Pedro Bravo Jiménez: «Cristiano Ronaldo se ha ido porque creía que era de los intocables de Eliott Ness»
Pedro Bravo Jiménez es director, administrador único y dueño de Consulting Planesa, S.L., y presidente de la Asociación Española de Agentes de Futbolistas –también es intermediario número 1 de la RFEF–; en la foto en su sala de reuniones, con las camisetas que sus futbolistas le han regalado. Carlos Berbell/Confilegal.

Pedro Bravo Jiménez: «Cristiano Ronaldo se ha ido porque creía que era de los intocables de Eliott Ness»

El presidente de la Asociación Española de Agentes de Futbolistas aboga por una nueva Ley del Deporte y por considerar rendimientos irregulares los ingresos de los jugadores
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23/9/2018 06:15
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Actualizado: 24/9/2018 00:00
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A Pedro Bravo Jiménez, 58 años, un día le llamó por teléfono uno de los jugadores a los que representaba. «¿Qué pasa, Jerry Maguire?», le dijo. Bravo no tenía ni idea de lo que le estaban hablando. «¿No has visto la película? ‘Show me the money’ [Muéstrame la pasta]», añadió con una carcajada sonora al otro lado del hilo telefónico.

Fue en torno a 1996, cuando se estrenó la película interpretada por Tom Cruise, en el papel de un agente de jugadores de rugby estadounidense, y por Cuba Gooding Jr., como jugador, que resumía muy bien cómo era ese mundo y las relaciones personales entre agentes y jugadores.

No era muy diferente del planeta fútbol en España. Diferente deporte pero el mismo material humano, homo sapiens.

Bravo, presidente de la Asociación Española de Agentes de Futbolistas (AEAF) y director de Consulting Planesa, S.L., su empresa, que representa a 80 futbolistas, se identifica, sin duda con Jerry Maguire.

Son 28 años en el oficio.

«Pero la realidad va mucho más allá. Lo que nosotros hacemos en este trabajo es asesoramiento integral. Resolvemos todo tipo de problemas a nuestros jugadores. Desde problemas de renta, de herencias del abuelo, multas de circulación, que si hace pis raro, que si discute con la novia o que está a punto de separarse de la esposa, hasta… lo más raro que se pueda imaginar. Eso, además de buscarles equipo y de cuidar su carrera deportiva. Nuestro trabajo tiene una parte muy grande de servicio social», explica Bravo.

El presidente de la AEAF, organización que reúne a 300 agentes, de los 600 que calcula que hay en España, es un hombre con el don para las relaciones humanas.

Es fácil, muy fácil hablar con él. Está acostumbrado a sopesar a las personas, a mirarlas a los ojos, a decir las cosas con claridad, con tacos, con muchos tacos, «porque en el mundo del fútbol hay que utilizarlos. Cuando estoy fuera no los utilizo en absoluto».

Sabe generar confianza. Su «arma secreta».

¿Díría usted que el principal problema en el mundo del fútbol son los egos de los jugadores?

Sin duda. El ego empieza casi a nivel infantil. O alevín. Porque el ego no solo está en el campo, está en la grada. Se llaman papás, abuelos, tíos, primos y hermanos que le repiten al chaval, una y otra vez, «Tú eres el mejor».

El lema de mi empresa es “Libro en la mano y balón en el pie y si se tiene que caer alguno que se caiga el balón, porque recordad, el mejor partido son los estudios”. ¿Sabe cuál es el problema?

Que los primeros que no lo cumplen son los padres.

Yo soy del Atlético de Madrid. Y cuando era niño tenía un ídolo. Todavía lo tengo. Siempre ha sido un referente personal en mi vida. 

¿Quiere que le diga quién es?

Dígamelo.

José Eulogio Gárate Ormaechea, «Gárate», delantero centro del Atleti y de la Selección. ¿Me equivoco

Ha acertado de pleno. Mientras jugó al fútbol hizo la carrera de Ingeniero. Tenía el sobrenombre de ‘El ingeniero del área’.

Yo trabajé con él en Rumasa. Fue director económico  financiero. Y fuera de los campos de fútbol era igual. Tenía un saber estar, una elegancia, la forma cómo decía las cosas… Tenía muy presente que su tiempo de jugador tenía fecha de caducidad y se preparó para después.

Cosa que no ven la mayor parte de los jugadores hoy en día. Es una minoría la que estudia. Se dan cuenta cuando tienen 30 años. Yo he visto jugadores con 32 años llorando. ¿Y qué voy a hacer yo ahora?, me decían.

