elemental en Educación Física y que un verano, en los campamentos del Movimiento Nacional, había dado un cursito para poder dar clase de matemáticas a niños de 7 años.

O sea, que se inventó las licenciaturas, según ustedes. 

Se inventó cuatro licenciaturas, sí. Llegó a Roma. Le dieron un tirón de orejas. Como es lógico, no nos lo perdona. Nos la tiene jurada. Porque allá donde va, en la Iglesia, le recuerdan lo de las cuatro licenciaturas.

Dentro del «establishment» de la Iglesia nos tienen muchas ganas y desearían que cerráramos, este es el objetivo de la demanda presentada

Y Blázquez, ¿qué interés puede tener, desde su punto de vista?

Blázquez hace lo que le digan. Pero dentro de la Conferencia Episcopal también hay personas que no nos ven bien, como el secretario general, José Luis Gil Tamayo. Una de las banderas de InfoVaticana es la transparencia.

La Conferencia Episcopal recibe 265 millones de euros al año procedentes de la equis de la declaración de la renta. Nosotros creemos que tiene que dar explicaciones, hasta el último céntimo que se gasta, cómo se contrata y cómo se adjudica.

La Conferencia Episcopal adjudicó un contrato de ‘catering’ para los premios Bravo a una empresa llamada Enasui. Una empresa cuyo propietario, socio y administrador es Diego Gil Tamayo, hermano pequeño del secretario general.

Cuando publicamos eso, tuvo que dar explicaciones y quedó muy debilitado.

Yo estoy convencido de que nuestra información ha pesado lo suyo a la hora de cerrarle el paso para ser obispo. No nos lo perdona. Ni él ni muchos otros.

Dentro del «establishment» de la Iglesia nos tienen muchas ganas y desearían que cerráramos, este es el objetivo de la demanda presentada.

¿Cuánta gente hace todos los días InfoVaticana?

Cuatro personas. Publicamos en español y tenemos una edición en italiano que se lleva desde Roma que es muy suave. De hecho, la edición italiana no entra dentro de la demanda de Baker and McKenzie.

¿De qué vive InfoVaticana?

De la publicidad, del ‘fundraising» -más de un centenar de personas hacen aportaciones mensuales fijas a InfoVaticana-, y la venta de libros.

A mí me han ofrecido publicidad institucional de la Iglesia Católica -no de forma directa- a cambio de ‘suavizar’ o ‘modular’ nuestra información y lo he rechazado.

La Iglesia Católica no tiene que gastar dinero en comprar medios de comunicación. En lo que tiene que gastarse su dinero es en promover el Evangelio y en ayudar a los más necesitados. No en comprar periodistas. No quiero su dinero.

Y del mismo modo, no quiero vivir de ello. Yo soy abogado y economista, me dedico a mis trabajos, y también a InfoVaticana, a costa de mucho esfuerzo personal y de muchas noches sin dormir. He conseguido que no me cueste dinero y que salga adelante sola.

Como no nos hemos plegado, ahora la Secretaría de Estado del Vaticano, el cardenal Parolin, ha optado por la vía legal, contratando con el dinero de la Iglesia a uno de los grandes despachos de abogados del mundo para amenazar nuestra supervivencia económica.

Puede parecer tópico, pero esto vuelve a ser como una nueva versión de David contra Goliat…

Me temo que sí. Sin duda InfoVaticana es como David. Vamos a presentar batalla legal. No queda otra. En juego está la libertad de información, la libertad de expresión y la salud interna de la propia Iglesia. InfoVaticana no es el temor de Dios pero, a mi humilde parecer, hacemos esa misma función: Contribuimos a que las cosas sean lo que deben ser y no lo que algunos quieren que sean.

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