El teléfono móvil, la primera causa de muerte en carretera en España
El uso del móvil en la conducción lleva a accidentes fatales como el de la foto; es la primera causa de muerte en carretera en España, por delante del alcohol, la velocidad y la fatiga.

El teléfono móvil, la primera causa de muerte en carretera en España

Por delante del alcohol y la velocidad
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22/7/2018 06:15
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Actualizado: 22/7/2018 11:25
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El verano es la época del año en la que se produce un mayor número de viajes y de siniestos. 1.830 personas perdieron la vida el año pasado en accidentes de tráfico en España, 20 más que en 2016. El 46% eran motoristas, ciclistas y peatones. 

La siniestralidad vial ha subido por cuarto año consecutivo en España. En 2017 se produjeron 102.233 accidentes con víctimas, en los que resultaron heridas 139.162 personas, de las que 9.456 requirieron hospitalización.

Uno de cada tres conductores fallecidos dio alcoholemia y/o consumo de drogas ilegales, algo muy presente en el rango de edades comprendido entre los 25 y los 34 años, cuyos fallecidos han aumentado 293 frente a los 223 del año anterior.

No es ni el aumento del número de desplazamientos, ni el estado de las carreteras, ni el envejecimiento del parque automovilístico lo que está detrás de estas cifras, sino el uso del teléfono móvil, según ha revelado el director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro.

Es la primera causa de muerte en carretera por delante del alcohol y la velocidad. Por este motivo, la DGT incluirá mayores sanciones por el uso del móvil al volante con la nueva reforma del carné por puntos.

LA FATIGA, LA CUARTA CAUSA DE SINIESTRALIDAD

Este verano se prevén cerca de 90 millones de desplazamientos, el 70% de ellos de larga distancia. Entre julio y septiembre, los conductores españoles recorrerán de media de 1.000 kilómetros y más del 15% superará los 4.000.

En los desplazamientos largos existen ciertas variables que pueden afectar a nuestra conducta al volante. La falta de descanso, los kilómetros recorridos, los atascos, viajar tras una jornada de trabajo y la deshidratación incrementan el riesgo de fatiga, que es la cuarta causa de siniestralidad mortal en nuestras carreteras.

Pérdida de concentración, picor de ojos, visión borrosa, parpadeo constante, necesidad de moverse en el asiento, deshidratación y somnolencia, así se presenta.

Sus consecuencias son una pérdida de atención y un aumento del tiempo de reacción ante un obstáculo de un 86%, advierte el Real Automóvil Club de España (RACE) y la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra), en la campaña de seguridad vial ‘Un refresco, tu mejor combustible’, que cuenta con el apoyo de la Dirección General de Tráfico (DGT).

LAS MEDIDAS DE LA DGT 

Con la alarmante situación que refleja el balance de siniestralidad de 2017, “se enciende la luz roja de que algo no se está haciendo bien», señaló el nuevo director de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro, en la presentación del informe el pasado 12 de julio, un día después de tomar posesión del cargo que ya ocupó durante ocho años.

Navarro mostró su preocupación por el constante aumento de la siniestralidad entre los colectivos más vulnerables, y dijo también que habrá que poner el foco en medidas dirigidas a las carreteras secundarias (el 77 % del total de las víctimas muere en accidentes en esas vías), en las ciudades (500 muertos al año), en los colectivos vulnerables, en la velocidad, en las distracciones y en el alcohol y las drogas.

Ayer señaló un puñado de medidas para intentar reducir la siniestralidad.

Una de ellas es rebajar la velocidad dentro de las ciudades a 30 km/h. «Esto está sobre la mesa. Es una calle con un único carril ir a 50 km/h es algo que es un disparate», ha dicho.

Respecto a las sanciones penales por conducir bajo los efectos del alcohol o drogas, Navarro ha indicado que las familias de las víctimas están de acuerdo en que sea considerado un agravante y no un atenuante. «¿Cómo que es homicidio no intencionado? ¿Cómo que no es voluntario?», ha cuestionado.

En este sentido, ha recordado que en 1 de cada 3 accidentes mortales aparece que el conductor ha dado positivo en alcohol o drogas. «En el alcohol hay un mensaje muy importante, hay que decir que como mates a alguien no vas a poder dormir el resto de tu vida», ha apuntado.

Considera que habría que hacer 5 millones de controles de alcoholemia al año para que el conductor «tenga la sensación de que le pueden coger», así como volver a hacer campañas con un «impacto duro» sobre los accidentes de tráfico. «La buena campaña es la que toca el corazón», ha precisado.

Además, para el director de la DGT, hace falta «tocar algo» en el tema de la velocidad a la hora de adelantar a los ciclistas. «Si vas en bicicleta no puedes matar a nadie, pero te pueden matar todos. La seguridad vial es informar, pero también vigilancia, control y sanción», ha explicado.

Sobre el exceso de tecnología en los coches, Navarro ha afirmado que «el peligro está en tener la cabeza en el teléfono».

Pese a la situación de 2017, España aún se sitúa entre los países con mejores tasas de siniestralidad, con 39 muertos por cada millón de habitantes frente a una media europea de 50.

Hemos descendido algunos puestos en el ranking. En 2016 era el quinto país con mejores índices, sólo por detrás de Suecia, Reino Unido, Holanda y Dinamarca. En la actualidad es el octavo, sobrepasado por Irlanda, Estonia y Alemania.

1989 fue el año que más vidas se perdieron en las carreteras españolas (9.344, 24 cada día). El que se saldó con menos muertos fue 2013. Hubo 1.680 fallecidos, 150 menos que en 2017.

«Hemos avanzado mucho, pero qué problema tiene España cuando cada año pierden la vida en las carreteras 1.800 personas y resultan heridas 9.500. La respuesta la tiene la sociedad», destacó Navarro durante su intervención el la presentación del balance ante el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, las asociaciones de víctimas y mandos de la Guardia Civil de Tráfico.

Grande-Marlaska coincidió con Navarro en que «todavía hay camino por recorrer», especialmente en educación vial y en políticas hacia los colectivos más sensibles como motoristas o ciclistas.

TRES AÑOS Y CUATRO MESES POR MATAR A UN CICLISTA Y DARSE A LA FUGA

La semana pasada, el conductor que atropelló al ciclista de Ibiza Daniel Viñals, de 34 años, en abril de 2017 fue condenado a tres años y cuatro meses de cárcel, una sentencia que la familia piensa recurrir porque ve insuficiente la pena impuesta. La Fiscalía solicitaba siete años de prisión.

El conductor, Marcos Martínez Beltrán, de 23 años, iba ebrio y drogado y se dio a la
fuga tras el accidente. Ya había sido multado por conducir ebrio. Está preso desde finales de mayo del pasado año.

Ramón Viñals, padre de la víctima, ha denunciado que se impongan sólo cuatro meses por huir del lugar de los hechos en lugar de socorrer al herido.

Le gustaría que la juez viera cómo está su otro hijo ahora mismo, derrumbado, y “todos hechos polvo”.

Pide cambiar el Código Penal para que estos delitos sean castigados con penas más duras.

En recuerdo de Daniel Viñals, la emotiva despedida que le hicieron centenares de amigos y ciclistas, más de 600, subidos a la bici acompañándolo:

Daniel Viñals fue uno de los 78 ciclistas que perdieron la vida el año pasado, uno de los colectivos más vulnerables, junto a motoristas y peatones.

Fallecieron 408 motoristas y ciclomotoristas, y 351 peatones. En total, 1.830 muertos en 2017. D.E.P.

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