Un hombre que continuamente ha estado haciendo alarde público de Ferraris, de aviones y barcos privados, de relojes carísimos… Su conducta denota lo poco que tiene en la cabeza el ser humano

¿El ego ha sido la causa por la que Cristiano Ronaldo se ha ido a la Juventus? 

Podría decir que por un ataque de cuernos. O que se ha ido porque creía que era de los intocables de Eliott Ness. Porque esa es la realidad. Cuando llegan a esos niveles se creen que no les va a tocar. Como le pasó a José María Ruiz Mateos con la expropiación de Rumasa.

‘¿A mí?  Si soy Dios’. Y no lo era.

El maldito ego.

Cristiano Ronaldo fue acogido en España con los brazos abiertos. Ha ganado dinero y títulos porque se lo ha trabajado, hay que reconocerlo. Pero que Cristiano Ronaldo, que procede de una clase social que necesita de la contribución de los que más tienen, entre los que ahora se incluye él, se haya ido a otro país por la aplicación de una normativa fiscal, es para decirle que no tiene vergüenza.

Un hombre que continuamente ha estado haciendo alarde público de Ferraris, de aviones y barcos privados, de relojes carísimos… Su conducta denota lo poco que tiene en la cabeza el ser humano.

Bueno, fue condenado a dos años de prisión y al pago de una multa de 18,8 millones de euros. Es comprensible. 

Como a cualquiera que comete delito fiscal. Pero si algo enseña el desenlace del caso Cristiano Ronaldo es que nadie es imprescindible. Ya no está y el Real Madrid sigue jugando con once jugadores, sigue haciéndolo muy bien y metiendo goles.

¿Desde cuándo es usted presidente de la AEAF?

Desde hace ocho años. Me metí en la AEAF porque creo firmemente en que la unión hace la fuerza. Estoy convencido de que dos tenemos más fuerza que uno y que dos sabemos más que uno. Soy de los que digo que más vale el porcentaje de algo que el cien de nada.

Ahora, desde la AEAF, estamos trabajando para hacer realidad un acuerdo con la Real Federación Española de Fútbol, la Asociación de Futbolistas de España, en el que queremos incluir a la Liga. Cuando se haga realidad dejaré la Presidencia.

El presidente de la AEAF considera que la Ley del Deporte vigente está obsoleta y hay que reformarla. Carlos Berbell/Confilegal.

¿En qué va a consistir?

En un acuerdo marco sobre cómo nos vamos a relacionar entre nosotros, a efectos deportivos, el reconocimiento de los agentes, qué podemos y qué no podemos hacer, cuáles son nuestros derechos..

Mi idea es que, a pesar de que la normativa dice que hay que cumplir estos requisitos, los miembros de la AEAF van a tener que cumplir unos requisitos adicionales para dar las garantías necesarias de que los miembros de nuestra asociación son mucho más rigurosos y cumplen más requisitos de los que el propio reglamento exige.

Usted es una de las voces que abogan por la reforma de la Ley del Deporte, o por una nueva. ¿Por qué? 

La Ley del Deporte es necesaria porque es de octubre de 1990. Han pasado 28 años. Entonces era presidente Felipe González y secretario de Estado, Javier Gómez Navarro. Desde aquel año hasta ahora, el fútbol ha cambiado de forma radical. Y sigue cambiando. Por ejemplo, los ingresos de la Champions League se han doblado del año pasado a este.

El fútbol de los 90 no tiene nada que ver con el de ahora. El de nuestro tiempo es un deporte profesional. Por eso, ha pasado suficiente tiempo para actualizar cualquier norma y esta es una de ellas.

Esta necesita una actualización para adaptarla a los tiempos que corren, que tiene que reflejar cómo es el deporte profesional y a todos sus actores; los deportistas, los clubes, los agentes…, tenemos que estar todos.

A nosotros, los agentes, nos han llamado de todo: golfos, sinvergüenzas, chorizos, que somos los que nos lo llevamos, los que fastidiamos a los niños, que somos el mal endémico de todo esto.

Y sin embargo, lo que no se cuenta es que, yo, como presidente de la AEAF, he ido a ver a la Federación, a la Liga, al Consejo Superior de Deportes, al Congreso de los Diputados. Y les he dicho: somos agentes de futbolistas y no queremos ser alegales.

Queremos ser legales.

Ustedes son como las prostitutas, entonces.

Lo he dicho públicamente. Con todo mis respetos, somos como las putas. Somos alegales. No somos ilegales, pero tampoco somos legales.

¿En qué sentido? ¿Hacemos intermediación laboral o no la hacemos? Pero si hacemos intermediación laboral… Mire usted, aquí en el Estatuto de los Trabajadores, el 1006/1985, dice otra cosa.

Pero es que FIFA y la Federación afirman cosas distintas.

La parte que la Ley del Deporte tiene que actualizarse es precisamente en eso. Y de forma específica, con un apartado absolutamente claro y conciso, que es el fútbol, teniendo muy claro cuáles son las figuras que intervienen en todo el proceso, clarificando sus funciones y capacidades al máximo.

Lo he dicho públicamente. Con todo mis respetos, somos como las putas. Somos alegales. No somos ilegales, pero tampoco somos legales

Se ha referido a la FIFA. ¿Qué dice la FIFA?

Que ‘como esta gente –es decir, nosotros, los agentes- somos muy malos y ella a la que quiere defender es al jugador, lo que ha hecho ha sido olvidarse de nosotros. ‘Que hagan lo que les de la gana’.

No señor.

Esto es una dicotomía tan terrible y una falta de sentido común que no se sostiene.

La FIFA dice esta preocupada por los jugadores, por encima de todo. Y no me lo creo.

Porque no denota mucha preocupación hacia los jugadores intentar hacer un mundial con 70 grados centígrados a la sombra [Mundial de Qatar, previsto para 2022, entre el 21 de noviembre y el 18 de diciembre].

A mí eso me parece una barbaridad tan grande que sólo se sostiene en el mundo del fútbol.

Es cuestión de dinero, ¿no?

¿Hablamos de dinero o de la salud de los deportistas? ¿A usted qué le preocupa? ¿El deporte? ¿Hacer el mejor mundial posible?

Para hacer ese mundial se tienen que dar las mejores condiciones y desde luego este es un deporte que se llama fútbol, que se juega sobre un campo, que dura 90 minutos, con prórroga y que hay que jugarlo en las mejores condiciones. No en 70 grados a la sombra.

¿Eso es preocuparse por la salud de los futbolistas? No. Ustedes son una asociación privada que se han convertido un lobby de ganar dinero que hacen lo que les sale de las narices.

Y desde luego, ahí está. Desde Joao Havelange, que era el gran padre de FIFA, que se ha demostrado que tenía las manos sucias, no hay ninguno.

Esto parece México.

Si la FIFA está tan preocupada porque los agentes somos tan malos, en vez de liberalizar la profesión, que es lo que ha hecho, ¿por qué no ha hecho justo lo contrario?

La atención que los agentes dan a sus jugadores son de 360 grados; se están tirando, literalmente, a la piscina por ellos para solucionar sus problemas. Carlos Berbell/Confilegal.

Haber regulado la función de los agentes.

Así es. Haberla hecho más restrictiva, con muchísimas más normas, con muchísimos más requisitos. En defensa de los jugadores.

Volviendo a España, cuando digo que hay que cambiar la Ley del Deporte y regular nuestro campo no es porque yo tenga un coeficiente intelectual superior a 300, sino porque después de 28 años de experiencia dedicándome a esto, tengo las cosas muy claras.

Bueno, María José Rienda, secretaria de Estado para el Deporte, dijo esta semana que iba a modificar la Ley del Deporte…

¿Y le va a dar tiempo? A mí Miguel Cardenal, el que fuera abogado de la RFEF, me dijo en su momento que se iba a modificar la Ley del Deporte ya. “No tengo ninguna duda, Pedro Bravo”. Jaime Lissavetzky, quien fuera secretario de Estado para el Deporte, me lo aseguró también.

Todos los cargos que he conocido, excepto José Ramón Lete, que no le dio tiempo, y tampoco tenía muchas ganas, me han dicho que se iba a modificar, para actualizarla. Y aquí estamos, en 2018.

Desde mi punto de vista, hoy no se dan las condiciones políticas suficientes para aprobar una modificación de la Ley del Deporte.

Si no es una ley consensuada va a ser un error. Me temo de que esto va a seguir así.

Usted ha sido muy crítico con los dirigentes del fútbol.

Sí, claro. ¿Qué capacitación tienen los dirigentes para ser dirigentes? ¿Qué se exige? Hay libertad de empresa y cada uno hace lo que le da la gana.

Pero hay otro tema, que no tiene que ver con la ley del deporte, pero que es igualmente muy importante: el tema de la fiscalidad.

En el mundo del fútbol, el futbolista tiene dos conceptos de ingresos claros, que son jugar al fútbol y su imagen.

Como bien sabemos todos, hoy es más casi la imagen que el fútbol.

¿Cómo se tipifica cuál es la parte de trabajo y cuál es la parte de imagen?

Esa es la cuestión del millón de dólares.

Cuando el Real Madrid, por poner un ejemplo, hace un contrato a un jugador le dice: ‘Mire, yo le contrato para que usted juegue al fútbol y además me tiene que ceder su imagen’.

Desde mi punto de vista, hoy no se dan las condiciones políticas suficientes para aprobar una modificación de la Ley del Deporte. Si no es una ley consensuada va a ser un error

La famosa norma 85/15, ¿verdad?

[Se ríe] Claro. Esto funcionaba así antes. Yo, Pedro Bravo, jugador de fútbol, constituía una sociedad de imagen y le cedía a esa empresa –que era mía- mis propios derechos de imagen por 6.000 euros.

A continuación iba a verle a usted, que era el Real Madrid, que quería contratarme. Y yo le decía: ‘usted me va a pagar tanto dinero por jugar al fútbol, pero para la cesión de mis derechos de imagen hable con la empresa tal –mi propia empresa- que es a quien se los he cedido’. Y usted pagaba a mi sociedad de imagen lo que se acordara.

¿Dónde estaba el truco?

En que yo cedía mi imagen en 6.000 euros y vendía los derechos de imagen en 600.000 euros. Y por esos 600.000 euros en vez de tributar al 45 por ciento, tributaba al 25 por ciento.

Eso, al final, era una operación simulada.

Porque estas sociedades el único ingreso que tenían era ese.

Usted lo que quiere ahorrarse es el diferencial del 20 por ciento, del 45 al 25.

Esa era la realidad, lo que pasaba antes. Era una operación simulada y la sociedad era instrumental para ahorrarse el diferencial.

Pero es que entonces llega Hacienda y dice, ‘vamos a acabar con esto’.

Si usted, de los 100 euros que le paga el Real Madrid, 85 son en contrato federativo y 15 son en imagen, a partir de ahora ese 15 por ciento también se lo meto en renta.

Sin embargo, estas sociedades, dependiendo de la importancia de los jugadores, hacían más cosas. Facturaban a Vodafone 100.000 euros por el anuncio y 35.000 por no sé cuanto.

Y Hacienda ha seguido diciendo que como era simulado para el 15, era simulado para todo lo demás.

Los ingresos de los jugadores de fútbol deberían ser considerados rendimientos irregulares porque el dinero que generan es de temporada, hasta los 35 años 

Todo atribuible a renta. ¿Eso es lo que ha pasado en el caso de Cristiano Ronaldo?

Lo mismo. Si Hacienda considera que la cesión de sus derechos de imagen a una empresa es simulado, toda consecuencia es simulada también.

Si usted es residente fiscal en España tiene que pagar aquí por todas sus rentas mundiales.

Por lo tanto, no es tanto una cuestión relacionada con Ley del Deporte sino un tema fiscal. Pero es que Cristiano Ronaldo no ha sido el único afectado. A todos los abogados, a todos los artistas, les han quitado las sociedades.

Ha sido un cambio de criterio de Hacienda.

Usted es uno de los que, con más ahínco, han criticado públicamente la fiscalidad aplicada a los futbolistas. ¿Por qué?

Sí, y de la forma más clara, pública y notoria. Son rendimientos irregulares. Igual que usted, a un señor que compra un campo que lo ara, que lo cuida, que lo cultiva y recolecta y cuando recoge lo considera un rendimiento claramente irregular, porque no está producido dentro del año sino a lo largo de tres años. Esto debería ser lo mismo.

La generación de dinero de estos señores es de temporada.

Y con este dinero estos señores tienen que vivir el resto de su vida. En Inglaterra son los 35 años, a efectos de considerar cuándo se jubila un jugador. El tratamiento que tendría que aplicarse debería ser este, si queremos ser justos.

Los ingresos de los jugadores de fútbol deberían ser considerados rendimientos irregulares porque el dinero que generan es de temporada, hasta los 35 años

Tarde o temprano llegaremos a ese río y entonces habrá que cruzarlo.

Pero llegaremos.

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